ꨄ︎𝐶𝑎𝑝. 7ꨄ︎

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Kati

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Kati

Caminábamos, pegados para evitar tocar el sol, aunque eso no me molestaba, no me molesta que el sol roce mi piel.

Aunque en realidad, no hay mucho que rozar, puesto que siempre traigo mi chaqueta, algo que me reconforta.

Un pedazo de mi pasado.

Bueno y a la vez malo, trae recuerdos, recuerdos melancólicos y otros realmente buenos.

Nunca me la quitó, es como estar con el, no me importa quemarme por el sol, pero por alguna razón me sentía bien estando tan cerca de Boris.

No sabía por qué o como, pero sentía la necesidad de probar todo con el, de tenerlo cerca y que el me ponga atención.

Al llegar a su casa fui donde siempre, a la piscina vacía, sentandome en las escaleras de la misma, esperando a Boris.

-¿Quieres una cerveza?-Pregunto sentándose a mi lado, con un cigarro y una botella de alcohol.

-Yo... Yo no tomo-Dije, cosa que es verdad.

-Esta bien-Dijo restandole importancia y encogiendo sus hombros.

Miraba el cielo, miraba el alrededor. Miraba a Boris, que cada vez que bebía de la botella me le quedaba viendo a sus labios, rojos y secos, goteando de vez en cuando el líquido transparente.

Mirarlo era como meditar, me sentía relajada y feliz, no le incomodaba, me había atrapado mirándolo pero nunca me dijo nada.

Al mirarlo bien, me di cuenta que era muy delgado, tal vez no comía bien, eso no es buena señal, puede terminar enfermando se seguido o cosas así.

-¿Tienes algo... De comer?-Pregunté para ver que podía hacer al respecto.

-Pan con azúcar-Me contestó sin mostrar interés.

-¿Pan con... Azúcar?-Dije bajando el tono de mi voz poco a poco, pero regalándole una sonrisa cálida, no tenía mucho, pero si la mermelada.

No quería quedarme de brazos cruzados, si tenía algo, al menos eso debería darle, lo conozco hace poco pero siento una ganas inconmensurables de ayudarlo en lo que sea.

-Llévame-Dije refiriéndome a la cocina, el se levantó soltando aire en el proceso, sacó los pedazos de pan de la cocina, estaba por irse pero lo detuve.

-¿Ya comiste?-Pregunte, sabiendo que diría que no pero igual con interés.

-No-Contestó frunciendo el ceño, lo hice sentarse en la silla de la barra de la cocina.

Tome el pan y con la mermelada que tenía la cubrí por completo, le entregué el par de panes en un plato, el miro el plato y me miro a mi.

Yo con la cabeza le indiqué que lo comiera, el lo dudo un poco pero aún así lo hizo.

En el almuerzo noté que le había encantado la mermelada.

Así que no perdía dándole de comer eso, al menos por ahora, esperaba que al irme prepara algo decente.

-¿Te gusta?-Pregunte recargandome en el mármol poniendo mis manos en mis mejillas, soriendole para que tenga confianza, aunque parte de mi es alegría pura.

El asintió, mientras terminaba el último trozo, miraba expectante de las caras de placer que hacía al sentir el sabor de la cereza.

-Sabe mejor sola-Comenté tomando una cuchara, me acerque al bote de mermelada y saque una cucharada con una cantidad media.

La acerque a la boca de Boris, esperando a que la comiese, me miraba confuso, tal vez preuntandoce que tan amable e inocente puedo llegar a ser.

Tal vez a él nunca le dieron de comer en la boca, tomando en cuenta que no es algo normal que alguien casi desconocido lo haga, o que su padre nunca estuvo aquí.

La última vez que estuve aquí, descubrí que la madre de Boris murió atravesando una ventana del segundo piso.

Al principio pensé que había sido una broma, pero al ver que el no reía supe que era serio, eso me había sorprendido.

Al final, Boris aceptó la mermelada y la comía, dándome una sonrisa al sentir la explosión de sabor en su boca.

Al darle otras 3 cucharadas más, subimos a su habitación.

Al entrar el olor a cigarrillo y vodka era fuerte, no lo ignoraria fácilmente, estaba desordenado y con prendas de ropa por doquier.

No me importó y me acosté en la cama, estirando mis brazos, sin abrir mis piernas-Tenía vestido-Y respirando hondo.

Este es el olor de Boris.

El rebusco algo en sus cajones, hasta dar con una pastilla blanca, la cual tritura encima de un libro y volteo a mirarme.

-¿Quieres probar?-Pregunto señalando el polvito blanco con un billete enrollado, a lo que yo negué con la cabeza.

...

La tarde que había pasado con Boris había sido muy agradable, a pesar de la constante risa que emitía por cualquier cosa que decía, me parecía adorable y lindo.

No me había divertido así desde hace unos meses, era algo nuevo, algo que sentía cada vez que estaba con los chicos.

En especial con Boris.

Me ayudaban a olvidarme de la realidad, del pasado y de mi tormento.

Al salir de la regadera envolviendo mi desnudo cuerpo con una toalla, rebusque entre mis cosas para vestirme.

Estaba por hacerlo pero escuché la puerta principal cerrarse, me sentí asustada, tal vez algún ladrón.

Aunque no había nadie más en cuadras de mi casa, pero me calme al escuchar murmullos maldiciendo, la voz la reconozco.

Es de mi madre.

Abrí la puerta de mi habitación encontrándome con ella, sorprendida por haberla visto sin antes tomarse un baño o tan siquiera avisar que había llegado.

Relajo su expresión lentamente, parpadeando varias veces y por fin regresando a pa realidad, dándose cuenta que no había estado en casa por 2 días enteros, dejándome a mi suerte.

Se acercó y al momento que quería tocar mi hombro retrocedí.

-2 días-Dije en un susurro-Te fuiste 2 días.

-Lo siento-Logro decir para irse a su cuerto, eso me hacía sentir que no le importaba, tal vez si...

Tal vez.



























SWEETGIRL

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❦︎𝔠𝕮𝖍𝖊𝖗𝖗𝖞 𝕸𝖊𝖗𝖒𝖊𝖑𝖉𝖆❦︎ / Boris Pavlikovsky [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora