Backstage

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-Jin-hyung... -la voz de Tae era un hilillo que se convertía en susurro.

-Estate quieto, Tae -dictaminaba el mayor.

-No me la metas por ahí... Ahh -un grito salió de la boca del menor, alertando a Hobi que pasaba cerca de la escena-. ¡Está frio!

Hobi, alarmado, abrió la puerta tras la que se encontraban Tae y Jin. Este último le estaba pasando el cable del audífono por debajo de la camisa a Tae, pero estaban teniendo dificultades, ya que este se había enrollado en la ropa del más joven. Hobi resopló y lanzó una sonrisita nerviosa por la imagen mental que se había hecho en la cabeza.

-Madre mía, chicos, pensaba que estabais haciendo otra cosa.

Tae y Jin se centraron en él y terminaron con la hazaña rápidamente. Tae estaba completamente rojo y Jin le dio un pequeño golpe a Hobi en el brazo. Hobi se rió, pero inmediatamente se centró en lo que venía a preguntarles.

-¿Habéis visto a Jimin y a Jungkook?

Si esa misma pregunta la hubieran oído días atrás la respuesta sería clara: en los baños. Pero a día de hoy les parecía prácticamente imposible. Los tres chicos se miraron con preocupación. Si los dos habían desaparecido, puede que hubieran coincidido a solas.

___

Jimin estaba deambulando por el backstage, justo detrás del escenario. Estaba canturreando mientras hacía su coreografía en pequeños movimientos. Los técnicos estaban de un lado a otro preparando todo para los ensayos. Mañana sería la actuación y tenía que salir todo perfecto. Unos pasos tímidos y silenciosos se acercaron al rubio.

-Hyung...

La voz del maknae cortó el baile del mayor que se giró lentamente rogando no encontrarse con el dueño de esa voz. Pero ahí estaba, con su faz seria y los ojos rojos. Su camiseta negra esculpía su precioso pecho y sus pantalones sueltos enmarcaban su cintura. A Jimin le perdía ese look y JK lo sabía. El rubio no podía evitar mirarlo haciendo una panorámica desde sus pies hasta su mirada.

-¿Podemos hablar? -logró decir el maknae mientras se acercaba al objeto de su deseo.

La mirada de Jimin era recelosa, intentando no coincidir con la del menor. En cambio la de Jungkook estaba llena de esperanza. JK no paraba de acercarse hasta encontrarse con un obstáculo. Jimin levantó la mano en señal de "stop" para que no siguiera.

-No, no sigas.

-Jimin-ah... No entiendo nada... Necesito saber... La duda me está matando.

Jimin intentaba no mirarle a los ojos.

-Creo que te lo dejé bastante claro.

Jungkook obvió las indicaciones de su mayor y siguió acercándose acorralándole en un hueco por el que no pasaba nadie. Jimin intentó ir hacia detrás, pero una de las paredes se lo impedía. El brazo de Jungkook llegó a la pared posicionándose muy cerca de su cara.

-¿Explícame en qué momento dejaste de quererme? -su voz sonaba aterciopelada.

La mano de Jimin encontró el pecho de Jungkook. Presionaba para que no siguiera acercándose, pero no tenía fuerzas para apartarlo. Estaba cansado de seguir luchando.

-Jungkook-ah, por favor -dijo Jimin con la cabeza gacha.

La mano del maknae se posó en el rostro del rubio, acariciando una de sus mejillas. Jungkook podía sentir la suave piel que tanto añoraba. Sus ojos buscaban los de Jimin, pero este ni siquiera levantaba la cabeza.

-Jimin-ah... Te echo de menos.

Una lágrima quiso salir de los ojos del mayor, pero la contuvo. Jimin alzó su rostro con contundencia y taladró las pupilas de Jungkook. Iba a decírselo, le iba a volver a destrozar. No quería seguir rompiendo su corazón, Jungkook no se lo merecía, pero no le dejaba otra opción.

-Jungkook...

Antes de seguir la frase los labios del maknae le arrebataron las palabras de la boca. La mano que tenía en su cara atrapó su nuca, acercándole a él. Instintivamente los pies de Jimin se pusieron de puntillas para recibir ese dulce beso. Jungkook posó su otra mano en la cintura del rubio para sostener su postura. Se intercambiaban saliva, deseo y el mismo alma. Jimin echaba mucho de menos ese contacto, tenía unas ganas locas de quitarle la camiseta a mordiscos y de comérselo entero, pero necesitaba mantenerse firme. Sin embargo, era tan difícil... JK le mordió delicadamente el labio inferior, haciendo que el rubio reaccionara. Jimin le apartó de forma violenta, evitando seguir con sus pensamientos obscenos.

-Te he mentido Jungkook... He... He estado con otro.

La cara del maknae, aún intentando recomponerse del beso y del desplante posterior, se desencajaba por momentos. No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Su Jiminnie le había puesto los cuernos? Imposible. No Jimin, no su amor platónico, su crush de la infancia que se convirtió en su amante. Esa traición no se la esperaba. La frase de Jimin resonaba en su cabeza dejando paso a otra pregunta ¿con quién?

-¿Qué?

-Por eso no puedo estar contigo. Me mata la culpa y no quiero hacerte daño, JK. Yo... No te quiero lo suficiente.

Jungkook comenzó a hiperventilar, sus brazos encontraron su cabeza desordenando sus cabellos. Sus pies daban vueltas sobre sus pisadas.

-No...-el maknae paró, su rostro era más serio de lo normal-. ¿Con quién?

EL corazón de Jimin iba a mil por hora. No sabía cómo responder a esa pregunta.

-No importa con quién.

Jungkook, de forma abrupta, volvió a ir hacia Jimin, empotrándolo contra la pared y acorralándolo de nuevo con sus brazos.

-¡A mí sí me importa!

Los ojos de Jimin no podían evitar más el llanto descontrolado que se avecinaba. Sus lágrimas comenzaron a salir, pero la cara de decepción de JK no cambiaba, es más, se tornaba más dura.

-Jungkook-ah... Yo... no puedo.

-¿Es Taemin?

Jimin se cogió la cara con las manos, su llanto crecía mientras Jungkook cogía sus hombros para llamar su atención. Necesitaba que le mirase, que le dijera la verdad. Quería saber quién le había arrebatado a la persona que más le importaba en el mundo.

-¿Fue con Taemin? ¡Jimin! ¡Dímelo! Joder...

-¡Jungkook-ah!- Una voz grave y serena apareció por detrás-. Suéltale.

Suga puso la mano en el hombro del maknae, indicando que parase. JK soltó a Jimin y giró la cabeza para ver a su hyung, pero este parecía no inmutarse con sus lágrimas de impotencia.

-Ponte los linieres, que los técnicos te están esperando.

Jungkook se quedó paralizado, volvió a mirar a Jimin, le soltó y con la misma se marchó. Jimin se quedó derrumbado, cayendo sobre sus propias piernas, recogiendo su cabeza con sus brazos. Suga aprovechó que el menor se fue para ponerse de cuclillas frente a Jimin y, sin previo aviso, lo envolvió en su abrazo.

-Está bien, Jimin-ah. No estás solo.

La desconsolada faz de Jimin se alzó hasta los ojos de un preocupado Suga.

-Hyung... Siento que me muero... -la voz del rubio era intensa, entrecortada por las lágrimas que no paraban. Suga limpió una de sus mejillas, quedando tan cerca que podía sentir la energía que desprendía-. No puedo sin él.

Jimin se abrazó a su hyung, dejando que este le abrazara por completo. Agarraba su camiseta con fuerza, mientras empañaba de lágrimas su hombro. Suga acariciaba el pelo de Jimin con ternura, intentando consolarle.

-Todo va a ir bien.

Expediente Manila (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora