Estábamos en la pista bailando con Caro cuando siento unas manos en mi cintura. Sentí mucho olor a alcohol y supuse que venía del hombre detrás mío.—Hola preciosa—Dijo en mi oído en un intento de ser sexy
— Te doy tres segundos para que saques tus asquerosas manos de mi hermoso cuerpo antes de que te corte las pelotas y te las haga tragar— Él sonrió pensando que lo decía en broma o no se sinceramente que pensó pero me apretó más a él.
— Oh vamos zorrita que sabes muy bien que quieres que te toque.— Largué un suspiro y en mi mente hablé con mi conciencia.
¿Me explicas porque hay gente tan inútil?
No lo se querida conciencia, pero que se le puede hacer
Bueno basta de cháchara, momento de acción
Y sin más me di la vuelta saque de mi pierna izquierda mi arma y apunte a su cabeza, él sonrió e hizo un movimiento con la mano y otro hombre- que supuse que era un guardaespaldas de él feo este- me apuntó con intenciones de asustarme, así que saque mi otra arma de la pierna derecha y le apunté también a él.
Más guardaespaldas llegaron en refuerzos de él para apuntarme, agrandó su sonrisa pensando que tenía la partida ganada y para jugar un poquito solo un poquito hice como que iba a bajar mis armas pero las volví a subir y aparecieron mis muchachos que eran el cuádruple que ellos y los apuntaron, Gael apareció atrás de él y le apunto sobre la nuca.
Las luces del salón se prendieron con el alboroto, la música paró y todo el mundo estaba atento a nuestros movimientos. Vi la intención del guardia a quien le estaba apuntando querer disparar así que fui más rápida y le disparé en la cabeza haciendo que caiga en un golpe seco al suelo.
La gente gritó al escuchar el ruido del disparo:— ¿Ves lo que ocasionas por querer hacer todo a tu antojo? No creas que no vi la indicación de disparar que le diste, no soy imbécil.
— Bueno no es necesario tanto alboroto por algo insignificante, ¿No?
— No era necesario, pero tampoco era necesario que me toques e igualmente lo hiciste mira que cómico, ¿No?
— No.. era pa.. para tanto, dile a tus hombres que bajen las armas y tema solucionado.
Sonreí por un momento, me daba gracia el miedo que le generó ver a casi ochenta hombres apuntándole a él y a sus diez guardias.
— No puedo creer que le tengas miedo a una mujer, hombre— Mi cuerpo se tensó al dirigir mi mirada al hombre que habló con acento italiano, estaba sentado con un vaso enano en su mano tomando lo que al parecer era whisky.
Alcé mi ceja en su dirección al escuchar lo que dijo:-Algún problema? me parece señor que está demás en esta conversación, no cree?
— Oh perdón bruna, no suelo meterme en donde no me llaman pero déjame decirte que tienes a un cobarde de los grandes en frente tuyo y si no lo matas tu, sería un placer hacerlo por ti.
— Le agradezco pero yo hago mi propio trabajo— dije seria, él se levantó de su asiento y dio dos pasos hacia donde estábamos nosotros y puso sus manos en los bolsillos de su pantalón negro.
— ¿Tu nombre? ¿Se puede saber? — Preguntó con una sonrisa burlona, miré hacia mi costado y vi que todos estaban observándonos como si esto fuese una comedia mexicana. Negué con la cabeza y levanté la comisura de mis labios, ni en broma iba a decir mi nombre aquí.
— Una pena bella bruna que no nos deleites con tu bello nombre... Smirnov—cuando esuché salir mi puto apellido de sus labios me tensé notoriamente lo que le hizo agrandar la sonrisa, me di cuenta de que todos habían escuchado mi apellido, algunos se tensaron, otros me miraban con asombro y Novikov y su hija con odio. ¿Quién carajos era? ¿Por qué sabia mi puto apellido?
— No se de que está hablando.— Mentí
— Vamos, ¿Me dirás que no eres tu? sino, ¿Quien más vendría con setenta guardaespaldas? yo no los dejé entrar así que mis hombres no son. Aparte estamos en Estados Unidos.—Mierda tenia un punto.
— Y que le hace pensar que son mis hombres y no los de él— dije señalando con la cabeza al hombre que seguía apuntando.
— Hagamos una prueba bella, diles que bajen las armas.— Entre que tenía voz ronca y que sabía lo que no tenía que saber me estaba volviendo loca.
Miré a Gael que seguía en la misma posición, le di un leve movimiento de cabeza e indicó que bajaran las armas, los ochenta hombres y mujeres vestidos de negro bajaron sus armas y pusieron su espalda recta asintiendo en mi dirección. Los otros ya habían bajando sus armas por lo tanto yo también.
Para que mentir, me sentía poderosa, superior y malditamente genial cuando todos estaban asombrados. Recordé sus palabras en mi mente y algo hizo clic.
Mis hombres no son
Mierda.. la única persona que podía tener mas hombres que yo era él
— ¿Contento?... ¿De Luca?— y fue mi momento de disfrutar ahora cuando su sonrisa desapareció y lo vi apretar la mandíbula. Llevaba puesto una traje negro junto con un chaleco a juego y una camisa blanca, era rubio y tenia un poco de barba. Por lo que veo no está nada mal. Ojos azules... ojos azules, no pude seguir viéndolo porque llevaba una mascara del mismo color que la mía pero eso no fue lo que me sacó de mi ensoñación sino por que escuché a alguien hablar.
— Se juntaron las mierdas— oí murmurar
— ¿Algo que decir Novikov? no se le escuchó— dije sonriendo y caminando hacia él.— ¿Te llegó el regalito que te mandé a Rusia? ¿Cómo se llamaba? Roberto, Carlos, no me acuerdo, pero de seguro tu sí ¿Cómo era el nombre de tu informante?
— Zorra asquerosa— escuché a señorita pechos operados hablar
-Pechos, cuida tu boca, no vas a querer terminar como él.
— Ten cuidado tú como le hablas a mi hija, estas hablando con la segunda al mando en Rusia.
Solté una risa, escuchar eso me dio mucha gracia, mando en Rusia, ay dios que alguien le pegue para ver si se deja de inventar estupideces:— ¿Pechos? ¿Segunda al mando en Rusia? Ay por favor no me hagas reír Sergei, todos sabemos que no eres nadie en Rusia, el jefe de Rusia nadie sabe quien es, pero todos sabemos que ese no eres tú .
Pechos se puso colorada de la rabia en un segundo e iba rechistar pero antes de que hable, me di vuelta y me dispuse a irme dejándola con la palabra en la boca.
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En las garras de la mafia
ActionDesde pequeña ha sufrido, sin embargo la vida le enseñó que no todo está perdido, ella hará todo lo posible para que su verdad no salga a la luz, para proteger a su familia de todos aquellos que la persiguen y de hasta ella misma. Nunca pensó que su...