63. Jo y Daisy.

405 8 34
                                    

Todos estaban llorando delante de la tumba o, como en el caso de la esposa de Ron, inexpresivos y estupefactos frente al que hace unos días parecía un resultado inalcanzable. Daisy deseaba terminar con el silencio, pero la amarga sensación incrustada en su pecho no se lo permitía. 

<<Beth está muerta>>. Pensó y, pese a los factores que indicaron su irrecuperable malestar desde la fiebre escarlata, no se lo creía. 

<<Beth está muerta>>. 

El sacerdote finalizó su monólogo y dos hombres comenzaron a colocar tierra sobre el ataud de la hermana March, mientras que sus padres se retiraron afligidos, seguidos por Meg y su tía, hasta que sólo quedaron la castaña y Jo. 


-- ¿Qué estás haciendo? --le preguntó Josephine a Daisy al verla escribiendo, con un vestido negro de mangas largas y el cabello recogido en un moño, en el sótano sobre el viejo piano de letras amarillentas perteneciente a Beth antes de que el señor Laurence le regalara el 'nuevo'. 

-- Escribiéndole a Amy --respondió sin levantar la vista de su cometido. 

-- ¿Tu marido vendrá a verte alguna vez? 

Dizzie se detuvo apartando la mirada del papel. 

-- No lo sé --continuó con lo suyo--. Las cartas hasta allá son lentas y Ronald no las contesta. 

-- Sí, Laurie tampoco responde las mías --entrecruzó sus manos agachando el rostro y reprimió una carcajada. 

La gemela de Meg firmó la carta y se ubicó del otro lado del asiento observando a la escritora con cierta preocupación y en silencio. 

-- ¿Te arrepientes de haber dicho que no? 

-- Bueno... --tibuteó colocando las manos en su cintura --. Creo... Que me apresuré a rechazarlo... A Laurie. 

La castaña no mencionó ni una palabra. 

-- ¿Me lo volverá a proponer? 

Su hermana permaneció dubitativa. 

-- Jo... Eso no importa, no... --una pequeña sonrisa nerviosa se dibujó en su cara--. Tu no quieres a Laurie, de verdad. 

-- ¿Cómo estás tan segura? Ni siquiera... 

-- Está casado --la interrumpió y Josephine se detuvo --. Con Amy. 

-- ¿Desde cuándo lo sabías? 

-- Desde su última carta, pero Jo ¡No lo necesitas! ¡Ni a él ni a nadie! --replicó--. ¿Por qué te preocupa ahora? 

-- Es que... --la de cabello rubio anaranjado se le acercó un poco más con los ojos llorosos--. Yo siento que... Las mujeres... Tienen mente y tienen alma, además del corazón, tienen talento y ambición, además de belleza ¡Y estoy harta de que la gente diga que sólo servimos para el matrimonio! --las lágrimas cayeron--. Pero me siento sola --y se cubrió el rostro con las manos, a su vez que Daisy fue a abrazarla. 


Por la noche la castaña no lograba conciliar el sueño pese a sus innumerables intentos. Así que, harta de mirar el techo, se levantó de la cama recordando que algunas cosas de Elizabeth habían quedado en el ático sin guardar y se dirigió allí. Subió las escaleras con cuidado de no tropezar debido a la oscuridad y halló a Jo sentada en el mismo lugar donde ella se ubicó durante el día para contestar la carta de Amy. 

-- ¿Qué estás haciendo? --inquirió la gemela de Meg al acercarse. 

-- No lo sé. --Prendió una vela. 

Luego de aquello, la esposa de Ron la vió ponerse su abrigo verde, cosa que fue suficiente para entender que debía retirarse, no sin antes desearle suerte. 


















¡HOLA!

*Todos ustedes con voz de Murphy McFly*: ¡HE'S ALIVE! 

Bueno, creo que volví con todo esto, la verdad no sé cuantos capítulos seguirán, pero espero que les haya gustado este y perdón por no actualizar desde hace... 84 años (Bueno, basta de referencias jsks). 

Cuídense 

¡Bye! 

𝐓𝐈𝐓𝐀𝐍𝐈𝐔𝐌 - 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐖𝐎𝐌𝐄𝐍//𝐌𝐔𝐉𝐄𝐑𝐂𝐈𝐓𝐀𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora