Capítulo 46

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>3< Actualización >3<

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Últimamente el clima se estaba haciendo cada vez más cálido, era muy agotador para Tsukishima. Nunca le gustó especialmente el verano, y aunque aún había un poco de tiempo para que ese fatídico momento llegara, los efectos parecían comenzar a sentirse en la atmósfera. El clima tropical de esta ciudad tan grande comenzaba a volverse más intenso y con ello el rubio también era capaz de sufrir la incomodidad del agotamiento nacido del calor.

— ¿No sé está sintiendo bien, señor?

El rubio emitió un suspiro suave, era duro aún bajo la sombra de la tarde; el aire se había vuelto más impetuoso en estos días, arrastraba el aroma y el murmullo del mar en la lejanía, sin embargo también traía consigo ráfagas cálidas y húmedas que empapaban su piel de sudor — Hace un poco de calor esta tarde ¿No te parece?

— El clima se está haciendo más cálido ¿Está doliéndole la cabeza? ¿Quisiera que llamara al médico?

— No, no es necesario, pero...— se apoyó los dedos sobre la frente. Le dolía un poco la cabeza, había tratado de calmar su incomodidad bebiendo un poco de leche fría, pero estaba comenzando a sentirse somnoliento otra vez ¿Debería adelantar un poco más su siesta? — ¿Shirabu no ha venido todavía?

— Aún no, señor, pero no llamó para anunciar un retraso...debería estar aquí antes de la cena como cada semana — Tsukishima se levantó con ayuda de la sirvienta y apoyó una mano sobre su espalda con una mueca incómoda en los labios — ¿Señor? — la mano de aquella mujer se tensó.

Tsukishima liberó una bocanada de aire en silencio y alzó una mano — Está bien, solo fue...— apretó la mano que sostenía a la suya, una vez más. Contuvo el aliento y volvió a liberar un poco de aire como la brisa suave. El médico dijo que no era nada demasiado importante, su vientre se había vuelto más prominente y pesado en los casi tres meses de su estadía en esta ciudad, y su espalda, tanto como su cuerpo estaban comenzando a resentir esos nuevos cambios.

Para Tsukishima era algo bueno, significaba que su hijo estaba creciendo muy bien, que su desarrollo era tan normal como el de cualquiera, sin embargo dentro de esa alegría también había algunas cuantas inquietudes. Su cuerpo no era exactamente un contenedor muy adecuado, le daba pena, pero no quería ser débil. Había llegado hasta aquí, había avanzado tanto, así que no podía perder ahora ¿Verdad? Así que lo soportaría pacientemente hasta el final.

— ¿Señor?

— ¿Oh? Si — parpadeó y se humedeció los labios con la punta de la lengua — Disculpa, estaba...— miró a la mansión — Deberíamos volver dentro, me gustaría tomar mi siesta habitual más temprano.

— Entiendo, déjenme acompañarlo, por favor.

El rubio avanzó un paso y volteó una vez a la mesa. Había olvidado el diario sobre esta, así que volvió un paso para volver a tomarlo y sujetarlo entre sus brazos. Se asintió más tranquilo justo después de que estuvo en sus manos, como si ya fuera una parte de sí mismo. No quería dejarlo, no quería olvidar, todavía no.

— Creo que esta mañana mencionaste que el señor iba a estar viniendo hoy ¿Ha habido alguna noticia suya?

— Está en la cuidad, sus maletas fueron enviadas a medio día...podrá verlo después de su siesta, señor.

— Entiendo...gracias, sobre la cena...— se detuvo frente a la puerta de su habitación y permitió que la sirvienta abriera la puerta, sin embargo no entró de inmediato ¿Debería tratar de ordenar un menú especial para la cena de Ushijima? Últimamente se había involucrado un poco más en la administración de la residencia, no hacía demasiado, pero era suficiente para entretenerse y sentirse menos una carga. Tsukishima no podía olvidar tan fácilmente su antiguo trabajo, no podía solo sentarse y esperar que otras personas le dieran todo. No era la vida ideal para él.

The Only One [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora