A pasado una hora desde que estoy aquí. El imbécil de el mesero se ha pasado toda la noche bailando con la idiota de Raquel. Y aveces me mira y sonríe ¿Porqué sonríe? Imbécil.
Busqué a Tom con la mirada, había mucha gente y no lo veía por ningún lado. Cuando al fin lo encontré, estaba sentado con tres mujeres a su lado. Definitivamente son todos iguales. Luego de unos minutos el giró su cabeza y su mirada chocó con la mía. Le di una mirada asesina. El solo sonrió y se dirigió hacia mi. ¿Porqué todos se ríen? ¿Tengo un mono en la cara o qué?
-¿Estás bien?- dijo Tom al acercarse.
-Sí, estoy genial. Mi hermanastra a la cual odio está aquí con el mesero y naco de Fabián. No sé donde rayos está mi mejor amigo y luego, la persona que está acompañandome en esta fiesta me abandona por unas putas de discoteca. Así que todo está perfecto.- sonreí haciendo que todos mis dientes se vieran.
Tom rió a carcajadas. Casi no tenía aire. Verdaderamente es un idiota.
-¿De qué te ríes idiota?- pregunté dándole un codazo.
-Auch eso dolió.- dijo AÚN riéndose.
-Dime idiota, ¿Qué es tan gracioso?
-Es que eres tan sarcástica que me sorprendes.-
-Bravo por ti.- aplaudi. -Oye, ¿Aún tienes las pastillas que me mostraste hace un rato?
Tom me miró fijamente y su risa se esfumó.
-¿Enserio quieres probar? Esto no es ningún juego Irina.- dijo serio.
-Lo sé idiota. ¿Me vas a dar o no?-
Tom asintió, miró hacia todos lados y me mostró las pastillas. Sé que está mal, pero quiero sentirme bien ésta noche. Vine aquí para pasarla bien ¿No? Tomé las pastillas y me las tragué. Tenían un sabor extraño. Poco a poco sentí mi cuerpo liviano, solo quería reír y reír. Tom me acompañó y se tomó unas pastillas también. Bailamos al son de la música, sentía muchas manos al rededor de mi.
Escuché una voz:
-Irinita ¿Qué pasa? No recuerdas lo bien que la pasabamos?
Otra voz:
-Ven muñequita, solo es un juego.
Sentí que me golpeaban y me amarraban.
-Sueltenme, ustedes deberían estar en la cárcel.- dije llorando.
-Pero salimos por ti querida.- dijo y me besó.
Luego de eso solo escuché que gritaban mí nombre. Y todo se puso negro.
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Me levanté poco a poco. Veía todo blanco. Las paredes blancas, hacía mucho frío. No sabía donde estaba.
-Ya estás despertando. ¿Te sientes mejor querida?- escuché a una mujer. Cuando logré ver, noté que era una enfermera. Era una señora con cabello blanco y una gran sonrisa.
-¿Qué hago aquí? ¿Qué me pasó?- dije poco a poco. Me senté como pude, me sentía algo mareada.
-Bueno querida, encontramos en tú estómago unas drogas en forma de pastillas. Como fue tú primera vez al consumir esa porquería tu cuerpo no lo aguantó y te desmayastes. Sino llega a ser por tú novio que te trajo a tiempo, estuvieras casi muerta ahora mismo.- sonrió.
¿Novio? ¿Qué novio? Miré al lado de mí camilla y vi al mesero acostado en un sofá. Estaba tipo bebé acorrucado en sus piernas. Sus mejillas estaban muy rojas, creo que era a causa del frío. La enfermera se marchó y me dejó allí. Dijo que iba a buscar unos papeles para verificar si me daban de alta.
Todo fue tan raro. Vi que Fabián se estaba levantando y me hice la dormida. Escuché unos pasos, me imagino que se acerca a mi.
-Te vez tan frágil.- dijo y acarició mi cabello. No quería que esto llegara más lejos y me moví para que se diera cuenta que me estaba despertando. Sentí que sacó su mano rápidamente.
-¿Qué pasó? ¿Qué hago aquí contigo a mi lado?-pregunté.
-Tomaste unas porquerías y tú cuerpo no las aceptó. El idiota de tu amigo estaba tan drogado que no se dio cuenta de como estabas. Así que yo mismo te traje hasta aquí.- dijo.
-¿Y porqué? ¿Dejaste a tu cita por mí? No debistes hacerlo.- dejé de mirarlo.
-Deja el orgullo Irina. Deberías agradecerme por salvarte.- dijo mirándome tratando de mirarme a los ojos.
-Y ¿Porqué debería agradecerle a mi peor enemigo?- contesté.
-¿Peor enemigo?- dijo confuso.
-Sí, eso eres. Deberías alejarte de mi, de mi vida. Solo apareces por todas partes. Eso me hace enojar.
-¿Estás segura qué quieres que me aleje de ti?- dijo y en sus ojos se veía un brillo que jamás había visto.
Tragué duro. No sabía que rayos estaba saliendo de mi boca.
-Sí, quiero que desaparezcas de mi vida.- contesté. Por Dios no quería decir eso.
-Bueno, como quieras.- bajó su cabeza y salió de la habitación.
¿Qué acabo de hacer?
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También existen chicas malas |EDITANDO|
Ficțiune adolescenți¿Saben? Existen tantas historias del chico malo , que conoce a la chica buena y luego se enamora.... Pues esto es todo lo contrario. Irina es la chica rebelde , chica fácil y capaz de cumplir cualquier reto. Un chico llega a su vida y ella lo ve com...