Capítulo 33

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¿Porqué se comporta así? Tom siempre a sido un chico sencillo y divertido. Parece obsesionado. Sentí que la puerta se abrió de golpe.

-Eres una sucia asquerosa.- gritó Raquel.

¿Qué pasa en el día de hoy? Hoy la gente me odia.

-¿Y qué te pasa a ti ahora?- pregunté sin darle importancia.

-Mírate estúpida, estás semidesnuda.- contestó.

-¿Y el problema es..?- pregunté riendo.

-¿Cuál es el problema? Que eres una puta. Acabo de llamar a Fabián ¿Y qué me dijo? Que no quería salir más conmigo porque se estaba enamorando de ti. Que va hacer cualquier cosa para que te enamores. Y lo único que haces es ser más puta de lo que eres.- gritó y se fue tirando la puerta.

Sentí una punzada en mi corazón, creo que Raquel tiene razón. Fabián quiere ayudarme y lo único que hago es defraudarlo. Pero esto es más fuerte que yo. Dios ayúdame.

Busqué la ropa que había escogido antes de bañarme y me la puse. Bajé rápidamente las escaleras para buscar a mi padre. Estaba sentado en una silla al lado de la cocina.

-¿Qué haces papá?- pregunté acercándome.

-Oh, hija. No sabía que estabas en la casa. Estoy leyendo las noticias en el periódico mi vida.- me sonrió.

-Oye papá necesito decirte algo.- dije. Mi padre me miró directo a los ojos y se puso serio.

-¿Qué pasa Irina?- preguntó.

Me arrodillé y me recosté de sus piernas.

-Papá, sabes que soy adicta a... Bueno sabes que desde que... que desde que pasó lo que pasó cuando era pequeña, sabes que no dejo el sexo por nada del mundo.- una lágrima bajó por mi mejilla. Sentía vergüenza al decirle éstas cosas a mi padre. No quiero que piense mal de mi. -Y bueno desde que conozco a Fabián a sido un idiota para mi. Pero en estos días me ha agradado mucho y me propuso algo.- mi padre solo acariciaba mi cabello.

-¿Y qué te propuso hija?- preguntó con su dulce voz.

-Buscó un centro de ayuda para adictos al sexo. Es en New York. Me dijo que el trabajaría horas extras para comprar los pasajes, porque solo quiere ayudarme. Quiere que salga de esto.- dije.

Mi padre se quedó callado por varios segundos. Pero aún seguía acariciando mi cabello.

-Hija, Fabián me agrada cada vez más. ¿Ya ves porqué?- yo asentí. -Me agrada la idea Irina, a mi también me gustaría que seas como antes. Siempre has sido mi niña y lo sabes, pero todos éstos años has tenido un hueco muy grande en tu corazón. Ya es hora de que sanes tu corazoncito. Sí, en la vida se sufre, porque la vida no es perfecta. Quiero que sufras, pero que sufras por amor verdadero. Que sientas lo hermoso que se siente amar y ser amado. Quiero verte feliz por todo lo que me queda de vida. Eres mi única hija y mi único tesoro.- me abrazó.

Esas palabras me tocaron el corazón. Esas palabras tan hermosas que solo mi padre sabía decir. Yo también quiero enamorarme de una persona. Nunca lo acepté, pero quisiera tener un amor de esos que salen en las películas. Quiero ser distinta. Quiero que mi padre esté orgulloso y que Fabián también lo esté.

****

Amaneció. Otro día más de escuela. Esa maldita cárcel que no me deja respirar. Entré a la ducha y me di un corto baño. Salí y busqué que ponerme. Saqué un pantalón cómodo, una camisa blanca, unas zapatillas y los accesorios. Dejé mi cabello suelto con ondas. No me maquillaré sinceramente no tengo ganas. Solo me pondré un poco de brillo en los labios y listo. Bajé las escaleras para desayunar. Abrí el refrigerador y saqué unas fresas, unos kiwis y un yogurt. Corté las frutas en pedazos pequeños, las serví en un plato y les unté el yogurt. Me senté y comencé a desayunar.

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora