Aiden
Cuando ella se fue, al rato me fui yo. No soporté la idea de que cuando estaba cerca de ella, mi corazón comenzase a latir de manera desbocada como si quisiera salir de mi pecho. Mientras salía por la puerta de la biblioteca, se me encendió la bombilla con una frase popular: "un clavo siempre saca a otro clavo", así que llamé a Sergio y quedamos que esta noche volveríamos a salir de fiesta.
Así que, aquí estoy. Diviso a Sergio a lo lejos; hoy va solo y se puede decir que está serio, qué raro..., cuando llega hasta a mí, nos saludamos y entramos. Obviamente, cuando estamos dentro, lo primero que hacemos es ir a la barra a coger algo para beber. Ya voy por la quinta copa y voy tan borracho que no me fijo ni en lo que hago. Me voy a la pista de baile y rápidamente estoy rodeado de chicas restregándose contra mí. Ellas me manosean, me muerden el cuello, me besan y no sé cómo, convenzo a dos para que nos liemos en los lavabos y otras dos para que se vengan a casa conmigo, así que ya os podéis imaginar que nochecita he tenido hoy.
Y no, no pretendo ir de chulo ni de "machoman mujeriego". Ni siquiera yo sé cómo me lo he montado porque eso no lo había hecho nunca antes.
***
—¡NO NO NO NO NO!
Me despierto sobresaltado y sudando, he tenido una pesadilla, estoy solo y en la habitación de invitados. Las pocas veces que traigo chicas a casa, no las dejo entrar en mi habitación; siempre vamos a la de invitados y luego se van, nunca se quedan a dormir. Y menos mal, porque no me gusta la idea de dormir abrazado a nadie. No desde lo de Tess.
Como cualquier día de la semana que me despierto temprano y tengo suficiente tiempo como para hacer deporte y no llegar tarde a los compromisos que tenga, me levanto y me visto con ropa de deporte y salgo a correr. Hago mi recorrido de unos 10 km y vuelvo a casa, desayuno, me ducho, me preparo y voy hasta la oficina. Pero hoy no, que es domingo. Soy el jefe del departamento de informática de una empresa bastante importante aunque solo tenga 29 años, tengo un coeficiente intelectual de 180 y con 8 años ya hackeaba alguna y que otra web... . Hoy tengo planeado ir a la biblioteca a ver si me encuentro con la chica desconocida de ayer, me produce curiosidad.
Cuando llego, me dirijo al sofá que llevo usando desde el día que entré en este sitio. Como ella no está, no tengo ningún impedimento, y allí me quedo leyendo hasta la hora de comer. Lamentablemente, la chica no aparece pero, justo cuando me voy a ir, me percato que hay algo entre los dos cojines del sofá. Lo cojo y veo que es el carnet de la biblioteca de ayer. Se le debió de caer. Me lo guardo en el bolsillo trasero de los tejanos y salgo de allí, en dirección a mi casa.
¿Por qué no se lo he dejado al bibliotecario? Fácil, este carnet me da la excusa perfecta para hablarle, devolvérsela por haberme dejado con la palabra en la boca y, después, intentar enterrar el hacha de guerra que hay entre nosotros desde el incidente del viernes.
Al llegar a casa, enciendo el ordenador y entro a todas las redes sociales que se me ocurren para ver si encuentro su perfil. La busco en Facebook, Snapchat, ni rastro de ella..., de repente oigo un portazo e inmediatamente sé que es Sergio.
—¿Qué haces? ¿A quién acosas? —me pregunta este que, sin esperar respuesta, se coloca a mi espalda y se inclina hacia la pantalla. —¡¿Irune Ortiz?! ¡¿Quién es esa?!
—Nadie —digo.
—Pues para no ser nadie, estás poniendo mucho empeño en encontrarla.
Pongo los ojos en blanco.
—En serio, ¿Quién es esta chica? —insiste mi amigo.
—¿Tu no tienes casa o que?
—Responde.
—¿Te acuerdas cuando el viernes salí de la discoteca buscando a la chica a la que le había tirado la copa y ella me la había tirado a mí? —él asiente y yo prosigo— bien, bueno, pues ayer me la encontré en la biblioteca esa que voy, sentada en mi sofá y me dejó con la palabra en la boca y ...
— ¡Y te contestó, te pisoteó y eso te pone cachondo! ¡Alguien se ha atrevido a pasar por encima del gran Aiden Moore! ¡Apaguen los servidores! ¡Esto es el puto fin del mundo!
Sin pensármelo dos veces, agarro la grapadora, me pongo en pie y se la tiro con todas mis fuerzas, con intención de darle en la cabeza. Por desgracia, él es más rápido que yo y esquiva el proyectil que da contra la pared.
—¿La has buscado en Instagram? ¿No, verdad?
Me pongo a teclear y en menos de 2 min tengo una cuenta y...
—¡La encontré! Tiene la cuenta privada, pero si la hackeo... ¡Ya está! Se llama Irune Ortiz, tiene 26 años, trabaja en la editorial esa que está cerca de nuestro trabajo, es ilustradora, vive con una tal Leah, su estado civil es... Soltera, tiene un hermano y tengo su correo.
—Joder, qué rapidez, te tiene loco la fiera esa. Incluso ha conseguido que vayas detrás de ella como un lameculos. Me cae bien —dice mientras yo levanto la mano y le enseño el dedo corazón al gracioso de mi colega que no deja de reírse.
—En fin, ¿tienes algo para comer o vamos al bar de la calle de atrás y mientras, jugamos al billar y avisamos a Daniel y a Ian para que vengan? Creo que los dos pueden hoy —dice él.
Daniel y Ian son nuestros amigos y los únicos compañeros de trabajo que tenemos, Daniel está soltero e Ian tiene mujer.
***
Es lunes, suena el despertador y cansado de escuchar el "piticlín, piticlín..." Extiendo la mano y lo apago de un manotazo. Me levanto, me visto con ropa de deporte y salgo a correr, hago mi recorrido habitual y vuelvo a casa, desayuno, me ducho, me preparo y voy hasta la oficina. Ha llegado el día de vengarme y dejarla a con la palabra en la boca como me hizo ella a mí y, obviamente, el día de enterrar el hacha de guerra.
Enciendo el ordenador, voy al Gmail, pongo su correo y comienzo a escribir...
— Y... Enviar. A ver que responde —digo, sonriendo satisfecho en el momento que la puerta se abre y entran Sergio, Daniel y Ian a la oficina.
—Holaaa — dice Ian mientras curiosea, asomándose para ver la pantalla de mi ordenador.
—Buenos días, princesa —dice Sergio.
—Buenos días, Miss Irlanda, ¿Cómo está usted hoy? —se mofa Daniel.
—Iros a la mierda —les respondo a mis "queridos" amigos y compañeros de trabajo.
—¿Te has vengado ya? —dice Sergio.
—¿Vengarse de quien? —preguntan los otros dos al unísono.
—¿Recordáis lo que os venía contando? —pregunta el mismo mientras los otros dos asienten—. Bien, pues esa es la chica de la que se quiere vengar.
—Bueno, ¿y lo has hecho ya?
—Sí, mirad, por el ímpetu que he observado las dos ocasiones que la he visto, sé que no va a aceptar lo del café, pero tengo algo que le pertenece. Si aún así sigue negándose, no tendré otra opción y usaré mis artimañas.
—Buena jugada, pero me da que la vas a cabrear más —dice Ian.
—¡A TRABAJAR!
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Ratoncita de Biblioteca
RomanceIrune Ortiz es una chica fuerte, responsable y decidida. Aiden Moore es engreído, muy inteligente, aprovechado, cabezota y mujeriego. *** Ella nunca se ha enamorado. Él no quiere volver a enamorarse. Ella pasa de él. Pero él no de ella. Una noche, e...