Capítulo 60

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Narra ______ Merrick. 

Ya era miércoles y las cosas habían ido bastante normales, a excepción de que no había cruzado palabra alguna con Hyun Joong. Era un estúpido. Él no sólo insultó a Young Saeng, sino que de paso, me insultó a mí.

Sé que sólo quería protegerme, pero simplemente no era la forma. Él no lograba entender que yo amaba a Saeng y me hacía feliz. Saeng había sido la única persona que -después de mi familia y los chicos- en serio me importaba. No era de tener muchos romances; la verdad, no había dado un beso desde los catorce años, y que Young Saeng llegara a mi vida, así de la nada era algo que en serio me fascinaba.

Era mi todo.

Con él todo seguía igual.

El lunes, después de su clase, hablamos sobre el tema de Hyun Joong y la verdad es que se lo tomó mejor de lo que pensaba. Otra razón más para amarlo. Ahora me encontraba caminando por el campus junto a Kyu y a Jun. Todavía quedaba media hora de descanso antes de volver a la siguiente clase, por lo que seguimos hasta las bancas del final.
-... Yo creo que Hyunnie es muy sobreprotector-dijo Kyu en un suspiro.
-Y no lo culpo-exclamó Jun-. Tú has sido su mejor amiga desde siempre.
-Pero ya tengo diecisiete-protesté-. Él tiene novia y yo no le digo nada. ¿Por qué él debe intervenir en esto?
-Porque Young Saeng es tu profesor, quizás-Jun se encogió de hombros.
-¿De qué lado estás, amigo?-lo fulminé con la mirada. Él simplemente alzó las manos en forma de defensa, ocasionando una risa por parte de Kyu Jong-. La cosa es que yo quiero mucho a Saeng... y él me quiere.
-Hyun Joong siempre ha sido muy terco-murmuró Kyu-. Quizás no deberías hacerle caso.
-¡Eso hago!-exclamé con frustración-, y hasta ahora no ha dado resultado.
-Es un idiota, fin-concluyó el el menor con una sonrisa satisfecha.
Nos quedamos en silencio, observando las nubes pasar, lo demás chicos riendo, escuchando el escaso sonido de los pájaros y simplemente pensando.
-Min me contó lo que pasó el sábado en tu casa-dijo Jun.
-Ni me hagas recordar-rodé los ojos-. Tuve que explicarle algunas cosas a mi madre y el noventa y ocho por ciento de ellas eran mentiras, y sabes que odio mentirle.
-¿Y ahora has vuelto a hablar con Young Saeng?-preguntó Kyu.
-Sí, al menos-suspiré-. Él entiende a Hyun Joong, pero odia la forma en que lo trata; ya sabes cómo puede llegar a ser ese bastardo.
-Oh, sí que lo sé... 

Las clases habían llegado a su fin y por fin podría irme a casa a comer y vestirme adecuadamente para la "sorpresa" que Saeng me dijo que tenía. Los chicos tenían práctica, por lo que debía irme sola. Mi vista iba clavada en el celular mientras que mis pasos hacían eco en el vacío pasillo que me conducía a la salida. Tecleé en las letras correspondientes y presioné la tecla "enviar" al mensaje para Saeng: 

"Cuando acabes, me avisas. Yo iré a casa. Te quiero x :)" 

Levanté la vista para continuar mi camino, pero lo único que obtuve fue chocarme de frente con una chica alta. Ambas nos balanceamos en nuestra posición y una risita salió de sus labios rojos.
-Lo siento-sonreí educada mientras, disimuladamente, escaneaba su cabello negro ondulado, su figura de super modelo, sus increíbles cejas y sus profundos ojos.
-Oh, tranquila-sonrió-. Fue mi culpa; suelo ser muy despistada.

Sólo me limité a reír mientras acomodaba mi mochila en mis hombros y guardaba el celular en mi bolsillo.
-Una consulta-dijo-: ¿Tú sabes dónde está la oficina del director?
-Sí, sí-asentí como idiota y señalicé con mis manos-. Por este pasillo, la primera puerta a la izquierda.
-Muchas gracias, linda-guiñó un ojo.
-De nada-musité con una sonrisa en mis labios.

Hizo sonar sus tacones hacia el lugar indicado y desapareció de mi vista. Wow, era hermosa. Posiblemente, mi autoestima no se arregle hasta dentro de unas semanas por su culpa. Proseguí mi camino hasta que la luz del sol pegó directo a mi rostro y el viento se encargó de revolver mi cabello. Inhalé la brisa. Amaba sentir el aire limpiando mis fosas nasales y haciéndome sentir fresca. Cada sentimiento de libertad fue interrumpido por el timbre de mi celular, logrando que diera un respingo. Miré a todos lados antes de tomarlo para asegurarme de que nadie me estaba viendo. Lo removí de mi bolsillo y deslicé mi dedo por la pantalla: Saeng. Sonreí nerviosa antes de atender.
-¿Hola?-dije.
-Princesa, ya he terminado, ¿me esperas? Bajo en seguida.
-Claro, pero rápido, que muero de hambre.
-Voy bajando... En estos momentos voy llegando al segundo piso... Aguarda...-su voz sonaba entrecortada-. Un piso más...
-Young Saeng, ¿vienes corriendo?-reí.
-Hago lo posible... para llegar a ti... cuanto antes. Aquí voy...

Solté una carcajada y volteé hacia la puerta del establecimiento. Un segundo después, vi una alta figura con cabellos revueltos, un celular pegado en su oreja, una respiración agitada y una gran sonrisa.
-Llegué-suspiró.

Corté la llamada y guardé de nuevo el celular. Sentí las típicas mariposas de ojitos chinitos desatarse en mi estómago mientras que mis piernas corrían a su encuentro. Me di el impulso necesario para saltar hacia su cuerpo y rodear sus caderas con mis piernas. Sus manos se aferraron a mi cintura y lo sentí acercarme a él. No nos besamos, pues aún seguíamos en la escuela. Lo miré fijamente. No me resistiría mucho tiempo sin besarlo, por lo que me bajé de su agarre y arreglé tímidamente un mechón de mi cabello.
-¿Cómo estuvieron las clases?-preguntó entrelazando nuestras manos por lo bajo.
-Bien, gracias. No hubo nada del otro mundo.
-Como siempre-se encogió de hombros.

Rodeamos el colegio hasta el estacionamiento y en seguida nos metimos en su auto. Éste se incorporó a las calles rápidamente.
-¿Tienes hambre?-rompió el silencio. Yo asentí-. Entonces te invitaré a comer antes de darte la sorpresa.
-No, Saeng, no es necesario-exclamé medio apenada-. Podemos ir a mi casa y coci...
-Hermosa, déjame invitarte, ¿sí?-me miró-. No tengo ningún problema en hacerlo.
-¿En serio?-mordí mi labio inferior.
-En serio. Aparte, tenemos que hacer tiempo; aún es muy temprano.
-Son las cuatro, Heo-alcé una ceja.
-Me lo agradecerás... espero.

Filosofía de Amar, Heo Young SaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora