En las garras de la mafia

Capitulo 15

Clean Bandit ft. Sean Paul & Anne-Marie –
Rockabye

Después de casi 24hs de viaje, por fin, hemos llegado a casa. Mateo se durmió en el recorrido del aeropuerto a la mansión. Cargando a mi hijo en brazos camino hacia la puerta para poder llevarlo a mi habitación. Son las 3AM así que no hay nadie despierto por lo que entro sin hacer ruido, no quiero que se despierte Tita y muera de un infarto al verme cargar a Matu.

— Ne amo —dice mi bebe entre sueños

—Te amo corazón—Lo acuesto en mi cama y empiezo a sacarle su ropita con mucho cuidado para que no se despierte. Gael entra con las maletas, me da un beso en la frente y se va a descansar.

Terminé de ponerle su pijama y lo centre en la cama para rodearlo de almohadas, es muy inquieto a la hora de dormir solo y siempre se gira para todos lados, por eso pego almohadas a su cuerpo para que piense que esta conmigo.

Voy directo al baño, necesito ducharme y relajar mis músculos, no quería tener que volver tan pronto pero mi hijo necesita el tratamiento y el único doctor que confío y está capacitado para estos casos vive en Estados Unidos, le ofrecí muchísimo dinero para que viaje y aun así no piensa salir de su ciudad, tiene muchos niños con la misma enfermedad que atender. No era una opción conseguir otro doctor.

Termino de cepillar mis dientes y voy a mi maleta para ponerme mi pijama y acostarme a descansar con mi bebé. Muevo las almohadas y me meto bajo las sabanas para abrazar el pequeño cuerpo de mi pedacito de cielo. Mateo se acurruca en mi pecho y pasa su piernita por mi abdomen, acariciando su cabello rubio me duermo profundamente.

***

Unas manitos en mi cara hacen que me despierte pero aun no abro mis ojos, se que es mi hijo quien intenta despertarme.

—MamiLe...—dice su vocecita de recién levantado—mami

Cuando voy a abrir los ojos para asustarlo siento como babea mi nariz y cachete para que despierte.

—¡Mateo!—me senté rápido, mi hijo me miraba desde el otro extremo de la cama con una sonrisa en la cara.

—¡MAMILE!— se avienta a mis brazos feliz de que haya despertado y yo gustosa lo recibo con brazos abiertos.

—Buen día mi amor, ¿Acabas de babear a mamá?— Le pregunto mientras saco los cabellos enredados de su cara

—Ti-—me contesta mientras asiente y estira sus manitos para tocar mis pechos.

-No, ye te he dicho que no puedes tocar los pechos de mamá— el frunce su ceño y vuelve a estirar sus manos a mis pecho— Mateo ya te he hablado, compórtate por favor— le doy un empujoncito y su cuerpo cae hacia atrás en la almohada.

Aprovecho a que lo empuje y me levanto rápido para ir al baño a cepillarme los dientes y lavar mi cara, cuando estoy secando mi rostro los brazos de mi pequeño se aferran a mi pierna derecha abrazándola.

Ruedo los ojos y pongo mis manos bajo sus axilas para alzarlo y pararlo en un banquito y asi cepillar sus dientitos.

—¡Dame!—señala la pasta dental para poder comerla que tengo en mis manos junto con su cepillo de dientes

—No, no se come y lo sabes. Abre la boca— Acerco el cepillo y el abre su boquita.

Cuando termino de cepillar y enjuagar su boca, él baja del banquito con mi ayuda y vamos a las maletas cambiarnos.

***

Con Mateo en brazos jugando con mi cabello bajo las escaleras y me dirijo hacia la cocina.

Abrí la puerta y ahí estaba Tita haciendo el desayuno, sigue igual de hermosa que cuando me fui, no pude explicarle mucho del porqué de mi partida. Esta con su delantal que le compré para Navidad de cucharas de madera y flores.