Capítulo 32

1.5K 49 4
                                    

-¿Qué estás mirando?-

-¡Por Dios! Apareces de la nada. Me asustas.- dije con mi mano en mi pecho.

-Tranquila pecas, no te haré daño.- dijo el idiota sonriendo.

-Ya déjame en paz idiota. ¿Me puedes llevar a mi casa? Ya se está haciendo de noche.- dije.

Fabián asintió. Me dirigí hacia la cocina para despedirme de Hilda y de Rosa. Hoy la había pasado muy bien.

****

-Llegamos pecas.- dijo estacionando el auto frente a mi casa.

-Maldita sea mesero, te juro que si vuelves a mencionar ese nombre te mato.-

Fabián

Me encanta verla enojada. Su cara se torna color rojo y es muy chistoso. Pienso que será difícil enamorar a ésta loca, pero no imposible. Hoy me demostró la buena chica que es y sé que con mi ayuda seguirá así.

-¡Mesero a la tierra!- gritó Irina moviendo sus manos.

-¿Qué te pasa ahora loca?-

-¿Loca yo? Tú eres el que te pierdes en un planeta muy lejos de aquí.-contestó.

Es tan exagerada.

-¿Mesero?¿Haz pensado en lo que te dije? ¿En que quiero cambiar?- preguntó.

-Primero, ya deja de decirme mesero. Segundo, sí ya lo he pensado. Por eso me desaparecía aveces cuando estabas en mi casa.- contesté.

-¿De verdad? ¿Y qué pensaste?-

-Busqué en Internet varios centros para tu condición de "adictos al sexo".- hice comillas con mis manos. -Y bueno, hay un centro muy bueno en New York.- dije. (en realidad no sé si es cierto. Solo quise poner un lugar. AUTORA)

Irina se quedó callada por varios minutos. ¿En qué pensará?

-¿Viajar a otro país? ¿No crees que es algo rápido y arriesgado?- dijo sobando sus manos.

-Tal vez lo sea, pero lo vale. Yo estaré contigo. Además yo trabajaré días extras ésta semana y completaré el dinero para los pasajes y para el hotel ¿Te parece?- pregunté.

Ella solo sonrió y aceptó. Tendré que trabajar mucho, pero lograré que esté bien.

Irina

Me bajé del auto del mesero y entré a mi casa. La idea de viajar a otro país me aterra un poco. Jamás me he subido a un avión. Todos mis pecados los he cometido aquí. Todo lo que me hicieron de niña, la vez que llevaron a la cárcel a mi madre, todas las veces que tuve sexo. Todo eso lo hice aquí.

Llamada

-¿Hola?-

-¿Irina? ¿Dónde rayos estás?- era Tom.

-¿Qué rayos te pasa? Estoy en mi casa.- contesté.

-No seas tan mentirosa Irina, estás con el cabrón del mesero ¿No es verdad?- dijo.

¿Y éste como lo supo? ¿Y porqué me está hablando así?

-Mira Tom, cálmate¿Sí? A mi no me hables de esa manera. Sí, estuve con el pero ya llegué a mi casa.-

-Maldita sea, voy para tu casa en estos momentos.- dijo y colgó.

¿Y a éste que le pasa ahora? ¿Se cree mi padre o algo así? Maldita sea.

Subí rápidamente a mi habitación para darme un baño. Estuve en casa de Fabián muchas horas, necesito un rico baño.

Busqué la ropa que iba a ponerme. Entré a la ducha y dejé que el agua bajara por mi cabello y mi cuerpo, se sentía tan bien. Enjaboné cada parte de mi cuerpo y me unté shampoo. Olía a fresas, me encanta. Cogí la toalla y sequé mi cuerpo. Me puse el sostén y las bragas y salí con la toalla amarrada en mi cabello. Sentí la puerta abrir de momento.

-Así me gustas más, hermosa-

-¿Disculpa? ¿Quién te dio permiso de entrar a mi habitación?-pregunté.

-Querida, tu casa está vacía. No me pude contener al imaginar tu cuerpo desnudo junto al mio.- dijo Tom.

Me estremecí con lo que dijo. Maldita sea, soy muy débil. Pero, aún falta para el viaje. Tal vez pueda tener algo de sexo antes de cambiar completamente ¿No?

-¿Tú aún no entiendes que eres mía? La primera vez que decidiste tener sexo para complacer tu vida, yo fui el primero. Así que eso me convierte en tu único hombre.- dijo y me pegó a su cuerpo. -Así me gustas, con todo tu cuerpo mojado.

No sé que pasó, pero no pude hablar. Se puso tan agresivo que me gustó. Me pegó a su cuerpo besándome fuertemente. Cada vez que nos separabamos por aire, mis labios ardían. Bajó mis bragas y mi sostén y me tiró a mi cama. Chupaba mis senos mientras metía sus dedos en mi feminidad. Lo hacía rápido y fuerte haciendo que me exitara cada vez más.

-Para por favor.- dije en un corto suspiro.

-TÚ-ERES-MÍA-MALDITA-SEA.- dijo con su voz cortada.

Metió su miembro dentro de mi, haciendo círculos. Mientras lo hacía apretaba mis senos. Por Dios se siente tan bien, no sé que voy hacer sin esto.

*****

Quedamos rendidos en mi cama. Casi no podiamos respirar.

-El imbécil del mesero no te lo hace así ¿Cierto?-

-¿Qué dijiste? Eres un imbécil lo sabes ¿Verdad? Yo no he tenido sexo con él. Yo pienso cambiar- contesté molesta.

Tom me miró con los ojos abiertos.

-¿Estás hablando enserio? ¿Tú? ¿Cambiar? Irina no te hagas expectativas que no puedes alcanzar. Eres adicta al sexo, adicta a los hombres. No conoces lo que es el amor. Además eres mía y de nadie más.- dijo aguantando mi mano.

Este hombre ya me está asustando.

-Tom es mejor que te vayas ¿Sí? Estás algo diferente y no me gusta. Hablamos luego.- dije y le señalé la puerta.

El solo se levantó, me miró y se fue.

-------------------------------------------

Fabián multimedia

Espero que les haya gustado
Voten y comenten!

Besos

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora