¿𝐂𝐨́𝐦𝐨 𝐭𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐢̄𝐚𝐬 𝐬𝐢 𝐭𝐮 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞𝐩𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐚𝐧 𝐦𝐚𝐥𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐮𝐝 𝐭𝐮𝐯𝐢𝐞𝐫𝐚𝐬?
Daisy 'Dizzie' March es una chica que físicamente siente todo pero emocionalmente no siente nada... Y tampoco quier...
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Los días pasaban con más rapidez de la esperada y las cosas continuaban ciertos cursos inesperados o quizá no tanto. Jo y Laurie seguían con su postura de mejores amigos, Eleanor y Tweskbury iban a pasear con mucha regularidad, lo que desembocó en un romance que, a los ojos de Meg, sería "pasajero". Daisy, en otro continente, se alistaba para asistir a Hogwarts. Semanas anteriores se había dedicado solo al estudio mientras fingía estar enamorada de Ron a favor de Hermione, debido a que aún no podía contarle sobre su condición por miedo a perder a la única persona que conocía en toda Escosia. No podía arriesgarse de ese modo.
Eleanor se había mudado junto a su nuevo amor a Brooklyn para ingresar a la universidad.
La amistad de Frank y Beth crecía poco a poco.
<<Todo va muy bien para ser real>> pensó Daisy en la estación con Ron.
Y hasta cierto punto tenía razón.
Las puertas del Expresso se abrieron y ambos entraron, el vagón lamentablemente estaba muy lleno pero su novio parecía estar buscando a una sola persona. Persona que luego de varios minutos encontró sentada sola en uno de los vagones.
- ¡Harry! -exclamó abriendo la puerta.
Los dos entramos y nos sentamos frente a él, era un chico de cabello castaño, ojos verdes y usaba lentes negros y redondos. A pesar de aquellas destacables características Dizzie solo pudo fijarse en una marca que apenas se le notaba por el pelo encima de su frente.
- ¿Quién te la hizo? -inquirió la castaña notando que de verdad era una cicatriz.
<<Eso no fue nada atrevido de tu parte>> dijo Lilith con ironía <<¡Se más discreta la próxima!>>
- Uno de los asesinos más buscados de Escosia -respondió el pelirrojo a regañadientes.
- Mató a mis padres -comentó Harry con seriedad y un silencio incómodo invadió la conversación -. Harry Potter, ¿Cómo estás? -le estrechó la mano con simpatía como si lo ocurrido nunca hubiera pasado.
Daisy le devolvió el saludo.
- Daisy Granger -contestó -. Soy nueva.
- ¿Ya decidiste tu casa de Hogwarst?
La muchacha lo miró desentendida, era la única cosa de la que no se había enterado.
- ¿Qué?
- Son cuatro casas o divisiones de la escuela -explicó Ron -. Lo usan para tener todo más organizado y que no hayan tantos problemas y sobrecarga para los maestros. Lo más probable es que antes de entrar te hagan una encuesta para conocer tu personalidad y lo que sea importante, pero debes responder con la mayor sinceridad del mundo para que no se equivoquen en su decisión.
- ¿Qué sucede si puedo entrar en más de dos?
- Se tardan uno o dos días más para tomar una decisión y dejarte ingresar o simplemente te llaman para que tú la eligas.
- ¿Cuáles son?
- Gryffindor, para los valientes como yo y Harry -sonrió y Dizzie ahogó una risa -. Ravenclaw, para los inteligentes y creativos, Hufflepuff, para los leales y nobles que admiran el trabajo duro, y Slytherin... Espero que no quedes ahí.
- ¿Por qué no? -frunció el ceño.
- Es la casa con más mala fama, además de que de ahí salió Voldemort y unos cuantos más... Asesinos.
- Sus características son la ambición y la habilidad para ser líder -lo interrumpió Potter -. Pero todas son solo cosas generales, después te irás enterando de las demás.
Cerca de la noche la castaña llegó junto a sus compañeros al enorme establecimiento y, como le había explicado el pelirrojo, le entregaron una hoja de papel para realizar la famosa encuesta.
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Holaaaa. ¿Cómo están? ¿Enojados con Ron por lo de Slytherin?
