Cero

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¡¡Hola!! Aquí Nova con un nuevo fic, Omegaverse porque me encanta este género XD

Bueno, como uno de mis fic (el más largo) está a punto de terminar decidí permitirme el pequeño capricho de publicar uno de los fics entre mis borradores. Espero que les guste :3

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Sentado sobre el suelo, cuyo frío le traspasaba el delgado pantalón del pijama, Tsukishima observaba, sin parpadear la pequeña grieta que se extendía desde la bonita bombilla circular ubicada en el centro del techo hasta una esquina de la habitación. Nunca había prestado mucha atención, se había mudado a ese dormitorio hace un año aproximadamente, pero no estaba seguro de que hubiera estado ahí antes, no lo recordaba, sin embargo no parecía que se tratara de algo que requiriera de una atención especial o que valiera la pena su preocupación, solo le había parecido curiosa...solo no tenía muchas ganas de pensar.

Cerró los ojos, frunciendo el ceño y apretando la mandíbula al mismo tiempo, como si estuviera siendo víctima de un terrible sufrimiento que pareció cesar cuando los tensos músculos de su pálido rostro se relajaron. Volvió la calma y el vacío, sin embargo continuó con los ojos cerrados y en completo silencio, como si el tiempo no importara, como si se tratara de un inanimado objeto abandonado en un rincón solitario. Fue entonces cuando fue capaz de apreciar un pequeño sonido, algo que podía confundirse fácilmente con el tic-tac de un reloj. Incesante, mecánico y tranquilo, y aun así diferente. No había relojes en el interior de ese minúsculo baño, lo sabía...aun así, se sintió como si marcara la cuenta regresiva hacía un terrible destino final.

¿Dónde estaba? ¿Qué era? ¿Por qué se burlaba de él? Abrió los ojos y su cabeza se movió perezosamente hacia el origen de ese sonido; el lavabo. Su mirada ausente y perdida en cada pequeña gota que pendía de la boca de este hasta ser finalmente liberada. Una y otra vez. Segundo a segundo. Minuto a minuto. Sin cesar, a un ritmo lento, hipnótico y sin final. No se detenía, las gotas caían y Tsukishima permaneció observando pasmosamente aquel vano espectáculo sin sentido, en silencio, en una calma que no era calma. 

— Que insignificante — pequeñas gotas se formaban con rapidez, para después caer y desaparecer por siempre. Como si fuera nada, con si no importara, desaparecían sin dejar un solo rastro de su existencia. Era de verdad insignificante, no parecía que tuviera sentido y aun así, una a una, lentamente y sin cesar, todas y cada una de estas, juntas formarían algo mucho más grande y tarde o temprano terminarían por superar la capacidad del lavabo...rebalsaría.

Le pareció de pronto que era más interesante de lo que había imaginado.

Esa cotidiana y aburrida visión también podía verse de una forma más filosófica y aplicarse a la vida ¿No? Porque, tal vez, estaba ocurriendo lo mismo con él; su cuerpo estaba llegando al límite y cada una de las emociones que fueron acumulándose en su pecho, gota a gota y sin cesar, todas y cada una de ellas estaban a punto de desbordarse...de romperlo.

Apretó los labios. Sollozó, ahí estaba, como una tortura eterna...otra vez — Por favor...no de nuevo...

Ya no más, por favor. Por favor. Por favor. Sin embargo esa súplica desesperada no fue escuchada. Entonces, como queriéndose burlar de él, como atendiendo a su desesperación, como un recordatorio implacable y cruel de su realidad, su abdomen se contrajo y, tan inmediato y violento como hace unos minutos, sintió el impulso desesperado e incontrolable de vomitar. Su débil cuerpo se arrastró sobre el suelo. Su piel tan fría como un cubo de hielo, temblaba, sudor frío se deslizaba por su frente, finas lágrimas derramándose de sus dorados ojos y un amargo líquido caliente quemándole el esófago sin piedad, hasta encontrar su final en el retrete. Era una agonía, una tortura sin final.

The Only One [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora