Capítulo 30

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Fabián

Juro que quiero matarla. ¿Qué más será capaz de hacer? Todo esto me causa asco. Escuché la puerta del baño abrirse y la miré fijamente.

-Ya estoy lista.- me sonrió.

Le entregué el bolso y su teléfono.

-¿Mi teléfono estaba fuera del bolso?- preguntó.

-¿Porqué? ¿Te preocupa que me haya enterado de algo?- pregunté.

La miré por última vez y salí hacia la cocina.

Irina

¿Qué rayos le pasa a este hombre? Miré mi teléfono por última vez y me di cuenta que tenía un mensaje abierto. Oh por Dios ya sé porque está tan enfadado. ¿Pero qué le ocurre? No somos nada como para que se ponga así de sensible.

Me dirigí hacia la cocina para buscarlo. Cuando iba a acercarme, la puerta de la casa sonó. ¿Quién era? ¿Será la tal Rosa?

La mamá de Fabián sonrió y abrió la puerta. Una mujer alta de ojos azules hermosos como los de Fabián, abrazó a Hilda. Las dos comenzaron a llorar. ¿Porqué lloraban? Miré a Fabián y tenía la cabeza abajo. ¿Será la novia del mesero? ¿Este imbécil tiene novia? No, no puede ser. ¿Entonces porqué me trajo?

-Fabián ¿No me vas a saludar?- dijo la chica. Fabián sonrió de lado y se acercó hacia la mujer.

La miró detenidamente y la abrazó. Vi como la abrazaba. Ese abrazo parecía de personas que no se veían en mucho tiempo. Creo que sentí envidia. ¿Envidia yo? Por favor, claro que no.

Luego apareció un hombre detrás de ella. Parecía mayor que ella, pero no por mucho. La sostuvo por la cintura y Fabián lo miró seriamente. Por Dios ¿Qué está pasando aquí?

-Mamá, el es mi esposo Manuel.- dijo la mujer sonriente. ¿Mamá? Osea que ¿Fabián es su hermano?

>Oh por Dios y tú muriendo de celos.

¿Quién dijo eso? ¿Celos? Jamás.

***

-Ven Irina siéntate, ya está la comida.- dijo la mamá de Fabián.

Fabián no me hablaba. Al parecer está molesto. Pero el no es quien para enojarse. Cuando la hermana de Fabián le presentó a su esposo a su madre, yo había salido hacia el baño. Vi tanto amor, que me dieron naucias de momento.

-Hola cariño, ¿Eres Irina cierto?- dijo la mujer.

-Sí, mucho gusto.- sonreí.

-Soy la hermana de Fabián, me llamo Rosa.- me sonrió.

Entonces ella era Rosa. Qué bien. Le devolví la sonrisa. Todos nos centamos en la mesa para comer. La mamá del mesero había cocinado mofongo con pechuga al ajillo. ¡Qué delicia!

-Rosa cuéntame ¿Cómo abandonaste ese mundo tan asqueroso?- preguntó Fabián de momento.

¿Mundo asqueroso? ¿De qué hablaba éste idiota ahora?

-¡Fabián por Dios! Deja tú coraje para después. Además tenemos visita.- gritó Hilda.

-¿Qué pasa mamá? Es solo una pregunta.- dijo serio.

-Tranquila madre. Le contestaré. Irina empezaré desde un principio para que tú también sepas.- me sonrió Rosa.

-Emm, disculpen. Creo que ésto es familiar, yo sobro aquí.- me levanté pero Rosa sujetó mi mano.

-Tranquila cariño, me siento en confianza a tu lado. Siéntate.-

Yo solo asentí y volví a mi asiento.

-Bueno Irina, te contaré. Cuando Fabián era pequeño, yo entré al mundo de la prostitución por medio de una persona que pensé que era mi amiga. Nada me importaba, solo quería dinero para comprar lo que nunca tuve. Estuve así por varios años. Hubo un día en que vi el odio y el desprecio de Fabián hacia mi, vi el sufrimiento de mi madre... así que me fui de la casa. Pasaron unos años y conocí a Manuel en un bar.- sostuvo la mano de su esposo. -Me enamoré de él. Hizo que cambiara mi forma de vivir. Estudié una maestría y ahora soy profesora de primaria junto a él. Y lo último pero no menos importante, estamos esperando un bebé.- tocó su barriga. -Por eso quise buscar a mi familia y pedirles perdón.-

Su madre la abrazó y Fabián se acercó a su hermana.

-Te amo. Estoy muy orgulloso de ti y ese bebé que esperas será más que amado.- dijo Fabián tomando las manos de Rosa.

Rosa comenzó a llorar y lo abrazó. Wow, esto es conmovedor. Si ella logró cambiar ¿Porqué yo no? Bueno, yo fui violada. Pero eso no importa con ayuda podré superar todo esto y ser feliz. Salí unos segundos a fuera de la casa.

-¿Estás bien Irina?-

-Sí, lo estoy. ¿Me permites hablar contigo?- le pregunté a Fabián.

El asintió.

-Fabián quiero explicarte el mensaje que viste.- dije.

-Irina, no tienes que explicarme nada yo...- no lo dejé terminar.

-Pero yo quiero hacerlo.- volvió a asentir.

-Sí, es cierto. Iba a tener relaciones con Tom y otra mujer. Pero te juro que era la primera vez. Yo acepté ayer solo porque no quería que pensara que era una estúpida o algo así. Pero cambié de opinión.- dije mirándolo a los ojos.

-¿Porqué?- dijo serio.

-Ayer vi a mi madre. La estúpida de Raquel le dio la dirección en donde estaba, solo para hacerme daño.-

-¿Raquel hizo eso?- preguntó.

-Sí, lo hizo. Pero gracias a eso y a lo que confesó tu hermana, me di cuenta que debo cambiar. Solo necesito ayuda.- bajé la cabeza.

Hubo un silencio incómodo. Luego Fabián habló.

-¿Me estás hablando enserio Irina?- lo miré y sonreía.

-Sí mesero.- dije y me abrazó. ¿Me estaba abrazando? ¿Pero qué le pasa? Se siente tan bien. ¿Pero qué estoy pensando por Dios? Juro que este hombre me va a matar.

-Perdóname. No debí abrazarte. Pero es que me alegra tanto de que por fin cambies.- dijo y bajé la cabeza. -¿Irina?-

-¿Dime Fabián?- lo miré.

-Creo que me estoy enamorando de ti Irina. Me estoy enamorando de una chica caprichosa.-sonrió moviendo su cabeza.

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora