08. 𝐋𝐀 𝐄𝐒𝐂𝐑𝐈𝐓𝐔𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐉𝐎 (𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 2).

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A la semana siguiente de aquel suceso otro ocurrió. Jo fue animada a revisar el diario, lo tomó y se sentó para desayunar mientras el resto de la familia la observaba de forma confunsa.

-¿Qué estás haciendo? -preguntó Meg.

-¿Desde cuándo lees el periódico? -frunció el ceño Daisy.

-A veces es bueno... Informarse...

-Claro y yo nací ayer.

-¿Por lo menos hay algo interesante ahí? -interrogó Amy.

-Hay un cuento.

Jo comenzó a leer la historia, su nombre era "Los caballeros rivales". Todas estaban muy metidas en la historia y cuando la hermana la terminó, de forma casi tímida, procedieron a dar su opinión al respecto.

-Es interesante -Habló Meg -. Esa persona debería seguir escribiendo.

-La narración es lo que más me agrada -Agregó Daisy.

-Me gusta el título -Siguió la más pequeña.

-El que lo creo debería seguir escribiendo -Dijo Beth -. ¿De quién es?

Josephine se quedó callada observando a su familia con una sonrisa nerviosa.

-¡Lo escribiste tú! -Exclamó Elizabeth con alegría -. ¡Yo sabía!

-¡¿Qué?! - contestó Dizzie casi en un grito -. ¡Felicidades!

-¿Qué ha pasado aquí? ¿Por qué están gritando? - se acercó Marmee.

-Jo publicó una de sus historias en el diario - sonrió Daisy -. ¿Qué dirá el vecindario?

-¿Y la tía March? - agregó Meg.

-¿Y el Señor Laurence? - continuó Beth.

-¿Laurie se reirá? - interrumpió Amy.

-Tranquilas, Laurie ya lo sabe, me vió cuando salí de entregar el cuento.

Las cinco mujeres corrieron a abrazarla y cuando se separaron Marmee le dijo a su hija con gran serenidad y alegría:

-Estoy orgullosa de ti.

El reloj marcaba las cinco y se notaba la tensión entre Daisy y Jo. Marmee se sentía mal por no poder frenar la situación pero no había caso.

-¿Es verdad lo que dijiste? -preguntó Jo a la gemela.

-Exacto, lo que escribes es horrible.

-No es mí culpa que no tengas ningún talento más que enfermarte.

-Por lo menos yo no desperdicio mí talento, serpiente arajosa...

-Ya es suficiente - interumpió su madre -. Hoy no vamos a pelear, vamos a comer.

-Si esos ascos de cuento me lo permiten - respondió Daisy.

La escritora se levantó inmediatamente de la silla y salió de la casa a dar un paseo. Por minutos la imagen de aquel hombre que conoció en su travesía a Nueva York se le venía a la mente.

Meses antes...

La señora del lugar comenzó a explicarle las reglas. Luego fue a un gran comedor y cruzó miradas con un hombre que se encontraba charlando con sus demás compañeros. Por la tarde leyó un libro en la biblioteca y se lo volvió a cruzar. Lo miró sin disimulo alguno y él lo notó enseguida.

—¿Tiene algún problema? —Preguntó.

—No, solo es que... Nada, no pasa nada.

—¿Eres nueva por aquí?

—Si, lo soy, recién llegué hoy.

—¿Te gusta Shakespeare? —Interrogó mientras observaba el libro que llevaba la chica en las manos —. Hay más en esta estantería.

—Muchas gracias pero por ahora solo leeré este.

—Bueno, fue un placer conocerte, me tengo que ir.

—Adiós.

Estrecharon las manos y él volvió a hacer una pregunta.

—¿Cuál es tu nombre?

—Jo March ¿Y el tuyo?

—Friendich Bhaer, Fritz.

—Friendich Bhaer... —Murmuró Josephine mientras tenía su mirada fija en la nada.

—¿Quién es? —Se acercó Dizzie.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Disculpandome.

—¿Por qué?

—Por lo que te dije...

—No hay problema, ya me lo dijeron antes... Aunque no de forma directa la primera vez.

—¿Friendich Bhaer?

—¿Te puedes callar?

Daisy no respondió y se alejó entrando a la casa. Sabía perfectamente cuando había que dejar a su hermana sola y con escuchar que te silencia es una pequeña señal. La abandonó ahí para que tal vez reflexionará pero la verdadera pregunta era... ¿Sobre qué?

 ¿Sobre qué?

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Sin nada más que decir

Bye 💖😘.

𝐓𝐈𝐓𝐀𝐍𝐈𝐔𝐌 - 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐖𝐎𝐌𝐄𝐍//𝐌𝐔𝐉𝐄𝐑𝐂𝐈𝐓𝐀𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora