Capítulo 53

747 71 210
                                    

>3< Actualización >3<

.

.

***************

El silencio era tan pesado, el ambiente tan extraño, tan tenso que incluso los sirvientes parecían dudar sobre lo que tenían que hacer, sobre si deberían o no acercarse al amo que servían. Cada uno de sus pasos era demasiado cauteloso, encerraba recelo y duda, era como si temieran que el mundo se rompiera si daban un paso en falso, tan asustados de todo que prácticamente temblaban y suplicaban cada vez que lo miraban.

Porque estaban aterrados del hombre silencioso cuyo estado de ánimo había sido tan inquietante como la muerte más fría, de lo que podría o no hacer en este momento, sin embargo solo Shirabu entendía cuál era la situación, que era más profundo de lo que parecía. Había pasado muchos años al lado de esta persona, lo había admirado y adorado más que a nadie. Y, aunque no podía decir que lo entendía mejor que nadie, al menos podía creer que podía adivinar algunas cuantas cosas, que podía entender que era menos complicado de lo que todos podían pensar.

— Continúen como normalmente, no necesitan preocuparse por el señor — dijo — Puedo encargarme de hablar con él, vengan solo si los llamo.

El sirviente frente a él respondió con una reverencia y se alejó lentamente por el pasillo. La rigidez de sus hombros no pasó desapercibido para Shirabu, sin embargo él no se preocupó demasiado por algo como eso y fue dentro del alto estudio después de tomar una ligera bocanada de ese aire pesado.

El hombre al que todos temían y trataban de evitar constantemente se encontraba ahí. Sentado detrás del ese pesado e imponente escritorio, su aspecto tan compuesto como lo recordaba, el aire que lo rodeaba tan distante e inalcanzable como lo conocía, sin embargo en este momento le pareció que la cortina que lo separaba del mundo era mucho más tenue y frágil, que en lugar de contemplar al hombre poderoso al que siempre estuvo orgulloso de servir, había una persona que no pensó conocer jamás.

A alguien que contemplaba a un brillante cielo azul como si la distancia que lo separaba de este fuera abrumadoramente dolorosa.

— Ese día él hizo algunas preguntas extrañas, no me lo dijo directamente, pero creo tal vez ya comenzaba a darse cuenta de que algo estaba mal...o quizá, para ese momento, ya estaba comenzando a recordar.

Ese día también lo notó, Shirabu sabía que podría haberlo hecho, que tal vez podría haberse dado prisa e informar de las pequeñas irregularidades sospechosas, sin embargo él sabía que había tratado de fingir que no había visto nada. Sabía que, al elegir no hablar, también se había transformado en una de las causas de esta situación, que había cometido un pecado terrible.

— Su actitud siempre fue muy diferente de los demás — Ushijima no lo miró todavía, su voz sin infecciones, sin transmitir una sola emoción clara. Parecía tan habitual, tan normal, sin embargo, como Omega, el rubio podía darse cuenta de la inestabilidad de sus emociones — Me gusta.

Shirabu abrió la boca, sin embargo no fue capaz de adivinar qué era lo que debería decir, no fue capaz de ofrecer una palabra de consuelo, porque sabía que no era lo correcto, que no era lo que ese hombre buscaba, tampoco lo que merecía y realmente se sintió muy incómodo con eso. Incluso si quería decírselo, si quería decirle que todo lo que había querido de ese chico había sido un error desde el principio.

— No va a volver, señor, creo...— vaciló por un momento y apretó los puños con fuerza, buscando un poco de calor — Tsukishima siempre ha sido una persona muy directa, así que...si lo recuerda, si se negó a volver...entonces se ha terminado.

The Only One [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora