Capítulo Treinta y Nueve: Rescate.

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*Gretta Duke*

--No te preocupes cariño, ustedes algún día saldrán de esto aunque tenga yo que morir-- No puedo permitir que mis únicos rayos de esperanza sigan aquí con ese monstruo que tienen como padre, debo de hacer algo para sacarlos de aquí.
--¿Mis otros hermanos deberían de saberlo?-- Mi hijo ya había dejado de llorar pero no de abrazarme.
--No, sería muy cruel para ellos ver tales cosas-- Ellos siempre lo habían visto como alguien ejemplar a pesar de lo pegados que son mis hijos a mi, sobre todo Lucy ya que el mismo Axel la llama "la princesa de papá" y ella, como cualquier niño, lo tiene de seguro en un pedestal alto,  y que se enterase de qué era su padre en realidad la podría desilusionar y lastimar emocionalmente.
--Todo estará bien, mami-- Derramé otro par de lágrimas. Un abrazo y esas palabras era algo que necesitaba escuchar.

--Bueno amor, tengo cosas en la fiscalía que resolver, Jake se quedará aquí contigo, llevaré a Tyler al jardín de niños y a Lucy a su escuela-- Dijo saliendo del sótano, en ese entonces los pequeños mencionados vienen para despedirse de mi

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--Bueno amor, tengo cosas en la fiscalía que resolver, Jake se quedará aquí contigo, llevaré a Tyler al jardín de niños y a Lucy a su escuela-- Dijo saliendo del sótano, en ese entonces los pequeños mencionados vienen para despedirse de mi.
--Adiós...mami, ¿que te sucedió?-- Preguntó el pequeño Tyler mientras acercaba su pequeña mano a mi ojo afectado.
--Nada, sólo me caí, eso es todo, vamos, tienen que irse, pórtense bien los dos-- besé sus mejillas y los despedí a ambos. Ya tenía la casa limpia y es un poco temprano para hacer el almuerzo, sin embargo, eso no evita que mi hijo se haya quedado pegado a mi durante todo el día.
--Jake ¿No has visto un botiquín de primeros auxilios que estaba por aquí en mi habitación?-- Le Pregunté ya que cuando fui a revisar al lugar de siempre y no estaba. Por más que lo buscara por todas partes, no lo encontraba ya que mis heridas se estaban infectando y me estaba saliendo algo blanco de algunas de ellas.
--No mami-- Menciona desde la sala.
--Me pregunto dónde estará-- Susurré buscando entre mi tocador, mi guardarropas y el guardarropas de mi esposo y nada, no lo encontré por ninguna parte. Sólo falta que me la haya escondido para hacerme más la vida un infierno.
--Deberías preguntarle a papá, tal vez él lo sepa-- Suspiré por un largo rato por el enojo y frustración ante tal pensamiento por lo que decidí mojar con agua mis heridas y cubrirlas con un par de vendas que tenía escondidas en la caja de mi ropa interior, luego salgo a la sala dónde está mi hijo.
--Bueno, está bien, no importa, ¿no tienes alguna tarea que hacer?-- Camino a la sala de lavado con ropa sucia mía, de Jake y un par de sábanas, entonces saco la ropa de mis otros hijos de la secadora para ponerla en 2 cestas distintas para cada uno, luego pongo la ropa sucia principal poco en la lavadora después de llenarla de agua y la dejo lavarse por unos minutos.
--No, las hice todas solo antes de...bueno...lo que papá te hizo-- Sonaba resignado tras mencionar eso último, y no lo puedo culpar en lo absoluto, y eso, que no ha sabido TODO lo que su padre ha causado en mi vida.
--¿Te digo algo mamá?-- Yo había salido a la cocina y él me había seguido por detrás.
--Si cariño, adelante, prepararé algo mientras tanto-- ya el hambre estaba empezando a aparecer así que supongo que preparar algo de fruta para ambos no estaría mal.
--Me desilusioné al ver que papá te estaba lastimando, lo tenía en un pedestal alto, creía que él nunca dañaría a alguien--  Había un poco de dolor en su voz al hablar, y quién sabe, puede que hasta enojo, miedo o algo relacionado a la impotencia por no poder ayudarme.
--Yo también creí que no me haría algo así. Tu padre y yo éramos amigos en la infancia, niñez, adolescencia y ahora él... me trajo aquí y me hizo cosas horribles que no te puedo comentar porque eres pequeño aún y aquí estoy con esa cadena al tobillo-- Agito un poco el pie, haciendo sonar la cadena que tengo al tobillo que he intentado romper innumerables veces sin éxito alguno.
--Mami... desde mi escuela se puede llamar a la policía, ¿crees que yo pueda decirle a mi directora que lo haga?-- Eso hizo que mi corazón diera un vuelco y que me llenara de ilusión por un segundo...¿funcionaría? Pero... para ello... se necesita una prueba del abuso que se está cometiendo.
--¿Es en serio?-- Le pregunto y él asiente levemente con la cabeza.
--Si, la directora dio un anuncio de que si alguien tiene un problema de violencia doméstica, que pueden pedir ayuda-- Parece que mis ojos brillaron. Lo pensé por un momento... ¿Funcionará?....Bueno... sólo existe una manera de saberlo... y mis hijos saldrán de aquí aunque su padre tenga que matarme.
--Revisa arriba si tu padre dejó algo para grabar la evidencia-- Mi hijo asiente y sale del sótano mientras yo dejo el pequeño cóctel de frutas en la mesa del comedor para comer un poco mientras esperaba a mi hijo quién  bajó con una especie de cámara y una carta que había dejado Axel encima de la mesa del comedor del piso superior.
--Mira mami, encontré esta carta y esta cámara-- Me extendió ambas y dejé la cámara en la mesa junto al plato y abrí la carta en las cuáles estaban las palabras:

Tu Obsesión, Mi MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora