¡Ya es viernes al fin! En menos de doce horas por fin estaría mandando todo el estrés de la semana por el caño y tomarme unas buenas cervezas en compañía de mis amigos, sin verle la cara a los estúpidos profesores que se dedican a torturar nuestras vidas con exámenes, trabajos y tareas. ¡Los odio a todos!
La alarma me había despertado a la hora de siempre, sin embargo, me tuve que ir caminando hacia el colegio, por lo que llegué más tarde que de costumbre. Los pasillos estaban desolados, y el único ruido que podía oír era el eco que hacían mis zapatos al ir caminando apresurados. Ni siquiera recordaba lo que me tocaba a primera hora, por lo que tuve que parar frente a los casilleros para hincarme a buscar el torpe horario en la mochila.
-¿Dónde estás estúpido?-resoplaba hacia el cuaderno que no aparecía.
Para mi mala suerte, éste no se encontraba. Lo había olvidado en casa. ¿Ahora que haría? No tenía la menor idea de qué salón me debía ir. ¿Y si llegaba a alguno equivocado? La vergüenza sería máxima. Me decidí por cerrar mi cochila con una fuerza bruta y rendirme. Me incorporé nuevamente y seguí caminando sin rumbo, intentando acordarme de algo. No eran las diez de la mañana aún, por lo que mis neuronas todavía no despertaban del todo.
Pasaba por al frente de cada puerta arrastrando mis pasos, vagando hasta por donde no se podía. Qué más da. No me iba a acordary no quedaba mucho para que la clase terminara.
Y de un momento a otro, sentí algo plasmarse contra mi nariz; algo duro, por lo que caí al suelo. Cerré los ojos por el impacto e intenté aterrizar con mi manos.
-¡Oh, lo siento!-podría reconocer esa dulce y seductora voz hasta bajo del agua.
Alcé mi vista y pude percatar que Young Saeng se encontraba justo al lado de la puerta que había abierto con ''astucia'' y había chocado en mi nariz. Me tendió su mano y, con recelo, la tomé. Sentí la suave palma de su mano encajar a la perfección con la mía. Algo dentro de mi estómago se revolvió con regocijo.
Quedé frente a él, aún con mi vista alzada hacia la suya. Él algo más alto que yo.
-¿Me perdonas?-sonrió.
-Sí... sí-asentí como idiota, sin ánimos de soltar su mano. Ya parecía que él tampoco quería hacerlo.
La solté a duras penas y sólo atiné a sonreír, ocultando el hecho de que su mirada me ponía nerviosa e intimidada. Era como tener al mismo dios de la sensualidad frente a mis ojos. Una perfecta escultura que, sin problemas, podría desnudar con mis ojos. ¿Que rayos estoy diciendo?
-Señorita ______-la gutural voz del director llamó mi atención a mis espaldas-. ¿Qué hace fuera de clases a estas horas?
-Director Gallagher-musité desganada-. Yo... am...vine...
-Le pedí que me ayudara con un proyecto-interrumpió Saeng.
Volví a mirarlo y él sólo me dio un codazo disimulando en las costillas, para luego guiñarme el ojo. Ese gesto me hizo desfallecer.
-¿Proyecto?-el director no parecía convencido.
-Sí, ya sabe...-murmuró-. El del tema de La Felicidad, ¿lo recuerda?
-No me lo habías mencionado, Heo...-volvió a musitar el terco de poco cabello.
-Oh, lo siento-sonrió Saeng-. Quizá lo olvidé...
El ensordecedor sonido de la campana interrumpió la gran mentira de Young Saeng y me hizo sentir un alivio total. Miré a Saeng y él sólo rió por lo bajo. El director nos miró con el ceño fruncido.
-Te dejaré pasar esta vez, _____-dijo, para luego dirigir sus ojos hacia Young Saeng-. Y, Heo, quiero ver sus avances con ese proyecto.
Esperen, esperen. ¿Dijo ''sus'' avances? ¿Se refería a Saeng y yo? Él ni siquiera era un alumno y podía ser ayudado por cualquier otro profesor. ¿Cómo es que había accedido a que una simple alumna hiciera el supuesto proyecto? Young Saeng y yo volvimos a quedar solos por unos momentos.
-Así que me ayudarás con el proyecto-guiño el ojo izquiero y dio media vuelta.
Era raro; a mí jamás me había gustado ayudar a los profesores con sus estúpidos trabajos o cosas para las muestras del fin de semestre, pero ahora me sentía feliz de hacerlo. Young Saeng era... ¿Cómo decirlo? Diferente. Era como un chico más de la escuela. Le mentía a su jefe, se iba con un aire de misterio desesperante y era jodidamente guapo. Lo había observado a escondidas durante toda la semana, y me sentía tonta por decirlo, pero... sentías una pequeña atracción hacia él.
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Filosofía de Amar, Heo Young Saeng
Fanfic_____ Merrick es una estudiante de diecisiete años. Mantiene una vida bastante normal junto a sus amigos Hyun Joong, Kyu Jong, Min y Jun, hasta que ingresa un nuevo profesor de Filosofía: Heo Young Saeng. Un joven apuesto, coqueto e irritante, según...