Capítulo 28

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Afuera todavía estaba lloviendo, el cielo era una increíble masa gris oscuro que lloraba constantemente, sin embargo aunque el aire, la humedad y una fría temperatura golpeaban constantemente la ventana, dentro de esa habitación era realmente cálido y agradable. Como una tibieza que nunca había experimentado antes, tan cómoda y tan propia que no era extraño a pesar de que él sabía que debería serlo.

— Tu trasero era...era lindo.

— Oh — el hombre sentado sobre el suelo, justo frente a él, apoyó los brazos y la barbilla sobre el asiento sofá y se sonrojó tímidamente — Eso...bueno ¿Gracias? — carraspeó — Pero...esa no era la fotografía que quería que miraras.

— ¿No? — Akaashi rió, una mano cubriéndose la boca, porque aún trataba de no ser descortés, sin embargo estaba más animado de lo que pensaba. El aire jovial que los rodeaba era tan tranquilo que parecía una mentira ¿No había sido Bokuto el que le había dado ese álbum de fotografías sin dar demasiadas explicaciones? Si quería mostrarle algo simplemente debió haberlo hecho y ya, sin embargo él había permitido que lo ojeara en silencio — Eras muy grande para ser un bebé de un mes.

— No estaba gordo ¿De acuerdo? Esos son músculos.

— Oh, claro — Akaashi carraspeó una risa y volvió a mirar la fotografía del bebé de ojos risueños recostado contra su estómago, bajó una suave manta amarilla. No iba a decirlo tan directamente, pero sus mejillas eran realmente redondas y adorables. Sus brazos y piernas eran un poco gruesos y esa pancita saltaba bastante a la vista en otras fotografías también. Era un bebe bastante grande y gordito ¿No?

Parecía una linda bolita rosada y suave, era muy bonito en realidad. Adorable, realmente adorable, sin embargo estaba seguro de que no podía llamar músculos a algo como eso. Era solo un bebé de uno o dos meses ¿No? Pero estaba lleno de vida. Había una fotografía justo sobre el borde, dónde él estaba bañándose en una tina y su pequeño y brillante trasero redondo destacaba, no podía imaginar a ese adorable niño como una criatura musculosa. De verdad lo lamentaba, sin embargo tampoco iba a discutir demasiado por eso ya que Bokuto parecía muy ilusionado.

— ¿Cuál era la fotografía que querías que mirara? Podría dejar de fisgonear si me la enseñas.

— No — él apretó los labios suavemente y buscó su mirada — No importa, creo que así está bien también...si te diviertes.

Akaashi pasó una de las páginas del álbum y fijó la mirada en el niño de tres años que parecía ir corriendo por ahí vestido con un mullido traje de Búho y tocó esa pequeña sonrisa congelada en el tiempo. Él dibujando una sonrisa melancólica en los labios. No sabía si estaba o no divirtiéndose con esto, no estaba seguro de lo que debería sentir desde que había decidido tomar la mano de Bokuto.

Obviamente la idea de que ya había perdido la cabeza había pasado por su mente, todavía lo creía por supuesto. El mejor camino a tomar debería haber sido volver de inmediato, dormir lo que restaba de la noche en el departamento y volver a la casa de sus padres. No podía solo quedarse descaradamente en el departamento que compartían, disfrutando de todas esas comodidades, ya no le parecía muy correcto después de lo que había sucedido. Akaashi no era tan descarado, tan poco tan despreocupado o tan vil como para seguir fingiendo que nada había sucedido.

No podía mentir, porque ese no era el tipo de persona en el que quería transformarse y estaba seguro de que debería hablar con la verdad en cuanto Sakusa volviera, sin embargo también entendía lo que eso podría significar...que acababa de perder todo a lo que se había aferrado por años.

The Only One [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora