Hechizado

4.1K 396 15
                                    

Una hora antes...

Jimin estaba sacando su ropa de la caótica maleta de viaje que tenia abierta de par en par en una de las esquinas de la habitación. A diferencia de JK, nunca se le había dado bien empacar y ahora con el estado de ánimo por los suelos, menos todavía. De entre todas las camisetas una le llamó la atención. La abrió y comprobó que era del maknae: negra y con el dibujo de la boca de un vampiro con los colmillos manchados de sangre. Adoraba ponerse su ropa, sobre todo para dormir. Cerraba los ojitos oliendo el perfume de JK siempre que no podían estar juntos y esa noche era la primera de muchas en soledad. Sabía perfectamente que tenía que desprenderse de sus cosas, pero era muy duro. Una vez leyó la frase de una fan que les shippeaba: "Jimin se enamoró primero, pero Jungkook se enamoró más fuerte" ¡Qué gran verdad! El rubio se enamoró del joven maknae desde que lo vio en Busan, un año antes de que JK entrara en Bighit. Tan inocente, tan lindo... En el pasado se había fijado en algún otro chico, pero no le dio importancia. Sin embargo, con Jungkook simplemente no pudo dejarlo pasar. Era tan fuerte lo que sentía por ese pequeño de ojos grandes que cuando le miraba parecía que la galaxia se extendía en sus pupilas.

¡Cómo han cambiado las cosas! En ese entonces era Jungkook quien huía de él. Era el maknae el que intentaba apartarlo para no admitir lo que realmente le pasaba. Y ahora es Jimin el que crea excusas para romper ese amor que poco a poco fueron construyendo entre los dos. 2015 había sido el año en donde JK le robó un beso de los labios sin pensar en las consecuencias posteriores. Al principio, Jimin fue con cautela, pero al ver como las cosas iban a más, se dejó llevar. Fue duro: idas y venidas; sí, pero no; noches en las que no podían controlarse; celos que les catapultaban a enfados sin fin, pero siempre lo terminaban arreglando. Cuando parecía que la formalización de lo suyo estaba más cerca que nunca, ¡pum!

Jimin cayó encima de la cama con la camiseta del maknae puesta. Además de dicha prenda tenía un bóxer negro muy ajustado. Jimin miraba el techo, recordando todos esos incendios que habían alimentado durante un año. Jungkook le excitaba con solo mirarle. La mano de Jimin comenzó a bajar por su pecho, rozando una parte desnuda de su abdomen, recordando las manos de su tierno maknae. La boca besando cada una de las esquinas de su piel. Su ardiente saliva. Hasta sus dientes, que siempre le habían recordado a los de un tierno conejito, tenían un sensual cometido, mordiendo la parte superior de su ropa interior. Arrastraba con su boca la prenda para poder comerse su rica zanahoria. A veces les encantaba decirse cosas subidas de tono, encadenarse con esposas, o simplemente follar sin parar aunque el otro se hubiera corrido ya unas tres veces durante la noche. Echaba de menos sus dedos recorriendo su ano, acariciándolo y metiendo uno de ellos, poco a poco, lentamente, hasta que Jimin no podía más y suplicaba la entrada del miembro de Jungkook en su interior. La mano del rubio, dentro de su ropa, bailaba junto con su pene totalmente erecto. Recordando cada instante vivido hasta llegar al placer máximo, ese segundo en el que recordó la puta mierda de situación en la que estaba ahora metido, el momento en el que eyaculó y no tenía a nadie que limpiara su semen y volviera a encenderle para poder seguir.

Una lágrima salió de los ojos oscuros de Jimin. Hasta la luz del techo le hacía daño. Se levantó sin ganas de la cama y fue al baño para limpiarse los restos del líquido blanco. Un pequeño golpe en la puerta de su habitación hizo que agilizara la acción. Fue a la puerta, rogando porque no fuera otro intento de Jungkook por volver con él o sacarle información. No se cambió, quien fuera el que estaba tras la puerta sería algún miembro o alguien del staff que lo había visto en ropa interior mil veces. Al abrir comprobó que era lo primero. Suga estaba tras la puerta mirándole de arriba a abajo.

-Ya te podrías haber puesto unos pantalones.

Suga siempre tan cortante. El hyung pasó al interior de la habitación sin más y se sentó en la silla de escritorio, frente a la cama.

-Siéntate... Vamos a hablar.

-¿Me vas a hacer terapia?

-Quiero saber qué ha pasado. Y te advierto que no me vale cualquier cosa.

Jimin miró a Suga intrigado. Nunca antes le había visto tan preocupado por algo suyo. Él siempre había sido más de ir a su rollo. Sabía que le quería, como quería a los otros cinco miembros, pero a veces, y debido a la hermeticidad de su compañero, les costaba comprobar cuánto amor guardaba para cada uno de ellos. Jimin asintió y se sentó en frente, en el borde de la cama.

-¿Qué quieres que te cuente?

-¿Es cierto que lo habéis dejado?

-Sí... -Jimin agachó la cabeza al responder. No quería volver a llorar.- Te agradecería que no me preguntaras el porqué.

-Me lo puedo imaginar...

Otra lágrima salió de uno de los ojos del rubio haciendo que Suga se sentara a su lado en la cama y le cogiera una de las manos.

-Jimin-ah, puedes confiar en mi, pero si no me lo quieres contar, me vale con que sepas que cuentas conmigo.

Suga recogió la cara de Jimin para que le mirara y con la manga de su camiseta limpió una de sus mejillas empañada de lágrimas. Jimin le miró.

-Nunca te había visto así, Suga-hyung.

La imagen de un Jimin de mofletes sonrosados, ojos brillantes, camiseta y bóxer oscuros eclipsarían hasta al más ciego. Y si llevas años preguntándote cómo sería besar los labios de Park Jimin, más. Esos labios carnosos, rojos, suaves y mojados. Suga no sabía lo que estaba a punto de hacer, no fue a la habitación con esa idea, es más, nunca había pensando en Jimin de esa forma, pero le hechizó hasta tal punto que no pudo evitar posar sus labios sobre los de su amigo. Jimin cerró los ojos de forma instintiva para recibir el beso. No era como los de Jungkook, ni siquiera tendría que estar recibiéndolo, pero no tenía malditas fuerzas para apartarlo. Solo la persona que entró por la puerta de su habitación hizo que reaccionara. ¡Mierda!

-¡Jungkook-ah!

Expediente Manila (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora