Su sonrisa hizo mi mundo una vez más. Le sonreí de vuelta y le ofrecí mi mano. La calidez de sus dedos se entrelazó con el frío de los míos. sus pasos iban tan lentos y débiles que me hacían querer llorar una vez más. Un gemido se escapó de sus labios y noté que iba cojeando. Oh, Dios, se veía tan lastimado. Me alegraba un montón que estuviera bien. Entramos en casa y lo guié hacia el sillón. Se plantó en él sin dejar de mirarme en ningún momento. Los pasos de Danny salen desde la cocina y en sus manos trae una taza, la cual me tiende.
-Era claro que iría a quedarse-susurró-, así que aproveché en prepararle un café.
-Gracias, Dan. Eres el mejor-sonreí y le tendí la taza a Saeng, la cual tomó de inmediato. Sus verdosos y acuosos ojos ahora estaban plasmados en mi hermano.
-¿Quién eres tú?-le dijo, y me miró con el ceño fruncido-.___, ¿quién es él y por qué está en tu casa?-volvió a mirar a Dan-. Ella es mía, hermano, yo la vi primero.
-¡Tranquilo, chico malo!-rió Danny alzando los brazos en modo de defensa. Mordí mi labio inferior, reprimiendo una risita, y rodé los ojos hacia Young Saeng.
-Saeng, él es mi hermano, cálmate. Y no alces la voz que mamá está durmiendo.
-¿Por qué no me habías dicho que tenías un hermano?-musitó sorbiendo de su café.
-Jamás salió al tema mi familia... ni la tuya, Saeng.
El silencio comenzó a hacer eco en la sala. Esos ojos verdes que me quitaban el sueño y la cordura estaban observando cada una de mis acciones. Lo miré de igual forma, sólo que algo intimidada. Bebió más de su café, hasta el punto en que sus ojos se pusieron más oscuros, llegando a su color natural. aunque, sin embargo, sus prominentes ojeras seguían siendo aornos innecesarios en su rostro. Eran indicio absoluto de no haber dormido nada y llorar demasiado.
-Eh, bueno...-habló Danny-. Yo me iré a dormir. Creo que necesian hablar.
-Gracias, Dan, descansa-besé su mejilla.
-Bye, Heo-hizo un ademán con la cabeza. Saeng le respondió con la misma acción, sólo que sin decir nada.
Justo después de soltar una buena bocanada de aire, caminé hacia el sofá y me senté a un lado de Saeng. Acomodé mi cuerpo, pasé una de mis piernas por debajo de mi trasero y quedé frente a su perfil. Sus ojos se volvieron hacia los míos y frunció los labios.
-Estuviste llorando mucho-susurró.
-Tú también-bajé la vista hasta mis manos-
-Fue por ti.
Lo volví a mirar. Una pequeña sonrisa ladeada estaba asomada en una de las comisuras de sus labios. Hice el intento de sonreír también.
-Yo también lloré por ti, Young Saeng. Estaba asustada; necesitaba saber si estabas bien.
-Físicamente, lo estoy, pero tengo un maldito dolor en el pecho que no me deja respirar.
-¿Quieres una pastilla o algo?
Bajó la vista, negó con la cabeza y soltó una pequeña risita.
-Creo que no lo comprendes: estoy sufriendo por ti, ____.
-¿Por mí?
-Sí, no sé... Ugh, ha pasado muy poco tiempo y... yo no pueo dejar de pensar en ti.
-Entonces, ¿por qué te acostaste con Tiffany?
No era algo que debía reprocharle, pues yo misma era "la otra". Sin embargo, necesitaba saberlo de todos modos. Tragó saliva sonoramente y cerró los ojos. Los abrió unos segundos después.
-Estaba muy ebrio. Sé que es una excusa idiota, pero es la verdad. Necesitaba pensar que eras tú a quien yo estaba poseyendo. Quería pensar que eras mía una vez más sin la necesidad de sentirme culpable luego...
-¿Te sientes culpable cuando estás conmigo?-no pude disimular el dolor en mis palabras.
-¡No!-carraspeó-. No... no quise decir eso. Me refiero, sin tener la voz de tu amigo Kim... Hyun Joong diciéndome que era un depravado o un mujeriego. Quise olvidarme de todo eso, pero... pero una vez más, hice todo lo contrario.
-¿Todo esto fue por Hyun?-abrí los ojos más de lo normal.
-No exactamente, pero más o menos.
-Saeng, no te entiendo.
-Yo tampoco-se encogió de hombros como un pequeño niño. Su mirada se perdió en un punto muerto de la habitación. Sus ojos destellaban inocencia pura. Se veía tan frágil, tan arrepentido, tan vulnerable.
-¿Quieres dormir conmigo?-dije al fin.
Sus ojos me miraron de inmediato. Alzó las cejas, parecía incrédulo.
-¿No le molestará a tu mamá?
-No creo. Le caes muy bien, y dice que nosotros... agh, olvídalo-reí apenada.
Me arrepentí al mismo instante en que hablé. No creo que fuera un comentario apropiado, ni menos ahora.
-¿Nosotros qué?-habló con voz muy ronca.
-Nada, déjalo-negué.
-Vamos, dime, por favor-jaló la manga de mi camiseta y me tirneó cual niño de cinco años. Su ternura me hizo amarlo un poquito más.
-Mmh, eh, dice que nosotros hacemos bonita pareja-mascullé sin el valor de mirarlo.
-Pues, las mamás siempre tienen razón: Hacemos una muy linda pareja- Tú y yo... Nadie más.
![](https://img.wattpad.com/cover/13932047-288-k490932.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Filosofía de Amar, Heo Young Saeng
Hayran Kurgu_____ Merrick es una estudiante de diecisiete años. Mantiene una vida bastante normal junto a sus amigos Hyun Joong, Kyu Jong, Min y Jun, hasta que ingresa un nuevo profesor de Filosofía: Heo Young Saeng. Un joven apuesto, coqueto e irritante, según...