Capítulo 42

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Él me quería.

Esas palabras saliendo de sus labios valían más que cualquier cosa en el mundo.

Las pulsaciones de mi corazón se aceleraron mucho más al instante de ver la sincera sonrisa en los labios de Saeng. Intenté parar mis nervios mordiendo mi labio inferior, como siempre.

-Yo también te quiero, Saeng-susurré.

Me di el gusto de inclinarme hacia adelante y besar sus labios una vez más. La calidez de su lengua se introdujo a entrelazarse con la mía. su boca acariciaba la mía como si fuera la última vez que lo haría. sus manos bajaron hasta el comienzo de mi cintura y las adentró por debajo de mi camiseta, acariciando mi espalda descubierta. Había olvidado ponerme sostenes, mierda. Iban marcando un recorrido desde mi mejilla hasta mi cuello, en donde se centró en atacar suavemente; tentándome. Reí por lo bajo y alejé sus manos de mi cuerpo antes de volver a sentarme a su lado. Sus ojos, abiertos de par en par, me miraban pidiendo una explicación y, a la vez, me suplicaban que lo besara una vez más. Hice casi omiso a su penetrante mirada y saqué el celular de mi bolsillo, encendiendo la pantalla: cinco con cuarenta y dos minutos.

-No tenemos mucho tiempo antes de que Hyun Joong aparezca-mascullé-: tiene la manía de llegar incluso antes de la hora acordada.

-Mh-se quejó alzando la vista-. ¿Permiso para ponerme celoso, mi capitana?

Santa mierda. Young Saeng estaba celoso.

-Permiso denegado-reí mientras me ponía de pie; había quedado con las ganas de tomar helado.

Nuevamente, las manos ágiles de Saeng lograron hacerme caer en su regazo. Me acomodé para quedar en nuestra anterior posición: mis piernas flectadas a cada lado de sus caderas. La intensidad de su mirada aumentó. Esta bajó hasta mis labios y luego a mis ojos y de nuevo mis labios. Era como si me estuviera pidiendo permiso para besarme. ¡Bésame de una vez, Heo! Y, mágicamente, lo hizo. La tibia y, a la vez, fría sensación que nuestros labios poseían crecía en pasión en intensidad. sus labios pasaron nuevamente de mi mejilla hasta mi cuello, mientras que sus manos subían por debajo de mi camiseta, hasta llenar la palma de sus manos con mis senos. Pude sentir la dureza de mis pezones al instante, como sentí la erección de Saeng en medio de ambos. Gemí al percatarme de sus dientes mordiendo mi piel succionada y besada.

Por desgracia, el maldito celular comenzó a vibrar dentro de mi pantalón. Heo resopló en mi cuello, logrando estremecerme.

-Saeng...-murmuré-. Saeng, debo contestar.

-Mh...-gruñó mordiendo mi cuello una vez más antes de dejarme en libertad-. Debería ser ilegal que me dejes así de excitado.

Ahogué una carcajada al ver el nombre de mi amigo en la pantalla. Puse un dedo en los labios de Young SAeng y contesté.

-¿Hola?

-____, soy Hyun Joong.

-Lo sé, campeón-reí al momento en que me ponía de pie y comenzaba a dar vueltas por el salón-. ¿Qué ocurre?

-Los chicos y yo pasaremos por ti en una hora o algo más, para que te pongas linda.

-¡¿Me estás diciendo fea?!-griité, fingiendo indignación. Miré a Saeng y su ceño fruncido. Le lancé un beso y su semblante se relajó por completo.

-No, idiota-rió-. Bueno, sí...

-¡Kim Hyun Joong!

-Es broma.se defendió en tono desagradablemente agudo-. Te quiero, enana.

-También te quiero, hombre de dos metros-me burlé.

Filosofía de Amar, Heo Young SaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora