❦︎𝔠𝕮𝖍𝖊𝖗𝖗𝖞 𝕸𝖊𝖗𝖒𝖊𝖑𝖉𝖆❦︎ / Boris Pavlikovsky [✔]

ꨄ︎𝐶𝑎𝑝. 28ꨄ︎

Kati

No sé como había pasado eso, aquello que había anhelado sin saberlo, había pasado en una noche fría, habíamos consumado un acto apasionado bajo la luz de la luna, ella junto con las estrellas fueron testigos de nuestro amor.

Estaba acostada en mi cama, mi cuerpo estaba entre las sábanas, aplastado por la anatomía de aquel chico de rulos salvajes y hermosos.

Su cara estaba hundida en mi pecho, sus brazos me abrazaban con calidez, sus rizos me acariciaban mis clavículas.

El en realidad estaba muy borracho, tuvimos que caminar desde la casa de Kylie hasta la mía, por que no le había dejado conducir por su estado, ¿Y quién lo haría? Solo un loco tal vez.

Tras la escena del beso, el mismo se repetía una y otra vez en mi cabeza, como un bucle del tiempo, después de un rato, me quedé dormida, en un profundo sueño, donde veía mis metas cumplirse.

Quería ser enfermera, ser una de las mejores, por que me gustaría salvar vidas, dar buenas noticias, aunque, eso también implicaba fallar inevitablemente de vez en cuando.

Tendría que ver a la familia sufrir, por la pérdida de alguien, tal vez, en ese entonces, no me recuerde a mi misma al ver a un alma destrozarse, por que tal vez ya podría superarlo y seguir adelante.

A veces no soñaba nada o no recordaba lo que había visto, pero esta vez había sido diferente, había soñado algo que me hizo feliz y me estremecía de alegría.

Era yo, pero era adulta, estaba revisando unos papeles, con una bata, escuchaba los pasos y murmullos der las personas en la recepción del hospital.

Una de las tantas voces resonó en mis oídos. No eran personas histéricas e impacientes por saber como estaban sus seres queridos o murmullos de gente que estaba en espera de noticias buenas.

Era una voz, tan dulce pero tan ronca al mismo tiempo, que podía intimidante o darte ganas de abrazarlo como un osito de peluche.

Al voltear, estaba un hombre, vestido todo de negro, unos curiosos rizos que saltaban al caminar rápido, una sonrisa resplandeciente y un ramo de rosas rojas en la mano derecha.

Al verme, este sonrió y se apresuró a llegar a mi. Me rodeó con sus algo delgados brazos, me apretó contra el y me habló con dulzura.

-Hola... kotenok–Me susurro al oído, metiéndose en mi mente ese eco de su voz y su peculiar olor.

No sabía por qué o como, pero el estaba allí, abrazandome, Boris... El estaba metiéndose en mi mente tan profundamente, se enterraba en mi corazón y alma.

Estaba entregando total y completamente mi corazón a el, mis sueños y anhelos, dejaba que conociera mis defectos y virtudes, estaba dejando que se metiera en mi mente, que grabara sus huellas en mi piel e impregnara con su embriagante olor mis sábanas. Que me endulzara con sus besos y teñiera mis mejillas de un rojo vibrante, que me mire con sus intensas cascadas de chocolate que tienen sus ojos y vieran en lo más profundo de mi ser, que me vea sin ningún filtro y que conozca cada centímetro de mi anatomía. Estaba entregándole mi cuerpo y alma a un chico que hace apenas un mes había conocido.

Y nunca me iba a arrepentir de ello.

Sabía lo que esto implicaba, los riesgos que estaba tomando, sabía que Boris podía tomar esa bolita de luz radiante y palpitante en medio de mi pecho y estrujarla frente mío, haciéndola añicos y obligándole a sentir un agonizante dolor en cada parte de mi ser, excavar en lo profundo de mi alma y sacar toda alegría y felicidad, sintiendo un nudo en mi garganta y mil agujas en mi cuerpo, obligandome a sumergirme en una tormenta donde derrame gruesas lágrimas saladas acompañadas de relámpagos simbolizando mis ardientes sollozos. Ahogandonme en el mar de mis gritos coléricos y lamentos desgarradores sin vida. Dejando mi corazón débil y moribundo

Boris, por favor... No me lastimes.

...

Desperté, sintiendo un travieso rayo de sol traspasar una parte de la cortina, abrí con pesar poco a poco mis ojos.

Cuando intente levantarme, fui detenida con el peso que me recordaba a la persona encima mío, durmiendo tan pesadamente como un oso.

Parecía hibernar.

Pero dormido, parecía un pequeño adolescente con sueños y metas, tan adorable y que no rompería ni un dolo plato.

Pero despierto era todo lo contrario.

Era un huracán andante, la mayoría de lo que tocaba lo destruía, su humor era negro y amargo, tomaba lo que quería si le gustaba, no importaba como te sintieras al respecto y no era muy bueno con los sentimientos.

-Boris–Le susurre cerca del oído, empezando a acariciar su cabello y darle toquecitos en la nariz con mi dedo índice–Despierta, se nos hará tarde.

Hizo un sonido de disgusto ante lo que dije.

-¿No podemos faltar?–Dijo apretando sus ojos y labios–Tengo resaca.

Sonreí, el era adorable a su manera, estaba en lo correcto, por todo lo que bebió anoche se puede saber que tendría mucha resaca.

-Vamos, no podemos dejar solo a Theo–El solto un suspiro pesado, apretando sus brazos en mi cintura formando un buen abrazo.

-Agh, Potter–Abrio los ojos, se sostuvo en sus manos y empezó a gatear en la cama, quedado cara a cara–Iré... Si me das un beso.

Me quedé viendo sus profundos ojos, estaba asombrada, tal vez nunca me iba a acostumbrar a esto, a que sea tan directo.

Quite mi cara de asombro, le sonreí lo más alegre que pude, rodee su cuello con mis manos, le di un pequeño y rápido beso.

-¿A eso le llamas beso?–Dijo colocando una risa juguetona en su cara, acto seguido se abalanzó hacia a mi y empezó a besarme, ahogando mis risas y pequeños chillidos de diversión.

El pasaba sus labios en mi cuerpo sin pudor, estos había recorrido mis clavículas, cuellos, mejillas, frente y claro... Labios.

Era divertido como parecía ser muy amoroso, en el no podías distinguir si esas acciones eran más morbosas que románticas y viceversa.

Solo sabía que no quería que terminara.

SWEETGIRL

Espero les esté gustando, ya subí el fic de la miniserie Defending Jacob por si quieres pasar a verla, lxs kier0 uwu.

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