Capítulo Cuarenta y Nueve: La Pesadilla.

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*Keith Sawyer*

--Hola Gretta, claro que si, gracias por preocuparte, ¿cómo ha ido tu recuperación?-- Digo tomando algunas cosas del estante para ponerlas en el pequeño carrito.
--Mami, ¿no fue él quién nos salvó?-- Pregunta la pequeña con un par de golosinas en la mano y señalándome con la otra.
--Si, es él cariño-- Su padre se acercó a saludar con unas bolsas de arroz amistosamente.
--Hey, Keith, espero que estés bien-- Deduje el que Gretta le contó aunque sea brevemente sobre nuestro día en el cementerio.
--Si señor, muchas Gracias, igualmente para usted-- El gemelo que andaba con ellos sólo me saludó con la mano y permaneció callado, supongo que es alguien tímido.
--Muchas gracias por salvar a mi mami-- Me dice tiernamente la pequeña mientras yo tomaba unas conservas y las ponía en mi carrito, le sonreí amablemente a la niña y mientras Gretta tomaba otras conservas de la parte de abajo del estante contrario para montarlas en su carrito.
--De nada pequeña, es mi trabajo, estaré agradecido siempre de tratar de ayudar a la gente-- Ella sólo asintió y se fue con su madre, tío y abuelo. La verdad es que sí me siento bien cada vez que convivo con ellos. Ahora que lo pienso... veo que Gretta está llevando las cosas bien. No se ven tanto moretones en su cara como antes y se está adaptando de nuevo a vivir de nuevo con su familia, añadiendo ahora a sus tres hijos.

Me separé de ellos y terminé de hacer la compra completa, más relajado por tener una tarea pendiente menos de la que ocuparme. Ya después voy a mi auto para conducir tranquilo a casa.

 Ya después voy a mi auto para conducir tranquilo a casa

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*Gretta Duke*

--Lucy, no, no tomes eso, no puedes comer fresas, eres alérgica-- Mi hija frunció el ceño, pero por suerte no hizo una rabieta o algo parecido ya que se lo dije en un tono un poco fuerte y autoritario.
--Pero mami-- Se quejó ella.
--Pero nada, es por tu bien, mi amor-- Tomé su manita y caminamos junto a mi padre y hermano por los pasillos y terminamos de hacer las compras.

--Pero nada, es por tu bien, mi amor-- Tomé su manita y caminamos junto a mi padre y hermano por los pasillos y terminamos de hacer las compras

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Ya habíamos llegado a casa desde el supermercado y la verdad... me sentía feliz de que no me diera un ataque de ansiedad.
--¿Qué trajeron?-- Preguntó mi madre ayudándonos con las bolsas.
--Ingredientes para Tacos y algunas golosinas para los niños-- Guardamos lo que no se va a usar en la despensa y aún con mi brazo herido trato de ayudar a mis padres a preparar todo para la cena como podía.
--Deja que tu madre y yo nos encarguemos de esto, ve a descansar, estuviste todo el día fuera-- Cierto porque poco antes de ver a Keith fui a otra cita con mi terapeuta con mis hijos esta vez, aunque mis hijos fueron acompañados por mi madre hacia su terapeuta infantil, mis terapias son grupales con otras mujeres y una de ellas era curiosamente de la misma familia Chandler, la cuál me contó que mi caso inició una revolución en la familia.

Tu Obsesión, Mi MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora