Expediente Manila (COMPLETA)

Premonición

Los siete miembros de BTS estaban esperando para salir al escenario. La noche era cálida, los aplausos y gritos del público eran impresionantes, la energía recargaba a cualquiera que pisara el escenario. Esta vez Jimin no estaba dispuesto a que le volviera a pasar factura su pelea con el maknae. Ni una lágrima más. Su cuerpo no paraba de moverse, bailaba como si las piernas se le fueran a romper. Alzaba los brazos, cantaba hasta que el aire abandonaba por completo sus pulmones. El rubio movía cada articulación de su cuerpo como si fuera su última noche en la Tierra. No  existía nada más que el amor por los fans que habían venido a verlos. ARMY se merecía lo mejor y eso es lo que les daría. Incluso intentó interactuar con Jungkook, pero el joven no estaba dispuesto a ponerle buena cara, ni siquiera en el escenario. Era algo que tendría que solucionar más adelante.

Cuando se despidieron del público, los dos chicos intentaron no cruzarse, aunque ya en el backstage no les quedaba más remedio que compartir espacio. Jimin estaba pegado a Hobi mientras el staff les secaba el sudor con papel y pequeños ventiladores. El rubio buscaba mimos en los brazos del líder de baile y este no dudaba en dárselos, pero a regañadientes y con moderación. Lo menos que quería era que Jungkook lo atravesara con la mirada por corresponderle a los gestos de amor de forma excesiva. Por otro lado, Jungkook no se separaba de Jin, o mejor dicho, Jin perseguía a Jungkook para no quedarse a solas con Tae. Sin embargo, su nuevo amante notaba lo esquivo que estaba e intentaba sentarse al otro lado de su hyung. Jin estaba algo agobiado con la situación, aquel momento tras el biombo le había calentado demasiado, pero su cabeza no dejaba de decirle que toda esa situación era muy peligrosa. Le daba pavor perder el control.

-Hyung... -Tae posó una de sus manos en el muslo de Jin. Este se sobresaltó-. ¿Estás bien? -Tae hizo un gesto de tocarle la frente.

-Sí... -Jin quitó la mano de su rostro.

Tae acercó sus labios al lóbulo de su hyung, rozando piel con piel.

-Sigues caliente... -Tae echó una rápida miraba a la entrepierna de Jin. Su miembro se había hinchado con solo sentir el roce de la palma del chico en su pierna.

-¡BTS! ¡Al escenario! -gritó el staff.

Jin se levantó rápidamente para ser el primero. RM notó su tensión y lo acompañó en la primera fila. Lo entrelazó con sus brazos por los hombros.

-Jin ¿estás bien?

-Sí, solo algo fatigado por el calor. Nada más.

RM sabía que los miembros pensaban de él que no era nada observador, pero estaban muy equivocados, se quedaba con todo. Antes de que lo de Jimin y Jungkook se convirtiera en algo evidente, él ya lo sabía.

-Te noto raro desde hace días. Si después quieres hablar ya sabes dónde estoy.

Jin se desprendió del brazo del líder.

-Estoy bien, de verdad.

De vuelta en el escenario para la segunda ronda. Jimin sentía que tenía una estufa bajo la ropa. La brisa comenzó a aparecer, pero no era suficiente para él. Seguía moviéndose de un lado a otro ante la mirada atenta de todos los demás miembros, menos la de JK. El joven intentaba no reparar en él, no quería saber nada. Mirarle le dolía. Tae se saltó par de pasos de la última coreografía para acercarse a Jimin que parecía que estaba tan metido en la canción que se iba a desplomar de cansancio. Aún así, el chico seguía dándolo todo. Cuando comenzaron su salida hacia el backstage, Jimin movió su mano hacia el hombro de Jungkook, quien justo lo vio acercarse.

-Jungkook... -dijo con un hilo de voz, casi sin aire.

El maknae pasó de largo ignorando su propio nombre y acelerando su paso para separarse lo más posible de su hyung. Jimin estaba blanco como un papel, frío, con el sudor chorreando por todo el cuerpo, su mirada perdida solo veía negro, no podía hablar, no podía seguir de pie; simplemente cayó al suelo y comenzó a convulsionar. Jungkook, que ya estaba demasiado lejos, ni se percató de lo que acababa de ocurrir hasta que comenzó a escuchar a una marabunta de gente arremolinándose detrás de él.