Expediente Manila (COMPLETA)

Duelo de hormonas

Hacía tanto calor que parecía que en cualquier momento Jungkook se iba a caer al suelo. Estaba sentado en una silla detrás del backstage, alejado de todos los miembros. Bebía agua helada mientras los chorros de sudor le corrían por la frente y bajaban hacia su garganta. Aún no había empezado el show, pero el joven ya estaba arrastrándose por el cansancio.

Unos pasos firmes y sonoros se hicieron notar detrás de él. No sabía quién era, pero esperaba que no fuera ninguno de sus compañeros. Sin embargo, al notar la mano en su hombro y comprobar la inmensa sonrisa que le estaba esperando detrás, deseó que hubiera sido Jin con algún sermón. Prefería eso a lo que estaba pasando en realidad. Taemin le miraba con su típica postura altiva, al menos es lo que el menor de BTS siempre había sentido en él. Aunque puede que su relación con Jimin afectara a dicha percepción.

-¿Cómo estás? ¿Fue bien la noche?

Jungkook apartó la mano del chico de su hombro. No quería saber nada de esa persona y menos después de saber que Taemin estaba con Jimin la noche anterior mientras su "supuesto amante" se frotaba con otros.

-Jungkook, no soy tu enemigo. Me encantaría que nos lleváramos bien.

El maknae no le miraba, se mantenía en su misma posición, sentado, con los puños apretados y mirando hacia abajo.

-¿Cómo puedes decir eso después de las veces que has estado detrás de Jimin?

Taemin se sentó al lado del joven. Tenía una postura muy varonil. Iba totalmente de cuero, con las piernas muy abiertas y las manos entrecruzadas. Miraba al chico analizando cada mueca que este hacía. Siempre le había parecido un personaje interesante.

-Tienes razón... No obstante, en todo momento he sido consciente de que no estaría con él... Porque estabas tú.

-¿Estuviste en la discoteca anoche?

-Estuve.

-Entonces sabrás que Jimin se lo pasó realmente bien.

-Sí... Una pena que no fuera conmigo.

Jungkook olvidó las formalidades. Estaba tan caliente en todos los sentidos que necesitaba estallar con alguien. Le dio exactamente igual que Taemin le sacara cuatro años. Se giró con el semblante más duro que tenía, le cogió del cuello de la camisa y lo acercó a él de forma abrupta.

-Te arrancaría tu estúpida sonrisa si pudiera y no me arrepentiría.

Taemin estaba tranquilo. Jungkook parecía muy duro, pero realmente era incapaz de hacer nada.

-Jungkook-ah... Estás buscando un culpable a lo que te pasa y ese no soy yo.

Taemin rozó la mano del joven para que la apartara de su blusa. Sin embargo, Jungkook le cogió aún más fuerte.

-¿Por qué dejaste que eso pasara? ¿No decías que te gustaba Jimin?

-Porque Jimin no es mi posesión. Y tampoco es la tuya. Él puede hacer lo que quiera. Además, hasta donde yo sé, vosotros ya no estáis juntos.

El joven se rindió ante las palabras del mayor. Le soltó lentamente mientras volvía a apartar su mirada del mayor. Taemin aprovechó ese momento de paz para sacudirse la blusa y poner el cuello en su lugar. La estilista le mataría si veía una arruga en su ropa.

-Si quieres un consejo...

-No quiero un consejo.

-¡Qué tajante! Pues deberías quererlo porque soy mayor que tú.

Jungkook no le miraba, pero sintió como la mano caliente de Taemin le rozaba el cabello para regalarle una caricia.

-No me caes mal JK. Eres hasta adorable cuando te enfadas, pero si sigues así, vas a perder algo más que un polvo de una noche.

Los pasos de Taemin se volvieron por donde habían venido, alejándose sigilosamente. La lucha de testosterona había sido corta, pero muy intensa. Jungkook se quedó allí, pensativo, sin saber qué hacer o qué pensar. Él sabía que Jimin perdía los papeles muy fácilmente cuando se emborrachaba, pero ¿por eso le tenía que perdonar? Pero claro, ellos no estaban juntos. Todo hubiera sido más sencillo si ese vídeo enviado por uno de sus amigos no hubiera llegado a él. El simple hecho de recordar cómo tocaban su cuerpo, hacía que se le descompusiera el estómago.

-Jungkook, a vestuario -dijo un chico del staff.

Qué ganas tenía de cambiarse de ropa, estaba empapado en sudor. Siguió los pasos del chico que lo llevaba entre bambalinas hasta volver a la sala donde Hobi, RM y Suga estaban siendo peinados y maquillados. Parecía el club de las camisetas mojadas, estaban todos derritiéndose. Los tres miraron al joven sin inmutar palabra, lo más seguro es que supieran de su tórrida noche, pero lo que nunca supieron fue el desenlace. Jungkook fue a una esquina alejada, abrió uno de los vestidores de tela que tenían para cambiarse, un estilo biombo, pero completamente cerrado. Se metió en él, no sabía dónde estaba Jimin, pero la verdad es que prefería que no estuviera cerca.

__

Se sentía increíble. La boca de Tae era cálida, mojada, suave. Una cavidad que el pene de Jin estaba explorando en ese mismo momento en el cubículo colindante al de Jungkook. Intentaba no gritar, pero esa sensación era muy nueva para él. Había tenido alguna novia, pero nunca habían llegado a hacer sexo oral, ya que a las chicas con las que había estado les daba vergüenza. Sin embargo, a Tae no le importó meterse con él allí, hincar las rodillas, abrirle la bragueta y comerle el miembro de esa manera.

-Hyung... Está delicioso.

Jin le tocaba la cabeza para mantenerla más tiempo dentro. A cada lametazo, a cada succión, era una descarga que recorría todo su cuerpo. No sabía ni cómo se estaba manteniendo en dicha posición.

-Tae... Para...

-No puedo, hyung -su voz era un grave susurro, aún más sexy de lo normal. Tae también estaba muy caliente, tan caliente que su pene estaba segregando líquido preseminal y mojando su pantalón-. Está muy rico...

El pene de Jin estaba muy duro. Las venas se marcaban, su glande era totalmente visible, estaba hinchado y rojo.

__

Al otro lado Jungkook no podía evitar escuchar a sus vecinos. Al principio se quedó dubitativo sobre quién estaba al otro lado. Por un momento pensó que sería Jimin, aunque deseaba que no lo fuera. Sin embargo, sus hyung no tardaron en sacarle de dudas. El maknae quería salir lo más rápido de allí, pero su pene también quería guerra. Sin darse cuenta se había empalmado gracias a Jin y a Tae. Una mala idea estar así ahora mismo. Realmente no era en ellos en quién pensaba, si no en Jimin. El rubio haciendo exactamente lo mismo a lo que escuchaba al lado. Comiéndose su miembro mientras él le agarraba la cabeza y marcaba el ritmo. La mano de Jungkook entró por sus pantalones, abrazó su pene con las manos y le dio amor. Volvió a sacar su mano, la tenía demasiado seca, chupó su palma y la volvió a meter.

-Jimin... -susurró en forma de súplica entrecortada.

-¿Jungkook?

Jungkook se quedó frío al oír la voz del rubio. Estaba justo al otro lado. Jungkook estaba en medio de los dos cubículos de tela. El moreno se olvidó de que estaba completamente cachondo, se abrochó el pantalón y salió sin contestar.