Capítulo 17

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- Hija, tenemos que decirte algo.

Frunzo el ceño:- ¿Qué?

-Nosotros- se aclara la garganta- Hija, con tu madre, sabíamos un parte de la historia que nos acabas de contar....- dice mi padre. Gael y yo estamos tensos, miles de posibilidades están cruzando mi mente en este momento.

≫No lo supimos desde el principio, no estábamos ni enterados de lo que hacías, un día estaba en el trabajo y recibí un llamada de tu  ex jefe El Cholo, tu ya te habías independizado, eras mayor de edad y no trabajabas más para él. Al principio no sabíamos si creerlo o no, pero nos llegaron fotos y videos tuyos de los entrenamientos de cuando eras mas pequeña. Luego hablamos con El Cholo y nos explicó quien era y que hacía, nos dijo todo lo que pasaste y el imperio que creaste tu sola, de como te diste a respetar y como saliste adelante por tus propios medios.

No digo nada, estoy procesándolo todavía, ese viejo hijo de su madre me vendió. Le dijo a mis padres todas mis mierdas.

Menos mal que estas bien muerto Cholito porque si estuvieses vivo te usaría de tablero para tiro al blanco sin ningún problema.

- Qué viejo hijo de puta. – Ríen

Me contaron como es que se conocieron, de lo que hablaron y más cosas. Mateo despertó de su siesta y pasamos toda la tarde-noche allí, estuvo con mis padres todo el tiempo, no les dio respiro y ellos estaban más que contentos con la atención que su nieto les proporcionaba.

Hubo una discusión entre mi hijo y yo porque nos teníamos que ir a casa, como siempre tuve que recurrir a el soborno con galletas y crema de maní pero funcionó porque ahora estoy secando a Mateo después de su ducha.

En dos días empieza el jardín de infantes y no se si estoy preparada para dejarlo ir, obviamente tiene a sus guardaespaldas pero no podrán estar adentro, solamente pueden quedarse escoltando las entradas y salidas...

Mi hijo quedaría solo... pero es un paso que tengo que dar si quiero que mi pedacito de cielo tenga una infancia normal como el resto de los chicos de su edad.

Termino de ponerle las madias y me siento a su lado.

-Matu- él me mira atento- ¿te acuerdas que te hable hace unos días de que ibas a empezar el jardín?

-Ti- dice asintiendo con la cabeza, pero, se que no lo recuerda.

-En dos días mamá irá a dejarte en el jardín para que juegues con niños de tu edad y te vas a quedar con la maestra ¿si?- él frunce su boca junto con sus labios y se que me lo pondrá difícil.

- No quelo- me hace un puchero.

-Te vas  a divertir amor, además ¿sabes quienes te van a acompañar? Gigantes- a mi hijo se le ilumina la cara cuando nombro a sus guardias.- Gigantes van a estar contigo, esperando a que salgas.- mi hijo se lanza a mis brazos gritando si.- Es hora que hacer cuca.

-Cuca- dice para acurrucarse en mis brazos.

Lo cargo y lo acuesto en su cama para después ponerme a su lado y hacerlo dormir acurrucados.

Si, mi hijo le dice cuca a dormir acurrucaditos.

Le canto una canción mientras le acaricio el cabello, cuando Enzo me dijo que nunca me iba a olvidar de él, no pensé que el desgraciado iba a tener tanta razón.

Cada vez que veo a Mateo, es como mirar a Enzo De Luca en miniatura. Solo que Enzo es una hombre que está increíblemente bueno y mi hijo es como un señor en cuerpo de bebé, camina como un viejito y me vuelve loca cada vez que hace cara de viejita.

En las garras de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora