AHORA QUE TE AMO

ACOSTUMBRANDOME

Esa noche se quedó a dormir Pin con Son ya que se la pasaron platicando por un buen rato por lo que le ganó el sueño. Se quedó profundamente dormido pero Son aún no lo había hecho, solo lo observaba fijamente iba a tocarlo pero se detuvo solo dibujo en el aire sus finas facciones para después bajar su mano.

- Si te hubiera conocido antes talves me hubiera podido enamorar de ti. Eres alguien muy especial -- susurro, después cerro sus ojos para dormir junto a él lo cual no le molestaba y hasta disfrutaba de su compañia.

Los dos se encontraban en un placentero sueño. Son volvía a tener en el mismo sueño que había tenido anteriormente pero de la misma manera cuando iba a acercarse al lugar se desvanecía al tratar de alcanzarlo.

Pin por su parte dentro de sus sueños el olor que desprendía Son lo hizo acercarse más hasta lograr abrazarlo, se sentía tan cálido y disfrutaba de esa sensación.

Cuando llegaba el amanecer comenzaron a despertar por los rayos de luz que se reflejaba en sus rostros. Pin sentía que abrazaba algo y Son sentía que algo lo retenía fueron abriendo los ojos de poco a poco hasta encontrarse con sus miradas. Son se encontró con esos ojos penetrantes, esos que le cautivan y a la vez el otro se reflejaba en esos ojos claros que lo observaban inquietos.

Se encontraban tan cerca uno al otro y no despegaban la mirada, hasta que Pin se fue acercando seguido por el impulso que le daba de probar sus labios carnosos y los fue saboreando. Son sintió el rose de esos labios y se dejó llevar por la sensación que le causaban, permitió que avanzará, pero cuando iba a dejarse envolver reaccionó y recordó a Deli por lo que se apartó echándose con fuerza hacia atrás cayendo de la cama.

- Wow que te paso?

- No ves que me caí de la cama.

- Y no te lastimaste?

- Estoy bien -- decía mientras se iba levantando

- Menos mal.

- Pin ... Lo de hace un momento ...

Sin dejar que dijera algo más -- no fue nada olvídalo se que tienes novia así que tómalo como una experiencia sin valor. Me iré a arreglar para ir al trabajo. -- salió del cuarto y solo vio que cerraba la puerta, no sabía si sentirse molesto o aceptar lo que había dicho. Llevo sus manos a sus labios sin comprender el porque había permitido que lo besara.

Por otro lado Pin seguía saboreando del cálido beso que le había dado, le hubiera gustado seguir disfrutandolo más pero con la reacción que había tenido tuvo que dejarlo así. -- Maldición ... Solo veniste a llenar mi vida y a la vez me dejas un vacío al no poder tenerte para mí.

Al poco rato se escuchó sonar el timbre, estaba terminando de arreglarse y Son fue el que abrió la puerta. Al abrirla se encontró con su madre.

- Hola, cómo estás?

- Bien muy bien.

- Me permitirias darte un abrazo?

- Eh ... Si

Le dio un cálido abrazo y se sintió muy bien, él por primera vez la abrazo. Al separarse, ella le dio un beso en su mejilla. -- Les traje el desayuno espero que no les moleste ... puedo pasar?

- Adelante

- Hola Pin les he traído el desayuno. -- él la saludo y la guió hasta al comedor

- Eso es bueno asi podemos sentarnos los tres a desayunar, enseguida traigo los platos. -- todos se sentaron en la mesa mientras platicaban y reían juntos como una verdadera familia.

Bueno yo los dejo, se me hace tarde sigan platicando y las puertas están abiertas para cuando quiera venir. -- Estaba contento de que las cosas estuvieran bien con ellos, así se iba más tranquilo ya que no lo dejaría solo y que mejor que sea su madre para que le hiciera compañia.
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Han pasado varios días desde aquella vez, Son se sentía bien a pesar de que Pin no tenía mucho tiempo para estar con él y la relación con su madre era mejor cada día.  El tenía que irse a trabajar todo el día  y cuando llegaba por las tardes siempre buscaba la forma de distraerlo. Ya se había acostumbrado a tener su cercanía y se inquietaba cuando se acercaba la hora en que él llegara. Como hoy que llegó antes de la hora que acostumbraba a llegar.