Capítulo 21

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El transcurso del camino fue corto. Tom no había hablado en todo el camino. Y cuando lo hacía solo me recordaba lo torpe que fui al caerme y lastimar mi pierna. Yo solo me reía. Mi mente estaba en Fabián. Juro que no sé porqué no se ha fijado en mí.

-Ya llegamos hermosa.- dijo Tom mientras habría mi puerta.

Estábamos entrando a la casa de Margarita, ese era el nombre de su abuela. Todo estaba tal como lo recordaba. Una casita pequeña, pero muy colorida. Tenía muchas flores en el jardín. Y fotos de su familia colgadas en las paredes. Cuando llegamos habían como treinta y cinco personas. La mayoría la conocía porque mi madre era la mejor amiga de la mamá de Tom.

-Oh por Dios. Irina querida, ¿eres tú?- dijo la mamá de Tom con una sonrisa enorme. Tal y como la recordaba. Yo asentí y la abracé fuertemente.

Luego saludé a toda la familia mientras Tom me acompañaba. Al final me acerqué a Margarita.

-Hola Margarita, ¿se acuerda de mí?- le dije acercándome a ella.

-¿Tú eres la novia de mi Tomy?- dijo aguantando mis manos.

Yo reí ante su comentario y miré a Tom. El solo sonreía mirando el suelo.

-No Margarita. Solo soy su amiga, Irina.- contesté. Al parecer recordó y se acercó a mi con una gran sonrisa. Me abrazó muy fuerte.

Comimos y dijimos chistes. Hace mucho no me divertía así. Me sentía tan bien, tan viva. Sentía el cariño que tenía la mamá de Tom hacia mi.

-Oye, ¿me acompañas a la cocina?-me susurró Tom en el oído. Yo asentí.

Tom tomó mi mano y me llevó rápidamente hacia la cocina.

-Oye, ¿qué pasa?- pregunté, pero él no contestó.

Tomó mi cara y me miró como nunca lo había hecho. Se acercó poco a poco a mi y me besó. Me sentí sin fuerzas, no podía moverme. Pero luego de unos segundos pude responder al beso. Me besó lentamente y me gustó. Se alejó de mí y volvió a mirarme.

-Perdóname, se que lo nuestro es solo sexo pero no pude aguantarme. ¿Quieres ir al baño? No aguanto, quiero hacerte mía.- sus ojos reflejaban mucho deseo.

Lo pensé por unos minutos. ¿Porqué no? No tengo nada que perder. Cuando fuimos caminando hacia el baño, sentí un escalofrío. Miré hacia el lado. Oh por Dios no puede ser. Me quedé como estatua. Quería llorar. Me sentía rota por dentro.

-Irina, ¿qué pasa?- preguntó Tom y me miró sin entender.

No dije nada. Juro que no podía moverme. Tom miró hacía la dirección en la que miraba. Soltó mi mano rápidamente y se puso frente de mi para que no pudiera ver.

-Irina, yo..yo te juro que no sabía nada.- lo miré con lágrimas en los ojos. ¿Porqué me pasaba esto a mi?

Empecé a llorar. Lloré con mucho coraje en mi corazón. Quería golpear a alguien, no podía seguir allí parada.

-Irina por favor respóndeme.- Tom trataba de sacudirme para que me moviera.

-¡Por favor no me toques!-grité llena de lágrimas. Todos me miraban y yo solo quería desaparecer.

-I.. Irina hija... Hija, ¿eres tú?- mi corazón se terminó de romper. Era mi madre. Mi madre estaba aquí. Había salido de la cárcel y yo nunca supe nada. No quería verla, no quería oírla. Solo saber que existe y que puede tener comunicación conmigo me hace vomitar. No la miré, no miré a nadie y salí corriendo. Me dolía mucho la pierna ya que aún estaba lastimada, pero puedo soportarlo solo quiero largarme de aquí. Casi no podía respirar por tanto llorar. Maldición, ¿porqué tenía que volver a aparecer en mi vida? Conseguí un taxi y le di mi dirección. Mis lágrimas aún bajaban. Traté de secarlas pero ellas bajaron solas. Llegué a mi casa, le pagué al taxista y salí. Ya ni siquiera sentía mi pierna lastimada. Corrí hacia mi habitación. Cerré la puerta y volví a llorar.

-¿Irina? Por Dios, ¿estás bien?

-Por favor vete. No estoy de humor para hablar con nadie y mucho menos contigo. Lárgate.- le dije en un mar de lágrimas al mesero.

El no contestó. Solo me miró y se acercó hacia mí. Se sentó a mi lado y me abrazó. Traté de separarme pero el tenía más fuerzas que yo. Al sentir su abrazo se fueron todas las fuerzas en mi. Lloré, lloré y lloré en los brazos del mesero. Hasta que quedé completamente dormida.

**********

Ya había amanecido. Tenía la misma ropa de ayer, pero estaba acostada en mi cama. Miré hacía la mesita que había al lado de mi cama. Había una nota.

Hola. Cuando veas esto ya me habré marchado. No le conté nada a tu padre de lo sucedido. Solo le dije que habíamos terminado la clase más temprano y que querías descansar.

Fabián.

Agradecí mentalmente. Aunque no sabía lo que me sucedía, Fabián me había ayudado mucho. Busqué mi teléfono y tenía once llamadas perdidas y un mensaje. Todo era de Tom.

Mensaje de Tom

Irina, hermosa. Te juro que no tenía idea. Sabes que sería incapaz de hacerte algo así. Llama cuando estés mejor.

Tom debe estar mal por mi culpa. Debí escucharlo, pero mi cerebro no reaccionaba. Le envié un mensaje para que viniera al rato a mi casa. Dejé mi teléfono y entré al baño y me di una ducha rápida. Me puse algo cómodo y volví a dormir.

Sentí unas manos en mis mejillas. Abrí mis ojos poco a poco y vi un rostro. Se veía borroso, pero cuando logré ver bien... ahí estaba Tom, sonriendome.

-Hola hermosa.- dijo en susurro.

-Hola Tom.- dije y me abrazó. Me abrazó muy fuerte. Y luego se sentó a mi lado.

Después de unos minutos en silencio, Tom habló.

-Irina, juro que no..- lo interrumpí.

-Tom, no tienes que disculparte. Debí escucharte, pero entiende que me sentí débil en ese momento.- bajé mi mirada y el hizo que lo volviera a ver.

-Lo sé hermosa. Sabes que siempre estaré a tu lado.- se acercó a mí y me besó.

-¿Interrumpo algo?- era Fabián. Oh por Dios, vio mi beso con Tom.

-Sí amigo, interrumpes.- Tom se levantó y quedó frente a Fabián. Los dos se miraban con ganas de golpearce. Me levanté y quedé en medio de los dos.

-Oye Tom, el es Fabián. Es un compañero de la escuela y es mi profesor particular.- Tom seguía con sus ojos puestos en Fabián. Y Fabián hacía lo mismo.

-De acuerdo hermosa. Dejaré que cojas tus clases. Pero si te sientes mal de nuevo, no dudes en llamarme.- bajó su mirada hacia mi y besó mi frente. Me sonrió y se marchó sin mirar a Fabián.

-Fabián el es solo un amigo. Estaba en la misma escuela que nosotros, pero tuvo que salirse y...- me interrumpe.

-¿Disculpa? A mi no me debes dar explicaciones. No somos amigos ni nada. Soy solo tu profesor particular.- dijo muy serio y sin mirarme.

Por Dios este chico va a matarme.

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora