Capítulo 48

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Decidí llamar a Raquel. Sé que ella tiene que ver algo en todo esto.

Llamada

-Fabián, sabía que llamarias. ¿Me extrañas como yo a ti?- dijo.

-Lamento desilucionarte, pero no. Dime, ¿Dónde está Irina? Sé que tienes mucho que ver en todo esto.-

-Querido, no sé de lo que hablas.- rió y colgó.

Ésta maldita. Tengo que averiguar en donde vive.

Decidí caminar hacia mi trabajo o ex trabajo. Aún no lo sé. Mi jefa debe tener todos los documentos de Raquel y saber donde vive. Quizás Irina está allí.

**

Luego de caminar por 20 largos y cansados minutos, llegué a la biblioteca.

-Fabián, pensé que no regresarías. ¿Estás bien?-

-Claro que sí señora. Lamento la escena que vio hace un rato. Es solo que tenía muchas cosas en mi cabeza y sin querer me desquité con la trabajadora nueva. ¿Usted me puede dar su dirección para disculparme con ella?- pregunté.

Mi jefa se quedó pensando algunos minutos. Creo que estaba algo confundida.

-Bueno, te la daré. Pero sólo porque eres un buen muchacho.- se dirigió hacia su escritorio y buscó algunos papeles.

-Ten, ésta es la copia de su dirección, yo tengo la original. Espero que te sirva de algo.-

Le sonreí y salí rápidamente. Necesito pedir un taxi, no conozco ésta dirección.

El camino fue muy lento. Luego de 20 minutos lo único que había era solo pasto y tierra. No habían casas ni nada por el estilo. Hasta que al final de todo ese camino había una cabaña mediana, color crema y marrón. Le pagué al taxista un poco más, ya que el lugar era muy lejos y le pedí que por favor me esperara. Que si en media hora no salía, que llamara a la policía.

Caminé hacia la cabaña. Todo estaba silencioso, me acerqué más y escuché unos gritos.

-Sueltame por favor. No me hagas esto, tú no, por favor tú no.- dijo entre llantos. Era la voz de Irina.

Corrí hacia la entrada y toqué la puerta fuertemente. Todo quedó en silencio, hasta que Raquel abrió. Cuando me vio allí parado, hizo un gesto de sorpresa. La empujé rápidamente.

-¿Dónde está Irina?- grité.

Cuando me volteo, allí estaba. Amarrada, desangrada y llorando con Tom encima de ella.

Reaccioné muy mal y fui directo donde Tom. Comencé a golpearlo lo más fuerte que pude. Escuchaba como Irina lloraba y me daba más fuerzas para matar a Tom.

En ese momento escuché un disparo. Me quedé quieto por varios segundos. Voltié y allí estaba Raquel con una pistola en su mano.

-¿Qué crees que estás haciendo?- pregunté.

Tom me tomó del cabello y me sentó.

-Sueltame maldi...- no pude terminar de decirlo.

El cabrón de Tom, me amarró en una silla y me puso una media en mi boca. Solo logré mirar el cuerpo de Irina. Ella se veía tan débil, tan mal. Quiero matar a alguien maldita sea. Comencé a dar patadas y hacer el mayor ruido que podía. Tom y Raquel estaban parados mirándonos.

Luego de unos minutos Raquel quitó la media de mi boca.

-¿Qué le hicieron a Irina? Juro que los mataré.- grité lo más fuerte posible.

-Querido, no le hicimos nada. Solo le quise pegar y enseñarle que yo soy la que mando.- sonrió.

-¿Por..por qué..m-me odias?- dijo Irina casi sin fuerzas.

-Mi amor, por favor no hables, estás débil hermosa.- dije con mi voz débil.

-¿Sabes porqué te odio? Bueno, desde que tenía trece años has sido la favorita de todos. De todos los chicos y la mejor amiga que toda chica ha querido tener, apesar de lo asquerosa que eres. Tú padre nunca me demostró el amor que te demuestra a ti. Bueno, eso es obvio porque el no es mi padre. ¿Pero mi madre? Mi madre ha querido tener tú cariño siempre y eso lo he detestado desde siempre. ¿Recuerdas a John? Sí, con el que tuvistes sexo en el baño de la escuela.- empujó la cabeza de Irina fuertemente y ésta se quejó. -Pues a él lo e amado desde mis once años, pero el muy imbécil siempre a querido estar contigo o con otras putas. Llegó Fabián y lo desee desde que lo vi. Pero tú eres tan puta que el cayó a tus pies. ¿Ya entiendes mi odio hacia ti? Jamás he tenido el amor de padre que tú tienes y eso me hace odiarte cada vez más.- dijo mirando hacia un lugar fijo.

-Ra..Raquel.. por favor.. jamas tuve idea.- dijo Irina sin fuerzas.

-Raquel por Dios no seas tan mala. Ella jamás tuvo idea.- dije mirándola a los ojos.

-Mira mesero, mejor cállate. Tú eres un imbécil, un bueno para nada. Me quitaste a Irina y ella siempre ha sido mía.- expetó Tom.

-¿Tuya? No me hagas reír idiota.- reí sin ganas.

En ese instante sentí un golpe muy fuerte en mi labio. Luego otro y otro. Tom me había pegado, y estoy votando algo de sangre. Escupí y lo miré con odio.

-¿Y piensas que con eso tendrás a Irina a tus pies?- dije en un tono de voz débil.

El estaba a punto de pegarme, pero Raquel lo impidió.

-¡Ya maldita sea!- gritó. -Fabián, no hagas esto tan difícil. Solo estás conmigo y dejo ir a Irina.- Raquel se acercó a mí y me besó a la fuerza.

-Raquel..no-no lo toques.- reaccionó Irina. Escucharla llorar me debilitaba cada segundo. No puedo escucharla así. Casi no tengo fuerzas, y de momento todo se tornó blanco.

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora