❦︎𝔠𝕮𝖍𝖊𝖗𝖗𝖞 𝕸𝖊𝖗𝖒𝖊𝖑𝖉𝖆❦︎ / Boris Pavlikovsky [✔]

ꨄ︎𝐶𝑎𝑝. 26ꨄ︎

Kati

El, ¿Quedarse en mi casa?

Mis manos empezaron a sudar, abría y cerraba la boca sin saber que decir, una electricidad incesante se expandió de mi estómago a mis piernas. Estaba empezando a temblar por el nerviosismo que venían como olas chocando bruscamente al caer.

-Para pasar el día, ya sabes.

El no espero a que contestara, simplemente pasó por mi lado y entro a mi casa.

Eso era parte de Boris, era alguien que actuaba sin pudor alguno, dice y hace cosas sin pensar.

Eso era parte de el.

Cuando por fin dejé de estar estupefacta, entre a la casa dando pasos torpes, sintiendo como mis mejillas ardían de un rojo carmesí intenso.

-¿Tienes algo de comer?-Boris estaba sentado en el sillón, pregunto sin pudor y me sentí avergonzada al recordar que tenía que hacer las compras

-Ah, yo...-Aprete los ojos mientras negaba lentamente con la cabeza-Eh olvidado hacer las compras.

-Oh..

En ese instante, Boris se levantó y tomó su mochila, se dirigió a la puerta y la abrió.

¿Por eso había venido? ¿Solo quería comer? Aunque, no lo culpo, el no come bien, eso me ah preocupado más de una vez.

-¿Vienes?-Dijo con una voz ronca y cargada de burla.

-¿A dónde?-Solte sin pensar la respuesta.

-Creí que debías hacer las compras.

...

Me encontraba en un pasillo lleno de cajas de cereales, con botellas de Nutella, de mermeladas y un sin fin de cosas.

Estaba indecisa, no sabía si comprar chococrispis o Froot loops.

Habíamos llenado la canasta de compras con frutas, como manzana, uvas, un melón, también con unas cuantas carnes, para que pudiera hacer de comer, también uno que otro envase de yogurt.

Mientras estaba pensando en cuál tomar, sentí una respiración en mi cuello, que me hizo sobresaltar.

Era Boris.

De repente, el había enrollado mi cintura con sus brazos largos, su toque era frío, como el hielo, causando unas punzadas que daban cosquillas, que viajaban de mis piernas al estómago. Su cabello azabache y salvaje rosaba mi oreja, me causaba cosquillas y picazón.

Era ese roce gélido y juguetón del que tanto me sentía enganchada.

-¿Qué...?-Me encontraba realmente nerviosa, no entendía como Boris podía hacer que me sintiera tan nerviosa en solo segundos.