Capítulo 60

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-Sé que no soy la persona más importante en tú vida en estos momentos, pero entiende que él está furioso porque tú si estás viva. En dos días es tú boda mi niña, piensa mejor las cosas. No matarás a tú bebé porque quieres, solo porque debes... sino porque el bebé morirá de todos modos y podrás morir tú también. Tienes una vida por delante hija.- dijo mi madre con lágrimas en sus ojos.

Verán, luego de que le contara todo a mi padre, el acarició mi vientre con lágrimas en sus ojos. Me dijo exactamente lo que me está diciendo mi madre ahora, excepto de lo que yo no era importante en su vida. Luego de tantos mocos caídos por los dos, quizo llamar a mi madre. ¿Porqué? No lo sé, pero se lo agradezco mentalmente. Ella, apesar de que no a sido una verdadera madre, me hace bien escuchar sus consejos.

-Pero... luego no podré ser madre y eso me duele mucho. Sé que Fabián quiere un bebito y yo también ¿Y sí busca a otra para teber un bebé?- lágrimas cayeron por mis mejillas.

-Irina ¿Crees a Fabián capaz de eso? La primera vez que lo vi, noté ese brillo en sus ojos. Ese brillo que solo pasa una sola vez. Porque créeme, podemos conocer muchos hombres, gustarnos etc. Pero el amor verdadero, llega solo una vez hija mía. ¿Sabes cuál fue mi amor verdadero?- negué -Tú padre Irina.- bajó la cabeza.

Sentí una punzada en mi corazón.

-Él a sido mi único y verdadero amor. Tuve novios antes de él y estuve con...- quedó en silencio varios segundos. -Pues con aquél hombre. Pero estuve segada por el odio hacía tú padre. Odiaba que él se hubiera enamorado de otra.. que me hubiera olvidado. Sé que me amó, pero no tanto como ama a Sara en estos momentos. Y ese amor tan intenso que sentí y siento por tú padre... sé que siente Fabián por ti.- dijo en un hilo de voz.

Me sentí muy mal por mi madre. Mis padres se separaron por peleas y celos, ahí mi padre conoció a Sara y se enamoró como un adolescente.

Limpié ms lágrimas y abracé a mi madre.

-Gracias, hablaré con Fabián.- besé su mejilla y nos levantamos de mi cama.

Dejé a mi madre en su departamento y fui a casa de Fabián.

Toqué la puerta, pero nadie me contestó. Volví a tocar... pero tampoco contestaron. Busqué mi teléfono en el auto y marqué el número de Fabián.

Un pitido... dos pitidos...

¿Porqué no contesta?

Miré de reojo la casa y algo molesta me monté en el auto.

-¡Irina!-

¿Ehm? ¿Quién grita mi nombre?

Me volteo y veo a la madre de Fabián caminando hacia mí.

-Hola, estaba buscando a Fabián pero no lo encontré.-

-Mi niña, el está en el hospital.-

-¿Qué? ¿Qué le ocurrió?- dije algo asustada.

-No, a él nada. A Rosa le dieron contracciones.. está a punto de dar a luz. Fabián fue a verla y en ese instante ocurrió. Están en el hospital y yo aquí con el Jesús en la boca.-

No lo pensé dos veces y le dije a mi futura suegra que se montara en el auto, debo ver a Rosa. Dios, todo esto es tan emocionante. Seré tía por primera vez, no tengo hermanos.. así que la emoción es aún mayor.

-Querida... Fabián me a contado lo ocurrido ésta mañana.-

Creo que por un momento me tensé.

-¿Enserio? Bueno, quiero decirle que entiendo a Fabián.. pero necesito que el me entienda. ¿Sabe? E estado pensando esto muy a fondo.- dije aún mirando hacia al frente.

-¿Sí?- contestó.

-Verá, quiero que mi bebé crezca dentro de mí. Si con el tiempo no ay salvación...- Respiré profundo. -Dejaré que lo saquen. Es solo que no quiero matarlo... ¿Y si de casualidad logra vivir? Jamás me lo perdonaría.- dije entre lágrimas.

-Tienes toda la razón mi niña. Te apoyo en todo, sé que mi hijo te ama, pero el es hombre y no entiende de esto. Será mejor que le expliques todo.- sonrió.

Yo asentí.

Ya habíamos llegado al hospital. Estacioné mi auto y corrí con Hilda hacia dentro. Subimos en el ascensor y le pedí a Hilda que marcara el número del piso en el que estaba Rosa.

Cuando llegamos, fuimos hacia una enfermera.

-¿Irina?- al escucharlo mi cuerpo se tensó.

Hilda siguió el paso de la enfermera, yo solo me voltié para observar a la persona detrás de mí.

-Ho-hola.. fui a tú casa pero no te encontré. Entonces Hilda me dijo que tu herma..-

No dejó que terminara y me abrazó. Me abrazó tan fuerte que sentí que casi me asfixio.

-Irina, lo siento tanto. Fui un completo idiota, pero debes entederme por Dios. Eres mía, serás mi mujer en un día y medio.- dijo con su cabeza en mi cuello. -Eres mi pequeña, eres mi mal criada. Te amo como no tienes idea preciosa.- una lágrima bajó por su mejilla y yo la limpié. Me acerqué suavemente hacia él y lo besé. Nuestros labios saben como encajar a la perfección, nuestras lenguas danzando y saboreandoce.

-Fabián.. ya tomé una decisión y espero que me apoye en todo esto.- dije.

Fabián me miraba atento, solo asintió.

-Dejaré a mi bebé crecer dentro de mí, hasta que sea necesario. No lo mataré, tengo la esperanza de que pueda crecer... pero si no se puede y no da señales de mejoría, entonces..- mordi mi labio superior. -Entonces, permitiré que salga de mí.- lo abracé con todas las fuerzas dentro de mí. Me dolía todo esto, decidir por la vida de mi bebé no era lo que quería. Pero debo de entender que si mi bebé muere deno sacarlo.. y no perjudicar mi vida. Pero lucharé porque el o ella vivan, eso lo juro.

-Tranquila preciosa, estaré siempre apoyándote. A ti y a nuestro bebé. Oye, pero no llores, sino estarás con los ojos llenos de ojeras el día de la boda.- sonrió. Le di una leve sonrisa y volví a besarlo.

-Hjm.. Ehm... lamento interrumpirlos, pero Rosa quiere verlos.- sonríe la mamá de Fabián.

Fabián tomó mi mano y nos dirigimos hacia el cuarto donde estaba Rosa.

-Hola tortolitos.- sonríe.

-Sara! ¿Estás bien? ¿Y el bebé?- pregunto abrazandola lo más suave posible.

-Está hermoso, se parece a su papá, pero tiene mis ojos y claro los de su tío.-

-Entonces mi sobrino es hermoso.- dijo Fabián.

Reímos hasta que la enfermera entró con el bebé en manos. Por Dios, mi corazón latió tan fuerte al ver a ese bebé tan hermoso e indefenso. Era como verme a mí en unos meses. La enfermera se lo entregó a su madre.

-Debe alimentarlo, dejaré que estén con él unos minutos, luego volveré por él.- luego de eso se marchó.

-Que hermoso es Rosa, Dios te mandó a un hermoso bebé.- sonreí.

-Sí, estoy tan feliz... Fabián, ven a conocer a Mauricio.. Mauricio el es tu tío.- dijo mirando a su bebé.

Fabián tenía los ojos cristalizados, se veía tan feliz. Tomó al bebé en brazos, al principio estaba nervioso, pero logró ponerlo entre sus brazos.

-Hola pequeño, soy tú tío.- sonrió.

Sé que será un gran padre....

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora