Capítulo 17

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Maratón 2/3

El cerrar de la puerta de mi cada me hizo estremecer. Aún con el más mínimo ruido mi cabeza estaba a punto de estallar. Sólo quería dormir, y si era posible, no despertar jamás. Tiré la mochila hacia el sillón y arrastré mis pesados pies hasta mi habitación. Todo estaba en silencio dentro de mi hogar, sin contar las quejas que mis labios pronunciaban sin cesar. Cerré la puerta de me recosté en mi cama. Suspiré. Al fin todo lo que oía era el silencio. Lo era hasta que mi celular comenzó a vibrar y mi canción favorita comenzó a sonar. ¿Es que acaso nadie se apiada de mi? ¡Quería dormir! Maldije hacia la nada y, de mala gana, contesté.

-¿Qué?

-¿_______, eres tú?-la voz de Hyun Joong sonó al otro lado de la bocina.

-No, soy el cartero-resoplé-. ¿Qué pasa?

-Oh, señor cartero, ¿le podría decir a ______ si me permite ir a visitarla a su casa?

Reí ante su casual comentario. Cada vez me era más imposible enojarme con Hyun Joong. Él era el único capaz de aguantarme hasta mis acetas más extremas y asesinas.

-¿En este momento?-exclamé.

-Um, ¿qué estás haciendo?

-Muriéndome de una maldita jaqueca.

-¡Wow, pensé que era el único!-rió-. Bien, iré a verte, así que espérame y no te muevas.

-Ok, ven rápido.

-Te adoro-su voz se volvió aguda y malvadamente tierna. Esa voz sólo la usa cada vez que mi ánimo no era el mejor del mundo.

-Yo también-gruñí y finalicé la llamada.

Dejé el celular a un lado de la almohada y cerré los ojos, intentando descansar la vista, o calmando un poco el agobiante y palpitante dolor que se situaba en cada lugar de mi cerebro. No quería pensar en nada, sin embargo, seguía pensando en todo. O para ser más específica, en Saeng. Él se estaba convirtiendo en todo lo que podía visualizar al momento en que mis ojos se cerraban. Él era cada segundo de mi imaginación y cada minuto de mi razón. Lo odiaba. Odiaba que estuviera quitándome tanto tiempo en tan poco de éste. No entendía muy bien qué era lo que sentía por él; sólo sabía que el sentimiento no se iría por un largo tiempo.

Di un salto y mis ojos se abrieron de golpe, para encontrarme con una alta silueta que sostenía dos tazas con algo humeante dentro. Froté mis ojos, preguntándome cómo es que caí al sueño en tan poco tiempo. La sonrisa de Hyun Joong formó una en mi rostro.

-Ten-me tendió una de las tazas al momento en que se sentaba a mi lado.

-Ugh, gracias-respondí aún adormilada-. ¿Hace cuanto llegaste?

-Hace unos minutos. Hace tiempo suficiente para hacer dos cafés que quiten jaquecas-sonrió orgulloso.

Di un sorbo al marrón y cargado líquido que se mantenía caliente y dejé la taza en el velador para poder acomodarme mejor. Los ojos de Hyun Joong no se alejaron en ningún momento de mí. Parecía muy normal, como si su cabeza no estuviera adolorida, a diferencia de mí. Aunque, a decir verdad, el dormir me calmó bastante.

-Hoy no te vi en todo el día-susurré.

-Oh, es que debimos quedarnos a dar pruebas para entrar al equipo de futbol.

-¿Todos?

-Sí, ya sabes, nosotros cuatro-se encogió de hombros sorbiendo un poco más de su café.

Tomé mi taza entre mis frías manos y volví a beber una gran cantidad. Hacía algo de frío, y esto era perfecto para poder mantenerme un poco tibia. Soplé en dirección al café y bebí un poco más.

-¿Y tú? ¿Qué hiciste hoy?-preguntó.

-Um, nada, ya sabes-murmuré-. Ayudé a Heo con un proyecto.

Mis palabras salieron demasiado tímidas, como queriendo evitar el tema de Saeng. Y era una completa idiota, porque, a pesar de todo, era lo único que quería hablar. El ceño de Hyun Joong se frunció en confusión y soltó una ligera risa.

-¿Tú? ¿Ayudando a un profesor a un profesor con un proyecto? Creo que Saeng en serio te gusta.

-No... No me gusta en serio-intenté restarle importancia al tema, pero no pude evitar que mis nervios saliean a flote-. Fue para salvarme del director.

-Ah. ¿Y con quién más lo hacen? Podría ayudarlos, no sé...

Me quedé en silencio, examinando cada punto del rostro de mi mejor amigos. No esperaba que sospechara algo; quería mantenerlo en secreto por un tiempo más. Sería raro si Joong supiera lo que en serio estaba haciendo con Saeng cuando nadie nos veía.

-_______-su semblante se puso seria-. Demi que no pasó nada entre ustedes mientras hacían el ''proyecto''-hizo comillas con sus dedos.

-Ugh, sólo te diré que de todo lo que hicimos, no pasó nada.

-¿Se besaron?

Me volví a callar. Sentía mi corazón punzando cada vez más junto en el lugar más débil de mi pecho. Me invadieron unas explicables ganas de llorar, correr por un cuchillo y enterrármelo en la cabeza, para así no volver a pensar en Young Saeng ni en estupideces nunca más. Bajé la vista, evitando la acusadora e intimidante mirada de Hyun Joong.

-_______, ¿se besaron?-insistió.

-Sí, Hyun Joong-musité en un resoplo.

-¿Tuvieron sexo?

Abrí mis ojos de par en par. ¡Wow, que directo eres, campeón! Reí ante su curiosidad, pero, al parecer, no teníamos el mismo sentido del humor. Dejé salir un suave viento por labios entreabiertos y miré a Hyun Joong directo a sus marrones ojos.

-No.

-¿Segura?

-Por completo.

-Te creo.

Sonreí ante su confianza en mí y volví a beber algo de mi ya tibio café. Él me sonrió de vuelta, pero su sonrisa era algo falsa; era como una sonrisa de lástima. ¿Hyunnie sentía lastima por mí? No era mi culpa haberme enamorado de un profesor. Alto, dije ''enamorado''? Te felicito, _______, lo admitiste.

-_______, no quiero que sufras-suspiró Hyun Joong-. Y ambos sabemos que lo harás.

-Lo sé... Pero será lindo mientras dure.

Filosofía de Amar, Heo Young SaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora