Extra 1: La Dulzura de lo Cotidiano.

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>3< Actualización >3<

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Kuroo era un padre realmente pegajoso. Tsukishima sirvió en muchos lugares diferentes, había tenido la oportunidad de conocer y aprender acerca del ambiente familiar dentro de la aristocracia y los roles que cada persona tenía que cumplir dentro de esta. Sabía que les gustaba aparentar que todo era perfecto frente a todos los demás, sin embargo sus vidas no podrían ser menos indiferentes y ausentes.

La mayoría del tiempo eran los sirvientes como él quienes se encargaban del cuidado y atención de los bebés o los niños pequeños, para que no fueran una molestia para los padres que se preocupaban solo ocasionalmente por ellos dentro de la intimidad de lo que se suponía que debía ser un hogar. Así que muestras de cariño, incluso la más pequeña, eran muy difíciles de ver. Kuroo también debió haber sido igual, era una persona que nunca experimentó el amor de sus padres, alguien que creció en medio de conflicto y tensión.

Era un Alfa dominante, alguien que parecía muy alto, muy intimidante y parecía hacer que otras personas sintieran que era imposible mirarlo a los ojos. Al menos eso era lo que todos los demás decían todo el tiempo, por lo que la imagen del hombre que balbuceaba y besaba los pequeños pies del niño sobre la cama era tan dulce y encantadora que Tsukishima siempre tenía problemas para hacer que se detuviera.

— Hola, papá te ama mucho...— Tetsuya rió, entonces Kuroo sopló sobre su estómago creando un sonido que se mezcló con una risa aún más dulce y estridente. Esas piernitas se agitaron en las manos del moreno, las manitas lindas y gorditas arañaron el aire alegremente y como si hubiera obtenido la respuesta que estaba esperando, inicio una vez más el mismo monólogo tonto de cada noche — Bebé...el bebé de papá...

Cómo si no le importara lo poco digno y altivo que se veía arrodillado sobre la cama...y a los pies de un niño tan pequeño que apenas era consciente de sí mismo.

— Vas a hacer que se vuelva difícil dormirlo otra vez — Tsukishima, que había estado observando todo el proceso y calculado que ya era el momento adecuado para hablar, se acercó pacientemente a ellos y se sentó sobre el borde de la cama — ¿Puedes parar ahora?

— Pero parece que le gusta mucho — Kuroo lo miró, sus dedos atrapados en las manitas de Tetsuya. Tenía las mejillas sonrojadas y el cabello terriblemente alborotado. Muy lindo, Tsukishima no estaba negando eso, parecía estar muy emocionado y feliz, tanto que le dio la impresión de que recuperó la energía que había perdido después de un largo día de trabajo — Un poco más ¿Si?

El rubio suspiró. Ya había cambiado su pañal, así que, si había otro accidente, el baño de hace un momento no habría tenido mucho sentido. Le gustaba esa carita sonriente, le gustaba mucho que su hijo pareciera tan feliz y lleno de energía, pero no podía consentir más esto.

— No me opongo a qué se divierta, pero puede ser peligroso — negó el rubio — Trata de ser un poco más suave la próxima vez.

— ¿Estaba siendo demasiado intenso?

— ¿No lo escuchaste reír?

Tsukishima golpeó suavemente la frente de Kuroo, entonces este se inclinó y tomó al bebé en brazos. Tetsuya jadeaba un poco, ese pequeño pecho subiendo y bajando a medida que trataba de recuperar el aliento en medio de balbuceos. Agitó las manitas, golpeaba los hombros de su padre como si tratara de decirle que todavía no había tenido suficiente, sin embargo él moreno solo se limitó a acariciarle la cabeza y besarle la frente.

The Only One [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora