❦︎𝔠𝕮𝖍𝖊𝖗𝖗𝖞 𝕸𝖊𝖗𝖒𝖊𝖑𝖉𝖆❦︎ / Boris Pavlikovsky [✔]

ꨄ︎𝐶𝑎𝑝. 9ꨄ︎

Theo

Después de lo que sucedió ayer, Kati había estado extraña, su sonrisa ya no parecía del todo sincera, sus risas eran sarcásticas y su felicidad parecía acabar en cualquier momento.

Estábamos sentados en el autobús, Kati con su mejilla pegada en la ventanilla, donde miraba cuidadosamente el alrededor cada vez que hacíamos una parada, al pasar recargada tanto tiempo en el mismo lugar hizo que se tornara de un rojo leve.

Ese rojo leve en su pómulo izquierdo, que la hacía ver adorable, pero al mismo tiempo, como si recientemente la vida le hubiera cacheteado en ese mismo instante.

Boris no había entrado en su parada, cosa que en su momento nos desconcertó, no sabíamos dónde estaba o que estaría haciendo en este momento.

Trataba de decirle que no estuviera así, si era por Boris o si le pasaba algo, quería animarla y hacerle sentir que me tenía por si le pasaba cualquier cosa, pero de mi solo salían palabras atropelladas y frases sin sentidos.

¿Cómo podría ayudarla estando así? Prácticamente era un niño cobarde sin saber bien lo que siente y que sentimientos procesar.

Todo era confuso, el amor es confuso, por que nunca sabes cuando empiezas a sentir sentimientos hacia alguien, pero cuando algunas de sus acciones tienen efecto en nosotros, buenas o malas, nos damos cuenta de los sentimientos que tenemos, y no precisamente sabes que estás enamorado. Solo no sabes que sientes hacia esa persona, si es capricho o es amor.

Al llegar, Kati y yo nos separamos, teníamos a penas 2 clases juntos en el transcurso del día, así que yo solo estaba impaciente y preocupado por la situación.

Si a Kati le gusta Boris... Sería un desastre, Boris nunca a estado en una relación, siempre toma y fuma, a veces dice cosas hirientes, si esta con ella... La va a pudrir, la va a marchitar...

Pensaba sobre eso todo el día, las consecuencias que traería si Kati y Boris salieran, no me imaginaba a Kati con el.

Ella es todo un rayo de luz, un sol brillante y grande, con su sonrisa y mirada desbordante de felicidad, coloreando de un carmesí intenso mis mejillas, su risa suave y refrescante como la brisa, hoyuelos que me sumergen en una nube de azúcar sabor agridulce y me dejan a la vista el alba en su punto más resplandeciente, el hermoso cielo de varios colores vibrantes, rojo, morado y amarillo, fuera remplazado por el azul intenso de un nuevo día.

Y Boris...

El era la nube negra que tapa al sol, con sus chistes y bromas cargadas con sarcasmo y un sabor amargo, con un embriagante olor a vodka y cigarrillos recién fumados, debo admitirlo, su cabello color azabache, sus rizos que con la ventisca más leve se alborotarian, sus ojos de un profundo color chocolate derretirian a cualquier persona, esas pequeñas estrellas color café esparcidas por toda sus mejillas y pecho, sonrisa maliciosa y una personalidad extravagante, como tiempo de lluvia, oscuro y gélido, al mismo tiempo atrayente y liberador.

Pero dicen que polos opuestos se atraen, me tiene pensando, preocupado.

-¿Estas bien Theo?–Y con su dulce voz pudo sacarme de la ensoñación de mis pensamientos vagos y profundos.

-Ah.. Si, si, ¿Por qué?–Contesté con acomodando mis lentes y sintiendo temblar mis piernas.

-Te veías muy preocupado–Dijo mientras se limpiaba las migajas de las galletas que tenía en su vestido rojo y adornado con dibujos de flores escarlata–¿Sabes que me gusta?–Dijo sonriendo, dejando a la vista sus infladitas mejillas ruborizadas al natural por el calor que producía su chaqueta y el sol–Cuando llego a casa y puedo beber mi jugo de manzana, es mi sabor favorito.

Allí estaba, esa risa suave, cargada de alegría y felicidad, la que no escuchaba hace horas, una sincera.

Me contagió de su positividad y felicidad inconmensurable, reímos y la pasamos riendo solos... Por primera vez.

Al terminar la jornada estudiantil, Kati y yo planteábamos ir a mi casa, a hacer cualquier cosa, me imaginaba a la chica de gestos adorables y graciosos sola conmigo, hablando de cualquier cosa y hacerla feliz.

Pero los planes se desmoronaron cuando entre a casa y en el comedor nos esperaba Boris.

Ese chico de rulos salvajes y traviesos.

-Yebat, tardaron mucho–Dijo con el entrecejo fruncido.

-Si no hubieras faltado a la escuela no hubieras tenido que esperarnos tanto tiempo–Dije obvio–Por cierto ¿Dónde estabas imbécil?

Esperaba paciente su respuesta, noté como su mirada recorrió a la anatomía de Kati, para después desviarla rápidamente, me miró serio, para después sonreír con picardía.

-Por ahí–Y tomo su mochila para colgarse la en su hombro derecho–¿Vamos al parque?

Lo dudé un poco, normalmente nos vamos allí para fumar, drogarnos o emborracaharnos, nunca habíamos llevado a nadie más. Sabia que Boris no se iba a oponer, así que solo asentí.

Caminamos rumbo al lugar, los dos con la mirada insertada en una chica dando saltitos y contando las casas para no aburrirse. Cuando llegamos, ella se sentó en el final de una resbaladilla, mientras sacaba un jugo de manzana de su mochila.

Lo gracioso era que en la de Boris solo sacaba alcohol o cigarrillos, el saco una botella entera de vodka y nos tumbamos en los columpios para beber.

Mientras bebíamos, no hacíamos nada más que ver a Kati intentando insertar el popote en el hoyo de la caja de jugo con una sola mano, se veía tan concentrada y con un la punta de su lengua descando encima de sus labios.

Se veía adorable y tierna, una chica que para nada se imaginaría con chicos como nosotros.

Se estaba haciendo de noche, y por un segundo, me imaginaba arrebatandole la chaqueta a Kati, en la noche el frío no se aguanta mientras más tarde sea, cada quien caminaba sumergido en un abismo de pensamientos que nos absorbía por completo, gracias a las dudas y preguntas sin resolver.

Me formulaba muchas situaciones en mi cabeza, donde Kati lloraba por Boris, o a Boris dándole igual el bienestar de cualquier ser humano que no sea el, trataba de no pensar en eso, después de todo eso no sucedería...

¿Verdad?

SWEETGIRL

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