Marley, un país donde había gente de Ymir en denigración, no era una vida bastante digna para poder vivir pero para un chico que empezaba a cargar ideales de que su raza ya no debería seguir viva y una chica que anhelaba vivir fuera de esos lugares...
Era una mañana bastante tranquila, la luz del sol iba entrando en la habitación de (T/N) que había hecho despertar a la chica aunque empezaba a darle una fuerte resaca.
Se iba levantando poco a poco observando que en su cama se encontraba Erwin.
«De seguro se levantó a su habitación para no levantar sospechas.»
Llegó a meterse a la regadera para tomar un baño, necesitaba quitarse ese malestar ya que no era de tomar mucho y ayer sintió que se había excedido. Llegó a vestir el uniforme porque también a su mala suerte no era día de descanso así que tendría que seguro limpiar el desastre.
Había salido de su cuarto ya arreglada para empezar a encaminar hacia la oficina de Erwin, quería saber si se encontraba bien, aunque también empezaba a surgir la culpa al haberse acostado con el comandante.
Llegó finalmente y tocó la puerta, hubo respuesta de parte del rubio, cuando ingresó pudo verlo en revisar los papeles que Hanji había aceptado y autorizado.
—Buenos días, (T/N), ¿Qué tal descansaste?
—Buenos días, Erwin...bien, ¿Y tú? ¿Te fuiste antes del amanecer de mi cuarto?—. Preguntaba la chica con un sonrojo en sus mejillas.
Su superior llegó arquear una ceja, dejando de ocuparse por un rato en los papeles.
—Me fui después de acompañarte en tu cuarto, ¿No lo recuerdas? Después de que te ayude, fuimos a tu cuarto y te despediste con un beso pero caíste del sueño abrazándome—. Hubo un sonrojo y aclaró su voz. —Te cargué hasta dejarte en tu cama y de ahí me fui, no hice nada malo y me retiré cerrando tu cuarto.
Ella se había quedado escuchando cada palabra de él, al terminar su cara se había puesto roja como tomate, recordó que andaba con su otro uniforme cuando despertó y todo ahora se andaba resumiendo que tuvo un sueño erótico con Erwin.
—¿Por qué me dices que me retiré...? No me digas que alguien entró a tu cuarto.
—¿Eh?...¡No! ¡No! ¡Nada de eso! ¡Todo bien!—. Decía tartamudeando, el alcohol realmente le había jugado algo pesado en su mente, haber soñado todo aunque por bajo de su vergüenza se sentía aliviada. —Y-yo...quería saber si unos papeles que iba a entregar los tenía que dejar con Hanji o usted.
Erwin se quedó un rato en silencio mirando a la chica, pero volvió a una postura neutral y esbozó una sonrisa. —A Hanji, yo solo quería revisar unos papeles que eran importantes, tengo que volver a mi cuarto a guardar reposo.
Asintió la contraria como hacer el saludo y retirarse de la oficina de Erwin, no quería platicar sobre su sueño con nadie, realmente estaba que la tierra se la comía por tal pensamiento, la próxima vez que tomará cerveza sería cuidadosa y no tomarla como si fuera agua.
Llegó a ir nuevamente a cuarto para recoger los papeles que había dejado en su escritorio y salir rápidamente buscando a Hanji, al bajar de piso se había encontrado con Mike que andaba hablando con Levi, iba a pasarlos de largo pero el moreno le había llamado.
—¿A donde vas, Friedrich?
—Voy a dejarle los papeles a Hanji, ayer ya no pude por supervisar a los soldados.
—Anda en su oficina con resaca, dijo que durmió bien pero la tonta tomó de más, ve por grupo y vayan a limpiar el comedor rápidamente, iremos al pueblo de Ragako con el equipo de Mike.
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