Capítulo 41

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-Young Saeng, debemos hacer el trabajo ahora-jadeé intentando removerlo de mi cuerpo.

-Mh, no, ya no quiero-musitó al momento en que escondía su rostro en el hueco de mi cuello, llenándolo de pequeños besos.

-Dios, Heo, es tu trabajo hacerlo-reí ante sus labios en mi punto débil.

-Quedémonos en cama un ratito más, ¿si?

-Hyun Joong me vendrá a buscar y no podremos terminar el maldito proyecto.

Alzó su cabeza y nuestros ojos se encontraron, brillosos, luego de un polvo bien merecido.

Alcé las cejas y solté una pequeña risita. Podría jurar que estaba celoso... o eso es lo que yo quería pensar. frunció sus labios antes de suspirar.

-Ok, vamos-gruñó.

Pasaron alrededor de dos horas antes de haber completado las preguntas y ejercicios de las guías. Bueno, casi todas. Mi cabeza era demasiado idiota como para analizar y pensar una respuesta a esa pregunta.

-¿Qué es para ti la felicidad, _____?-murmuró Saeng, entrelazando sus dedos y apoyando sus codos en sus rodillas. Debía estar igual de harto que yo.

La felicidad para mí era... No, no tenía idea de lo que era la maldita felicidad. O quizás si lo sabía, pero me aterraba admitir la respuesta...

-Yo... yo no tengo idea, Saeng-confesé en susurro.

-¿Nada se te viene a la mente?, ¿cualquier cosa?

-No-negué débilmente-, lo siento.

Su profunda y pasiva mirada se centró en cada punto de mi rostro, sus dedos seguían a la altura de sus labios, obstaculizando la vista hacia sus deseados labios rosados. soltó una bocanada de aire e hizo un intento de sonrisa.

-Bien-dijo. Debemos responder esta pregunta de aquí al fin de semestre; aún hay tiempo.

-Perfecto-sonreí justo antes de dejar los papeles en la mesa de centro-. ¿Qué quieres hacer, entonces?

-Creo que quiero besarte.

El hormigueo se hizo paso en mi estómago con tan sólo escuchar esa simple frase. Cree que quiere besarme. Él a mí. ¡Saeng me quiere besar! Sonreí cohibida y pretendí que me daba exactamente lo mismo.

-¿Oh, sí? Creo que yo quiero helado. ¿Quieres un poco de helado?

Hice un intento de ponerme de pie, no obstante, los brazos de Young Saeng rodearon mi cintura y me hicieron caer aún más cerca de su cuerpo. su aroma se impregnó en mis fosas nasales una vez más. Levanté mi rostro y nuestras narices se rozaron al instante.

-No me hagas esto-susurró-. No te he besado hace algo más de una hora y ya me estoy desesperando.

-Wow, no pensé que en serio yo te gustara-confesé.

Con toda la agilidad puesta en sus acciones, sus brazos me elevaron lo suficiente y mi cuerpo quedó a horcajadas del suyo. La respiración agitada de Saeng se encontraba con la mía frente a frente. Oprimí mis piernas en sus caderas y deslicé mis manos hacia su pecho. Me impresionó el brilo que invadió sus ojos; era tan real, acuoso y perfecto. Esa mirada era capaz de curar el cáncer... metafóricamente.

-Jamás vuelvas a dudar de eso, ¿ok?-susurró.

Madre mía. Era imposible amar más a este ser tan perfecto. Me ha hecho ver tantas cosas que, sinceramente no creo que hayan visto los demás... ni siquiera su novia. La claridad de sus oscuros ojos era algo de otro mundo. algo fuera de este universo. su sonrisa tan delicada puesta sobre sus labios fue rectificada por un beso de mi parte. La dulzura de sus labios era intensa, la exquisitez de su lengua era una perfecta mezcla de dulzura, romanticisimo... y amor.

Filosofía de Amar, Heo Young SaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora