Capítulo 23

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Kuroo caminó lenta y cuidadosamente a través del solitario jardín de la mansión, en medio de luces y sombras profundas. Únicamente el murmullo de la fría brisa otoñal lo acompañaba, en un silencio vacío, en una calma que no le gustaba y en medio de sentimientos que le parecieron cada vez más ausentes y molestos, como si trataran de atormentarlo.

Se pasó los dedos entre el cabello. Estaba tratando de entender el motivo por el que nada parecía haber cambiado. Los últimos tres días en aislamiento habían sido más extraños de lo normal, tan caóticos y desesperantes que prácticamente había hecho un desastre ahí, que fue como si se ahogara ¿Porque estaba molesto? ¿Porque estaba ansioso? ¿Porque estaba loco por volver? ¿Porque anhelaba hasta la muerte?

— Kenma...— apretó los labios.

Ni siquiera le había dicho nada cuando se marchó, sucedió todo tan precipitadamente que incluso el mismo Kuroo aún estaba tratando de entender todo, porque era una locura y no debería haberse salido así de control. Él se conocía a sí mismo, sabía cómo era y también había aprendido a cómo manejarlo, sabía que no debería haber sido un problema demasiado grande, estaba seguro de que debería haber tenido un poco de tiempo para prepararlo todo, que tenía el control de sí mismo; ya no era un jodido adolescente arrogante y hormonal, y no era la primera vez.

Ese tipo de descontrol no debería haber sido posible, pero después de Tsukishima, después de eso todo había sido demasiado caótico como para que pudiera manejarlo a la vez.

Volvió a pasarse los dedos entre el cabello, lo recordaba a menudo y no tenía idea de lo que podría estar sintiendo cada vez que lo hacía. Urgencia tal vez o podría ser que se tratara de ansía, todo este tiempo había sido como si estuviera muy apresurado, como si no pudiera mantenerse quieto, como si tratara de encontrar algo desesperadamente y estaba furioso, estaba frustrado, y se sintió tan vacío que no estaba seguro de que hubiera podido soportarlo más, que había salido en medio de la noche solo para volver a este lugar

¿Se trataba de Kenma? ¿Todo esto era por él? Él era el Omega que habla elegido, no podía haber ningún error. Nadie jamás fue como él, nadie le hizo sentir tal desesperación en todos estos años, nunca, en ningún momento, sin embargo se encontró parado frente a su residencia, estaba a tan solo unos cuantos metros de él y aun así él sentimiento en su pecho fue mucho más distante de lo que habría podido prever, incluso si el ansia que ya conocía se encontraba ahí.

Agitó la cabeza y giró sobre sus pies, debería volver. No era el mejor momento. Tal vez lo que necesitaba primero era despertar a su sensatez o a los sentidos que todavía no eran capaces de encontrar la estabilidad que necesitaba. Debía estar demasiado cansado y confundido como para que su mente pudiera pensar de manera racional, sin embargo se detuvo a la mitad del camino mientras trataba de volver y sus ojos buscaron una banca solitaria en medio de lo que quedaba de los rosales, cubierta de pétalos que revoloteaban y se elevaban con el viento.

— No está aquí...— miró hacía la parte más interna del jardín, a los al rededores que él acostumbraba visitar, sin embargo no hubo nada ahí para él, no había nadie, era tan vacío como el hueco profundo en su pecho — Tsukishima...Tsukishima...

Rió, suave y profundamente, estaba sintiendo su ausencia ¿Cierto? Un beta que no parecía serlo en absoluto, un sirviente con el que no debería haber tenido relación en un principio, alguien a quien no conocía desde hace tanto tiempo, una persona que se había metido en su cabeza de una manera tal que no tenía idea de lo que debería hacer consigo mí. Era una tontería, pero ¿A quién demonios quería engañar? Quería verlo, porque podría ser que él fuera la persona por la que estaba aquí.

The Only One [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora