Después de tanto caminar, conseguí un taxi y fui directo a mi casa. Cuando entré, estaba todo oscuro. Así que me imaginé que estaban durmiendo. Entré a mi cuarto y me quité la ropa. Busqué mi teléfono y llamé a Tom.
Llamada
-Hola hermosa. ¿Qué puedo hacer por ti?- contestó rápidamente.
-Tom, estoy castigada y no puedo salir. ¿Crees que puedas venir a verme? Necesito algo para olvidarme de todo.
-Y ese algo, es...- no lo dejé terminar.
-Sí Tom. Ese algo es sexo.
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Tom había llegado a mi casa. Bajé las escaleras silenciosamente para que nadie me oyera. Salí y vi su auto estacionado unas casas al lado de la mía.
-Hola hermosa.- dijo Tom cuando entré a su auto.
No le contesté y comencé a besarlo. Necesitaba de una forma u otra sacar todo lo que tenía dentro. El respondió mi beso. Quitó mi camisa dejándome en sujetador. Luego lo quitó y empezó a besar mis senos.
Había quedado exhausta. Éste fue el sexo más rápido que tuve. No lo sé, solo quería olvidar. Por eso no estuvimos tanto tiempo. ¿Verdad?
-Gracias Tom, esto me hacía falta.- lo miré.
-¿Estás bien Irina? No creo que debas seguir así. Nescesitas olvidar todo y perdonar. Te estás haciendo daño.
-Cuando necesite tu opinión te la pido ¿de acuerdo? Yo decido que hacer con mi vida. Adiós.- salí molesta del auto. Ya estoy harta de que quieran meterse en mi vida.
Tom
Irina se marchó muy molesta. Ella me encanta y me encanta el sexo que tenemos. Pero no puedo permitir que se haga más daño. Su pasado tan triste la persigue desde niña. Ella necesita ayuda. No puede seguir así. Ella es genial, pero su papel de chica mala no le queda.
Fabián
-Hijo, llegastes temprano.- dijo mi madre al escucharme entrar.
-Sí mamá, fue una tontería haber salido.- contesté.
-¿Porqué dices eso? ¿Tan mala es esa chica?- me miró fijamente.
-Digamos que es una chica con una sonrisa y ojos hermosos. Pero es una cualquiera.
-Fabián Ernesto, no te permito que hables así de una mujer.- me miró molesta.
¿Ernesto? ¿Porqué rayos dice mi segundo nombre? Lo odio.
-Lo sé, pero es que esa chica pasa los niveles.
-Hijo- dijo mi madre acercándose a mi. -Nunca juzgues un libro por su portada. Tú no sabes que hay en su mente ni en su corazón. ¿Porqué no tratas de conocerla?
Mi madre y sus consejos. ¿Porqué todas las mamás hacen eso?
-Lo siento mamá, pero no quiero conocerla. Esas actitudes de puta no me agradan. Tú más que nadie debes entender el porqué.- le di un beso en la frente y me marché.
¿Porqué me molesta las actitudes de Irina si soy un hombre? Bueno, tengo una hermana mayor. Tiene veinte y cinco años. Hace cinco años no la veo. Ella se prostituía para poder traer dinero a la casa. Yo veía con mis propios ojos cuando esos hombres borrachos la tocaban y a ella no le importaba. Por eso odio a todas las mujeres que no se dan a respetar. Ella es una niña caprichosa, dudo que ella haya pasado por cosas como las que yo pasé.
Irina
-¿Quién carajos te crees?- contesté exaltada. Raquel había entrado a mi habitación mientras yo me estaba cambiando.
-Yo entro donde se me de la gana, ésta también es mi casa.- contestó.
-Que vivas aquí no quiere decir que puedas entrar como Juan por su casa a mi habitación.
-Mira estúpida, vi cuando entraste al auto del amiguito tuyo. Jamás vas a cambiar ¿cierto? Dudo muchísimo que Fabián caiga a los pies de una puta como tú.- rió.
Reaccioné muy mal y le di una bofetada. Ésta maldita no me iba a hablar así.
-¿Cómo te atreves idiota?- acarició su mejilla asombrada.
-Mira Raquel, yo sé que no soy ninguna santa. Pero no eres nadie para juzgarme.- grité. Ella me miró furiosa mientras acariciaba su mejilla.
-Todos sabemos que eres una chica fácil. ¿Quién no iba a juzgarte?- contestó.
No podía seguir escuchando sus palabras. Ella no sabía lo que pasé en mi vida, no era quien para juzgarme. Le demostraré que si puedo conquistar al meserito.
-¡Lárgate de mi habitación!- la empujé y cerré la puerta.
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Ya eran las 12:15 p.m. No había nadie en la casa, esto de estar suspendida no era tan malo. Al menos podía estar un tiempo sola, conmigo y mis pensamientos. Sentí mi teléfono vibrar, miré la pantalla. Era un número desconocido.
-¿Hola?
-¿Irina?- esa voz se me hacía tan conocida. Sentí mi corazón hundirse por un momento.
-¿Qui..Quién es?- dije.
Escuché que lloraba. ¿Porqué lloraba? ¿Quién era?
-Por favor, dígame ¿quién es? Conteste.- dije algo desesperada.
La persona suspiró y se cortó la llamada. Por Dios ¿Quién me llamó? ¿Porqué lloraba? ¿Y porqué me siento así?
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También existen chicas malas |EDITANDO|
Novela Juvenil¿Saben? Existen tantas historias del chico malo , que conoce a la chica buena y luego se enamora.... Pues esto es todo lo contrario. Irina es la chica rebelde , chica fácil y capaz de cumplir cualquier reto. Un chico llega a su vida y ella lo ve com...