Capítulo 53

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Una sonrisa se expandió en su rostro. Su cabello estaba totalmente hacia atrás, permitiéndome ver sus facciones a la perfección. Sus verdes y brillantes ojos bajaron hasta mis labios justo antes de que sus manos se aferraran ami cintura y sus labios capturaron los míos. Un beso con vehembencia cubrió nuestras bocas exigentes y las lenguas se filtraron a hacer su danza de amor. Subió sus manos hacia mi rostro y nos alejó.

-Eres tan linda, ____. Eres... eres perfecta-susurró antes de dejar otro corto suave beso sobre mis labios.

Giró su torso hasta la llave de la ducha y la cerró. Ahora todo lo que podía escuchar eran los latidos acelerados de mi corazón que sólo Saeng me causaba. Tomó dos toallas por encima de mis hombros y cubrió todo mi cuerpo. Sus labios se plasmaron en mi nariz y solté una ligera risa antes de tomar su mano y salir de la ducha junto a él. Nos encaminó hasta las afueras del baño, llegando hacia una habitación. Ni siquiera prendió la luz; las ventanas sin cortinas nos daban el acceso perfecto a la luna menguante. Cerró la puerta detrás de nosotros y un pequeño viento hizo mi cuerpo estremecerse. Giré para ver una cama individual bastante antigua en un rincón del cuarto. No había más que un clóset y un velador ocupando espacio, aparte de la cama, claro. Su cuerpo se detuvo delante del mío una vez más y noté su sonrisa iluminar la habitación. Sonreí también. Haríamos el amor. Nada más que sumidos en la atmósfera de total del puro romanticismo. Seríamos uno solo de la forma más simple que su podría pedir. Me puse de puntillas y besé sus labios fugazmente. Sus manos tomaron mi cintura en forma rápida y sus labios bajaron a mi cuello. Su lengua hizo paso de inmediato a mi piel débil y solté un pequeño gemido al sentir sus dientes clavarse. Cerré mis ojos y dejé que el viento se filtrara en mi cuerpo al sentir sus manos retirar la toalla de mi cuerpo. Tracé dos líneas con mis dedos índices hasta el inicio de sus oblicuos bien marcados y sentí la tela suave de la toalla por debajo de éstos. La arranqué de sus caderas y la lancé al piso.

Soltó un suspiro justo en mi cuello, el cual me hizo jadear con más fuerza. Tomé su miembro y comencé a frotarlo; lo sentí crecer con el roce de mis dedos. La sensación de placer se acrecentaba con cada lamida que Saeng propocionaba a mi frágil cuell, y cadagemido que él emitía era en producto de mis dedos frotar como él mismo había hecho horas antes. Era primera vez que sentía su erección en mis manos. Era tan suave, duro y grande. Sus manos me atrajeron mucho más a su cuerpo y solté su erección, ocasionando que ésta chocara con mi feminidad.

-Oh-gemí fuerte.

Nos encaminó a la cama sin separar sus labios de mi piel. Mis pies fríos y húmedos comenzaron a avanzar de espaldas y las manos de Saeng se encargaron de recostarme en el duro colchón. Quedó a horcajadas de mí y sonrió.

-Te quiero mucho, ___.

-También te quiero mucho, Saeng.

-Te voy a hacer el amor... lentamente.

Sólo atiné a asentir como un tímida niña. Separé mis piernas y su cuerpo se posicionó por dentro de éstas. Tomó su erección y se hundió en mí, lento, suave, placentero. Mordí mi labio inferior al momento en que cerré mis ojos con fuerza. Podía sentir cada sensación, una por una, viajando por cada lugar de mi cuerpo. Abrí mis ojos y busqué los suyos. Los mantenía abiertos, mirándome, dándome fuerzas. Su labio inferior también se encontraba preso por sus dientes. Sus manos eran lentas, delicadas... Era perfecto. Gemí levemente al sentir gemir también. El sonido gutural que salía desde la profundidad de su garganta era música para mis oídos. Me hacía querer desfallecer, casi tanto como la forma en que se movía dentro de mí una y otra vez. Me sentía tan cansada.

Seguía moviéndose torturosamente lento y mis sentidos estaban rendidos. Alcé mi cabeza y besé sus labios. Su cabeza se inclinó y siguió mi beso. Suu lengua se introdujo en mi boca, su respiración recaía en mis labios y mordí su lengua levemente a sentirme morir: llegar al clímax. Gemí muy fuerte y lo sentí acabar en mí una vez más. Su ronca voz pronunció mi nombre.

-Mmh, Saeng...-susurré.

-___... eres todo lo que siempre quise, y mucho más.

Filosofía de Amar, Heo Young SaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora