59. Violett, Beth y Lilith.

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Casi siete años antes del presente... 

Beth pasó tranquilamente por enfrente de la escalera cuando notó a Daisy sentada en el primer escalón mirando de manera fija hacia un punto del lugar sin prestarle atención a nada más mientras apoyaba su cabeza en su mano arqueando las cejas como si estuviera un tanto enfadada. 

-- ¿Qué sucede? --inquirió su hermana y Dizzie sin inmutarse respondió con una voz casi ronca --. Lilith está de peor humor cada día y la que paga los platos rotos soy yo. 

-- ¿Por eso estás así? 

-- En este instante me está insultando --la interrumpió --. No sé que quiere. 

Su hermana se sentó a su lado en ese instante y dijo de manera amable y juguetona: "¿Lili, puedes decirme qué quieres o seguirás molestando a Dizzie?". Sin esperar ninguna respuesta de parte de esta, claro. Pero la castaña miró al frente y comenzó a deslizar sus últimas palabras, donde alegaba que ni eso frenaría a la chica más tormentosa que vivía en su mente, hasta llegar al balbuceo mientras entraba en una especie de trance que confundió a Elizabeth. Solo que ella no demostró ese sentimiento, más bien mantuvo su mirada alegre entre que examinaba el estado de la gemela de Meg con lentitud. 

-- ¿Daisy...? 

-- Lilith --la corrigió con una notable molestia acompañada de una voz rasposa y grave, seguido se frotó los ojos como si tuviese tierra en los ojos y fuera imposible sacársela --. No 'Lili' --gruñó remarcando la última palabra y le dirigió una mirada de severidad --. ¿Entiendes, niña tonta

Beth le dirigió una mirada de desaprobación y se marchó hacia su piano. No tenía ni la más mínima intención de discutir ese día y con aquella acción se lo hizo saber a Lilith.

<<¡Esto es incomprensible!>> gritó Hermione despertando a Daisy, solo que no en la realidad. Más bien en una extraña habitación sin ventanas donde las paredes estaban hechas de madera, había un candelabro en el centro que iluminaba el resto, una puerta del mismo material que las paredes a la izquierda, que en aquel momento era su derecha, y a un lado una chimenea hecha de ladrillos pintada de rojo. En el centro habitaba una mesita con una canasta de aspecto navideño y alrededor se encontraban Emma, Hermione y Lilith discutiendo. Era la primera vez que las veía y se sorprendió de que todas fueran iguales a ella en el aspecto físico, solo que con diferentes peinados y, en el caso de Emma, estatura. Ya que era una niña de once años.

-- ¡No puedes ser tan ingrata! --le espetó Hermione a Lilith llena de ira --. ¡Es Beth! ¡¿Qué demonios te sucede?!

-- ¡Oigan! --las interrumpió Daisy --. ¡¿Dónde estoy?!

-- ¿Pensaste que vivíamos en la nada o eres estúpida? --inquirió la nombrada anteriormente y Herms la miró mal --. Este es nuestro lugar donde conversamos y hacemos todo, es la primera vez que entras aquí.

Dizzie se detuvo a observar su aspecto, el cual conformaba una expresión llena de rencor, ojeras y el cabello brillante liso.

-- ¿Nunca estuve aquí?

-- No, cuando te "poseíamos" era como si estuvieses durmiendo ¿O te olvidas que nunca recordabas nada? --levantó una ceja Herms --. Por lo menos ya lo sabe --agregó la pequeña Emma.

-- ¿Nunca has pensado en peinarte, verdad? --preguntó Lilith haciendo referencia a su cabello inflado parecido a una melena de león.

-- Es suficiente --le advirtió Mione.

-- ¿Dónde está Violett? --quiso saber Dizzie.

-- Intentando arreglar este desastre --argumentó Hermione recalcando la última palabra mientras se fijaba en la que lo había causado.

𝐓𝐈𝐓𝐀𝐍𝐈𝐔𝐌 - 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐖𝐎𝐌𝐄𝐍//𝐌𝐔𝐉𝐄𝐑𝐂𝐈𝐓𝐀𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora