Capítulo 57

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3 semanas y tres días

En 4 días me caso, estoy tan malditamente nerviosa. Todo a sido hermoso y Esteban sigue con el tema de la despedida de soltera. Pero creo que ya no quiero esa mierda. Desde hace dos semanas me han estado dando mareos y unas naucias asquerosas. Quizás me contagié de un virus o algo así.

-Irina por el amor de Dios, no seas tan aburrida. En cuatro malditos días te casas, será la última oportunidad de poder ligarte a alguien más que no sea el mesero.- ríe.

Río y sacudo mi cabeza. Estaba a punto de contestar hasta que sentí algo asqueroso posado en mi garganta. Puse mi mano rápidamente en mi boca y corrí hacia el baño. Cuando estuve allí expulsé el líquido asqueroso. Respiré profundo y me lavé la boca.

-Pequeña ¿Estás bien?- pregunta Esteban.

-Sí, es solo que me dieron naucias de momento.- dije sin darle importancia.

-Irina ¿Estás en menstruación?- pregunta serio.

-Ehm, acabé hace dos días ¿Porqué?- no me importó decirle, siempre le he tenido confianza.

Esteban se queda pensativo y sale para buscar su teléfono. Lo sigo y nos sentamos en el suelo de mi habitación.

-¿Qué rayos haces?- pregunto.

-Shh, querida, has silencio.-

Lo miré raro pero hice silencio. Estaba haciendo no sé que en su teléfono. Luego de varios segundos abrió sus ojos como platos.

-Por Dios, por Dios, por Dios.- dijo agitando sus manos. Parece una nenita enamorada de un juguete.

-¿Se puede saber que te causa tanta felicidad?-

-Por Dios, ¡Seré tío!- les juro que gritó tan alto que casi me deja sorda. Se levantó y comenzó a abrazarme y a darme besos en la mejilla.

-Esteban ¿Qué rayos te picó? ¿De quién serás tío? No tienes hermanos.- digo riendo.

-¡Querida, tendrás un hijo!- gritó de nuevo.

-¿Qué?-

¿Qué?

¿QUÉ?

-¿Disculpa? Querido creo que te equivocas. No escuchastes lo que dije orita ¿Cierto? Dejé de estar en menstruación hace dos días. Las embarazadas nunca están en menstruación.- dije muy segura de mí.

-Cariño ¿Qué crees que hacía en mi teléfono? Estaba buscando información, mira.- Dice y se acerca a mi y me muestra algo de su teléfono. -Aquí dice que son casos no muy comunes, pero pueden ocurrir. Han habido mujeres que caen en menstruación normal, pero en realidad están embarazadas. Pero es un embarazo de alto riesgo, debes cuidarte. Irina, tienes todos los síntomas. Te pasas en el baño vomitando y siempre estás mariada.-

Por Dios, ¿Será cierto? ¿Será que aquel día Fabián logró embarazarme? Puse mis manos en mi barriga y sonreí ¿Tendré a un mini Fabián? No pude contener las ganas de llorar.

-Vez, también estás sumamente sensible. Seré tío muñeca.- dice y me abraza. Dios, esto será tan raro ¿Cómo le digo a Fabián? Además, es un embarazo riegoso ¿Y si le sucede algo a mi bebé?

**

-Sí, aquí te espero.- colgué.

-Estoy contigo, además se casarán, todo saldrá bien.- sonríe.

Estaba acostada en mi cama con Esteban. Después de analizar toda esta situación, llamé a Fabián. No sé porqué, pero estoy muy emocionada. Pensar que tengo una personita tan pequeña e inofensiva dentro de mí, se me hace hermoso y milagroso.

-Esteban estoy muy asustada. No, por ser madre, sino por si nacerá bien. No es común que una mujer menstrue y esté embarazada.- digo con un dolor en el pecho.

Esteban se queda callado y toma mi mano.

Fabián.

Estoy a 3 minutos de llegar a casa de Irina. Estaba algo nerviosa y eso me pone nervioso a mí. Conduzco lo más rápido posible.

Llegué.

Bajé de mi auto y toqué la puerta. Luego de unos segundos aparece un Esteban despeinado y sonriente.

-Hola cuñado. ¿Te quedarás mirándome? Porque si Irina no resulta buena esposa, me tienes a mí.- dice sonriente.

Río y niego con la cabeza. Esteban es genial, si fuera mujer quisiera estar con él. Ok no.

Subí a la habitación de Irina. Ella estaba dormida. ¿Hace cuánto lo está? Tiene su boca abierta y su cabello algo desordenado. Sonreí. Así la veré todas las mañanas de mi vida.

Me acerqué hacia ella y la examiné detalladamente. Sus pequeños ojos, su cabello largo y esos labios finos y deliciosos. Le hablé suavemente para poder despertarla. Luego de unos minutos reaccionó.

-¿Fabián?- dice casi en un susurro.

-Pequeña, aquí estoy ¿Estás bien?-

Irina comienza a llorar ¿Porqué llorar? Se levanta de su cama y me abraza fuerte.

-Irina, no llores, no sabes como me duele que llores. ¿Qué ocurre hermosa? Estoy contigo.- digo y acaricio su cabello.

-Es..estoy..estoy embarazada Fabián.- llora más fuerte.

Creo que me tensé. ¿Embarazada? Acaso ese día en el que hicimos el amor, ¿Logré embarazarla? Por Dios, no saben la emoción que siento.

Irina se separa de mi, me mira raro y vuelve a llorar.

-Pequeña ¿Porqué lloras?-

-Mírate quedastes todo palido. No te gustó la noticia ¿Verdad?- Dice moviendo sus manos y quitando sus mocos. -Por mí..por mí está bien, yo puedo con mi hijo sola. No necesito de na..- no dejé que hablara y la pegué a mi para besarla. Diría que un beso apasionado. Tardó en contestar pero luego respondió mi beso.

La apreté más a mí y ella colocó sus manos en mi cuello. Sinceramente Irina es mi droga, una maldita y hermosa droga.

Nos alejamos por falta de aire, seco algunas lágrimas de sus mejillas y sonrío.

-¿Puedo saber de qué te ríes mesero?- dice seria.

¿MESERO?

-¿Con qué mesero verdad?- la atraigo hacia mí y comienza a morderla.

-¡FABIÁN ESO ME DUELE! LASTIMARÁS AL BEBÉ IDIOTA.- oh lo siento.

-Lo siento pequeña. Es solo que, fue una sorpresa para mí. Pero la mejor sorpresa de toda mi vida. Sabes muy bien que aquel día quise embarazarte para poder irnos como una verdadera familia. Eres mi tesoro y mi perdición. Quiero que seas la madre de mis siete hijos. Y la única mujer de mi vida.-

-¿Siete hijos?- pregunta confundida.

Río y me acerco a ella. -O todos los que quieras pequeña.-

Me arrodillo y miro su panza. Aún está plana, pero poco a poco se notará. La acaricio, Irina se tensa. Luego comienzo a besar su barriga. Irina ríe.

-Hola muñequita, soy tú papi. ¿Qué dices? Sí, también te amo, te amo como no tienes idea. Serás muy feliz, te lo prometo.-

-Fabián ¿Cómo sabes qué será niña? Aún está muy pequeñita.-ríe.

-Lo sé, instinto de padre querida.- los dos reímos y volvemos a nuestro romántico beso.

Siento que ahora nuestro amor está completo.

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora