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Al día siguiente, seguíamos buscando la manera de terminarnos tantos chocolates, llevar los demás regalos a casa. Al llegar la tarde me propuse a llamar a mi madre, no sabia que decir, no sabía que cosas le habría dicho mi padre, volvía a sentir miedo de lo que pudiese pasar, no quería que ella, una de las personas mas importantes de mi vida me diera la espalda, que horrible era esta sensación.

Podía ver su nombre en la pantalla del móvil, era hora de llamar, sentí la mano de Jimin sobre mi hombro.

- Vamos hyung tú puedes, respira – podía sentir como su mano aferraba su agarre a mi hombro.

- Lo que llegue a pasar, recuerda que nunca estarás solo, estaremos nosotros para ti siempre – mire a Tae, quien tenia a Yeontan en brazos.

- Gracias chicos – suspire para intentar relajarme un poco – llego la hora – los chicos sin decir nada salieron de la habitación, mostrándome unas lindas sonrisas en forma de apoyo.

Tres respiraciones profundas, comenzó la llamada, los segundos de espera parecían eternos, hasta que una voz al otro lado de la línea se hizo presente.

- Cariño, que bueno que me llamaste, hace mucho que no hablamos, deberíamos vernos, ¿Cómo has estado? – el tono de su voz hizo sentir a mi corazón cálido, anhelando estar entre los brazos de mi madre.

- Bien, bien, han sido días un poco extraños y pesados, cosas de la escuela – esperaba que las clases de actuación me ayudaran para disimular el cumulo de emociones en mi voz.

- Mi niño hermoso, ven un día de estos conmigo para que te distraigas un rato, podemos ir donde quieras, la empresa está muy estable, así que mi agenda no esta tan demandada, el fin de semana esta libre para mí – al parecer mi padre no le había dicho nada, las cosas iban bien, talvez esta sería la última vez que escucharía a mi madre hablarme así.

- Yo igual no tengo tantas cosas que hacer, ¿podemos vernos el viernes? – pregunte, aunque ya sospechaba la respuesta.

- Claro cariño, puedes quedarte todo el fin de semana, solo déjame hablar con tu padre... - no deje que terminará de hablar cuando la interrumpí.

- ¡No! – me di cuenta de mi exaltado tono, así que rápidamente lo cambie- no mamá, ya le dije a mi padre, él esta de acuerdo, me dijo que yo te dijera, es que está ocupado últimamente.

- Me lo imagine, bueno cariño, te espero aquí el viernes, tengo que atender unos asuntos, cualquier cosa me llamas – escuchaba voces al fondo, que le pedían a mi madre unos papeles, que aburrido- Nos vemos cariño, te quiero.

- Yo también mamá – la llamada termino, en unos días tendría que enfrentar otra vez esta cruda realidad.

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- ¡Hyung! – en cuanto salí de mi habitación, Jimin corrió hacia mí, seguido por Yeontan - ¿Cómo salió todo? – tomé al pequeño cachorro en brazos, que daba brinquitos en mis piernas.

- Al aparecer mi padre no le ha dicho nada – les dije mientras acariciaba al canino – el viernes nos veremos.

- Vaya, espero que te vaya bien hyung, te deseamos lo mejor – Tae me abrazo mientras hablaba, los abrazos podían ser tan reconfortantes, segundos después se unió Jimin.

- Te querremos mucho Jin hyung – dijo el mochi.

- Harán que me ponga sentimental – dije con los dos chicos en brazos.

💜

Las clases habían terminado era hora de ir con mi madre. Los chicos llegaron hasta donde yo estaba.

- Por fin es viernes, que bien – kookie caminaba hasta mi con su mochila sobre uno de sus hombros, Tae venia a su lado, con el brazo libre de Jungkook en sus hombros, los dos se veían muy lindos juntos.

- Estoy tan cansado – Jimin venia por el otro lado de nosotros, su cabello estaba pegado a su frente por culpa del sudor – la coreografía es preciosa, pero también cansada.

- Bueno chicos, vamos a casa – comento kookie – comenzamos a caminar a la puerta de la escuela.

- ¡Yoongi! – Jimin salió corriendo hacia el chico mencionado, el cual se encontraba recargado en su auto, en cuanto escucho el llamado del mochi abrió sus brazos, recibiéndolo.

- Esos dos tortolos – me encantaba ver a Jimin feliz, en cuento llego a su lado, le repartió besitos en toda su cara.

- Nos vemos después chicos, iré a comer con mi chico – el mencionado, sonrió ampliamente para después abrir la puerta del auto para que Jimin entrara.

- Bueno, vamos, tengo hambre – dijo Tae comenzando a caminar, unos segundos después Kookie, aun a su lado volteo a mirarme.

- Vamos Jin – me llamo el chico.

- Olvide decirlo, hoy iré con mi madre, hablare con ella de... ya sabes- fue lo único que quise decir.

- Esta bien, si necesitas algo llámanos.

- Gracias Kookie, los veo luego – los chicos se alejaron y espere que llegara el chofer de mi madre. Minutos después me encontraba camino a su casa, hace tiempo que no recorría aquellas avenidas.

- Llegamos joven Kim – anuncio el chofer antes de bajar del auto.

- Gracias, señor Lee, yo puedo bajar – el chofer me regalo una sonrisa y baje, enseguida camine hacia la puerta donde mi madre estaba esperándome, radiante y bella como siempre.

- Hola mamá – enseguida la abrace con fuerza y ella correspondió.

- Entremos cariño – comento mientras terminaba nuestro abrazo.

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Había llegado la hora, le diría a mi madre, estaba listo para lo que llegara a pasar, al menos eso creía.

- Madre, tengo que decirte algo – mi mirada no se despegaba de la taza de café en mis manos.

- Claro cariño, te escucho – la voz de mi madre era serena, conocía ese tono, lo usaba cuando le iban a presentar un nuevo proyecto.

- Yo, hace mucho que quiero decirte eso, no sabia como decirlo, ha pasado muchas cosas, por culpa de esto – sentí como mis manos comenzaban a sudar, no quería mirarla, sentía que no podía – Mamá, yo...

- Vamos cariño, solo dilo – una respiración profunda, mientras escogía las palabras correctas que saldrían de mis labios.

- Mamá, soy gay – el silencio se hizo presente, tenia miedo de lo que diría mi madre, no hubo palabras, primero escuche como mi madre se levantaba de su asiento, escuche unos pasos hacia mí, vi los zapatos de mi madre.

- Jin – después de decir mi nombre, cerré mis ojos esperando lo peor, pero lo único que recibí fue un abrazo, lo que menos esperaba – quería que tú lo dijeras – se separó ligeramente de mí, tomo la taza que tenia en mis manos y la dejo en la mesa de centro – tu padre me lo dijo, me conto que te fuiste de casa, no quería decir nada, hasta que tú lo decidieras.

- Mamá – las lagrimas acudieron a mis ojos, me levante, y la abrace tan fuerte como si no hubiera un mañana.

- Te amo hijo, siempre lo hare – una de sus manos acariciaba mi cabello – siempre lo supe amor, las madres tenemos un sexto sentido, en parte eso hizo que me separara de tu padre, juro que luche por tu custodia, pero tu padre me gano, diciendo que él se encargaría de "corregirte", perdón, te hice mucho daño – escuche como la voz de mi madre se combinaba con sollozos.

- No madre, no digas eso, ya estoy aquí – le di un cálido beso en su mejilla.

- Empecemos de nuevo – asentí, sin decir nada, solo un abrazo, un abrazo que decir muchas cosas.

Al ver sus comentarios respecto a la madre de Jin me da ternura, me inspire en mi mamá, algo así me dijo cuando salí del closed

Muchas gracias por leer, espero les guste.

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"El Pintor"  [NamJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora