Capítulo 35

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-Señorita _______, Kristal-llamó el director desde la puerta de su oficina. Ambas volteamos-. Pasen.

Rodé los ojos, miré a Min, bufé y caminé hacia la oficina.

Ahora me sentía una idiota. ¿Por qué carajo me rebajé a su nivel? ¿Por qué le devolví el segundo empujón? ¿Por qué mierda me había sentido celosa? Me senté en una de las sillas al frente del escritorio de roble oscuro. Suspiré, haciendo un molesto sonido con mis labios. Estaba harta de esto; que alguien hablara luego.

-Y bien-dijo el calvo director-. ¿Qué ocurrió?

-Oh, yo le explico-exclamó Kristal-. Yo estaba charlando con mis amigas, hasta que de la nada llega _____, me empuja y me dice perra. ¡No sé qué le sucedió!

Rodé los ojos ante tal falso lloriqueo. De nada me servía decir algo, pues saldría perdiendo de todos modos. Conociendo cómo es Kristal...

-¿Entonces por qué está usted aquí, señorita?

-Pues, porque... mh... ugh...

-Porque me respondió el insulto, director-interrumpí sus balbuceos-. Ella me respondió de la misma forma agresiva.

Los ojos del director se movían desde Kristal hacia mi por unos infinitos segundos. Era la hora de que diera su veredicto final. Me sentía como si tuviera que ir a la cárcel por sentir celos. Ugh que cursi sonó eso. Bajó la vista hacia su libreta y comenzó a escribir un par de letras -supongo- que no logré entender. El silencio perturbaba el ambiente casi tanto como la presencia de la castaña. Lo único que logro escuchar es a mi subconsciente murmurar un ''te lo dije''. ¿No estaba de mi lado hace unos minutos?

-Muy bien-habló el hombre de anteojos-. Se quedarán ambas a detención después de clases, ¿si?

-¡No!-exclamé impulsivamente. Carraspeé y tragué saliva-. Digo, no. Debo ir a mi casa a... hacer algo muy importante.

-Tendrá que cancelar sus planes, señorita Merrick-se encogió de hombros-. Pueden retirarse.

Me levanté con la rabia impulsando mis acciones y caminé hacia la salida. Jung Min seguía ahí, ahora en compañía de Kyu Jong, quien sostenía mi mochila. Sonríen al verme y camino a duras penas hacia su sitio.

-Agh...-grité.

-¿Qué onda?-preguntó Kyu.

-Tengo castigo esta tarde-rodé los ojos.

-Hey, pero nosostros nos quedaremos a fútbol; nos podríamos ir juntos a la salida-sonrió Min.

-Sí, sí...-musité.

No les diría que debía ir a mi casa con Saeng Y, bueno, después de todo, ¿seguiría en pie la idea?  Sonreí ante sus alentadoras miradas antes de encogerme de hombros. La idea de pensar en que debía quedarme después de clases me torturaba el cerebro.

El alto cuerpo de Young Saeng apareció por un lado mío, haciendo vibrar mi corazón de alegrá y a la vez de enojo. Intenté no mirarlo, esquivándolo con el hecho de poner mi mochila a los hombros, sin embargo, su voz fue música para mis oídos.

-¿Qué pasó?-preguntó.

Quise tragarme mi orgullo pero se elevó aún más al escuchar su arrogante voz de macho alfa. Alcé mi vista hacia la suya. 

-Tú no me hables, que todo esto fue tu culpa-grité antes de alejarme del lugar lo más rápido posible.

Ugh, maldito Heo Young Saeng y su aire de seductor. Lo odio. Lo odio, porque son esas cosas las que me hacen quererlo cada vez más. 

Filosofía de Amar, Heo Young SaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora