También existen chicas malas |EDITANDO|

Capítulo 12

Escuché que tocaban la puerta. No tenía ganas de hablar con nadie, ¿No lo entienden?

-Irina voy a pasar.- escuché a Raquel.

-¿Qué quieres?- la miré seria.

-Solo vine a advertirte que no te metas con Fabián, es mío ¿Te quedó claro?- cruzó sus brazos.

¿Y está estúpida que se cree? Me levanté de la cama y me le acerqué, tenía ganas de golpearla y no parar.

-Mira estúpida, en primer lugar a mi el meserito ese no me gusta para nada. Y segundo a mi no me amenaces. Si te sientes tan poca cosa y crees que te lo voy a quitar, ese es tu muy puto problema.- sonreí.

-Mira, Irinita.- dijo.

Un escalofrío recogió todo mi cuerpo. Odiaba que me dijeran Irinita.

~FLASHBACK~

-Irinita no tengas miedo.- escuchaba por lo bajo.

-Por favor no sigas, me lastimas.- estaba llorando. Ya no tenía fuerzas.

-Tranquila Irinita, esto es solo un juego. Míralo de esta manera... yo soy el que paga y tu eres la empleada.- ríe asquerosamente.

-¡¡Mamá!! ayúdame, por favor.- grité y grité pero no me hacían caso.

~FIN DEL FLASHBACK~

-Oye, te estoy hablando estúpida.- habló Raquel sacándome de mis pensamientos. -¿Quieres apostar a que yo me acuesto primero con él?- dijo mirándome muy seria.

-Mira Raquel, no estoy para tus jueguitos. Sal de mi habitación ahora.- la empujé.

-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de perder? Fabián no es como los otros chavos, es caballeroso y no se le tira fácil a una mujer.- rió.

-Todos son unos cerdos, ya caerá a mis pies.-

-Sí, como no.- dijo saliendo de mi cuarto.

-¡Raquel! ¿Cuánto apuestas?- ese idiota iba a ser mío. Veremos que tan "caballeroso" puede llegar hacer.

Llamada

-Oye niña, te he estado llamando toda la tarde. Me tenías muy preocupado.- dijo Esteban un poco agitado.

-Lo siento cariño, me pasaron muchas cosas hoy y no quería hablar con nadie. Pero si me traes unas cervezas a mi casa, hablamos.- sonreí, pero sabía que el no me podía ver.

-Eres una sucia ¿lo sabías?- rió.- En 30 minutos estoy en tu casa.- colgó.

Bajé a la sala para decirle a mi padre que Esteban venía a visitarme. Estaba sentado en el sofá.

-¿Papá? Sé que estoy castigada, pero me imagino que puedo recibir visitas.- lo miré.

-¿Que clase de visitas?- contestó.

-Es Esteban. Como el toma algunas clases conmigo, viene a ponerme al tanto de todo.- mentí.

-Bueno, espero que al fin madures.- se levantó sin mirarme y se marchó.

Auch, eso dolió. Pero eso se arreglará pronto, soy su única hija. No puede enojarse conmigo mucho tiempo. Ahora tengo cosas importantes en que pensar, en la apuesta que hice con Raquel. Esa maldita tenía razón, el meserito no era como los demás. Pero es hombre, así que pronto caerá. Solo debo pensar como lo haré. No es ningún reto para mí, porque está buenísimo. Pero me cae mal. Pero de que gano la apuesta, la gano.

Llamada

-¿Hola?

-Oye niña, abreme la puerta. ¿Quieres las cervezas o no?

Sonreí. Mi amigo había llegado. Solo el sabe como hacerme olvidar las penas.

Habíamos subido a mi habitación. Esteban había traido algunas cervezas. También trajo unas frituras y algunas películas. Hoy era viernes así que podíamos quedarnos despiertos hasta tarde. Esteban iba a dormir ésta noche conmigo. Ya que es gay, a mi papá no le estuvo malo en lo absoluto.

-Ahora cuéntame nena, ¿el bombón ese te perdonó?

-No tengo idea. Le pedí perdón, pero el solo sonrió y dijo que lo entendía. ¿Puedes creerlo? El lo entendía.- dije alzando la voz.

-Jaja, se te a hecho difícil ¿verdad nena?- rió.

-No estoy para tus malos chistes Esteban. Debo conquistarlo de algún modo.- contesté.

-Se te hará muy difícil nena, esto será divertido.- rió como si le hubieran contado el mejor chiste del mundo.

Yo solo lo miré mal y le tiré una frituras en la cara.

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Holaaa, ¿les gustó? No tengo muchas ideas, así que si quieren ayudarme se los agradecería.

Besos