The Only One [Omegaverse]

Capítulo 15

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Tsukishima se pasó los dedos entre su húmedo cabello, pequeñas gotas de agua se deslizaba aún por su cuerpo, siempre persistentes, surcaban cada pequeña línea discreta y desaparecían tímidamente sobre la toalla que le rodeaba la cintura. Sobre una piel tan pálida e hipersensible que aún era capaz de sentir calor, como si estuviera encendida, tan intensamente que fue inquietante ¿Debería eso ser posible? ¿Estaba bien? Había sido un proceso largo, complicado y tedioso, tanto que incluso las yemas de sus dedos terminaron en una forma arrugada y fea, sin embargo sus labios parecían tan encendidos, de un rojo tan vivo y tierno, que no sabía que pensar. Que estaba fuera de su comprensión. 

Quizá por qué no quería hacerlo en absoluto, porque no quería pensarlo, sin embargo estaba esa imagen frente al delgado espejo de cuerpo entero contra la pared, cada pequeña marca que se encendía lentamente sobre su piel, que florecía a la tenue luz que se filtraba a través de la pequeña ventana de la habitación y no podía evitar estremecerse a un recuerdo que aún estaba vivo.

— Aquí también — deslizó los dedos sobre la curva entre el cuello y hombro, esas finas líneas similares a feas medias lunas aún estaban ahí. Se sentían abultadas sobre sus yemas, eran tan irregulares, tan desagradables y las despreciaba, las aborrecía tanto que mirarlas era suficiente para revolverle el estómago, para que se sintiera enfermo y asqueado, sin embargo, esta vez, Tsukishima tuvo un sentimiento confuso al verlas ahora cubiertas con ese suave carmín destacando sobre su pálida piel...como si lo sintiera a él una vez más — No sé...

Se mordió el labio inferior, apartó la mirada y apretó los puños ¿Necesitaba seguir pensando en esto? ¿Tenía que hacerlo? Él no quería, porque ni siquiera ahora podía entenderlo, porque nada tenía sentido sin importar cuántas veces tratara de pensarlo. No podía ser, no debió, sin embargo sucedió y ese reciente recuerdo ardía en su piel con tanta furia que sus emociones eran un desastre.

— ¿Ahora qué?

Sonrió con amargura al mismo tiempo que se miraba la palma de una de sus manos ¿Se suponía que ahora estaba completamente curado? ¿De una forma tan pecaminosa e incorrecta? Tsukishima habría querido reír a la irrealidad de esta situación, sin embargo estaban esos sentimientos de culpabilidad y autoreproche todavía ahí. Estaban todas esas emociones extrañas, todas esas sensaciones que lo desestabilizaban y entorpecían su sentido.

Se dirigió a su pequeño armario y tomó su uniforme de repuesto. Nunca imagino que podría llegar a ser tan insensato, ni siquiera era el tipo de persona que se dejaba llevar; creía que era alguien más racional, creía que conocía cuál era su lugar, pero antes de que lo notara, como si hubiera sido poseído por alguna clase de ente extraño, su cuerpo cedió a un deseo que ni siquiera debería haber estado ahí.

Se llevó el dorso de la mano a la mejilla ¿Tenía eso alguna clase de sentido? Había pasado mucho tiempo y después de lo que había sucedido con ese hombre, vivía marcado con esa angustia pasada, sin embargo Tsukishima no era alguien sin experiencia previa. Alguna vez fue un adolescente tonto y hormonal, y había vivido su propia vida, cuidó de sus propias necesidades físicas, de esa ansia de contacto, pero ¿Había sido así en el pasado? ¿Fue tan arrasador? No estaba seguro. Era diferente y esta la primera vez que se permitía ser dominado así, la primera que se permitía entregarse a alguien más.

La primera vez y él su primer Alfa.

Se pasó saliva por los labios y bajó una de sus manos hacia su vientre. Ahí todavía se sentía tibio, como si quemara y latiera en ese calor ¿Debería ser así? Agitó la cabeza. El alfa al que se enfrentó no era uno cualquiera de todos modos ¿Por qué tenía que seguir dándole tantas vueltas? Era solo que fue muy reciente, nada más. Tsukishima seguía siendo un sirviente y estaría haciéndolo mejor tratando de no olvidar esa verdad, de no olvidar cuál era su lugar. No haciéndolo a partir de ahora.