¿𝐂𝐨́𝐦𝐨 𝐭𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐢̄𝐚𝐬 𝐬𝐢 𝐭𝐮 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞𝐩𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐚𝐧 𝐦𝐚𝐥𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐮𝐝 𝐭𝐮𝐯𝐢𝐞𝐫𝐚𝐬?
Daisy 'Dizzie' March es una chica que físicamente siente todo pero emocionalmente no siente nada... Y tampoco quier...
Daisy terminó de leer el mensaje con cierto grado de confusión. No podía comprender bien del todo el asunto a menos que recordara la razón de su escabullimiento de las enfermeras y, aún con la advertencia que Emma le había otorgado sobre rememorar el hecho y las posibles consecuencias, se posicionó de manera relajada en la cama e intentó hallar en sus pensamientos el motivo. Acción que solo logró que Hermione tomara el control de nuevo.
<<Yo se lo advertí>> habló Emma <<¿Cómo es posible que me desobedeciera?>>
<<Simple>> se entrometió Lilith <<La curiosidad mató al gato>>
<<Muy graciosa>> respondió Herms con sarcasmo. Luego caminó hacia la puerta hasta que fue interrumpida por Emma.
<<¿No irás con quien creo, no?>>
<<Ese no es... Tu problema>>
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Eleanor miraba por la ventana de su habitación la casa de las March con enojo y rencor que, en realidad, iban dirigidos a sí misma. Todavía continuaba enfadada por haber dicho eso sobre Jo y sentía que nada ni nadie podría calmar aquella sensación...
O solo le faltaba juntarse con la persona correcta.
De la nada alguien tocó la puerta y fue a abrirla de inmediato: era Tweskbury.
- ¿Qué estás haciendo aquí? -inquirió la joven.
- Estos últimos días noté que no anduviste muy bien y creí que podía ayudar -sonrió.
- Mira, arruiné algo muy importante y no creo que puedas...
- ¿Querrías dar un paseo conmigo? -habló finalmente, la espera y los nervios lo habían estado torturando desde que se le ocurrió la idea.
A El la propuesta la tomó por sorpresa y no sabía la respuesta. Por un lado le haría bien salir, pero por el otro no tenía tantas ganas y menos con la pequeña posibilidad de cruzarce a Jo.
- No lo sé.
- Entonces dejo que lo pienses mejor.
- Gracias.
Mientras tanto en la casa de las March una visita inesperada se había unido a las cinco mujeres y contentaba en silencio a Beth. Quien no admitía y no admitiría nunca lo bien que le hacía esa inesperada amistad.
Frank, junto con sus muletas, entró a la casa aprovechando que Laurie le había pedido comunicarles a la señora March y sus hijas la noticia de que el señor Laurence partiría en un viaje de negocios a Europa. A Jo le desagradó la noticia en un inicio hasta que se enteró que su mejor amigo no lo tendría que acompañar.
Luego de un rato las demás se fueron a continuar con sus obligaciones dejando a Beth con su piano y Frank sentado en una silla observando el instrumento.
- ¿Laurie te hizo venir? -dijo ella interrumpiendo el silencio -. A dar la noticia.
Él asintió.
- ¿Te gusta Europa? -la interrogó el muchacho.
- Nunca he ido, pero dicen que es maravilloso.
- Lo es, me encantó la primera vez.
La conversación fluyó con mucha normalidad e interés de ambos, sin duda la más tranquila de la casa había conseguido un amigo.
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