Capítulo 7: ¿Quién te ha dicho que necesitas pijama?

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Volver a clase me resultó muy extraño. Daba clases particulares con los distintos profesores para intentar entender que estábamos dando ahora. Me sentía perdida en la mayoría, pero mis amigos trataban de ayudarme.

Llevo dos semanas en la academia y creo que me empiezo a adaptar. Los chicos son agradables, pero mis problemas mentales no se han solucionado. Se que necesito tiempo. Cuando mejor estoy me entra ansiedad y me cambia el humor. Empiezo a respirar con dificultad. Tengo náuseas a veces. Por turnos, mis compañeros tenían que estar pendiente de mi para que no me autolesionase. No era consciente de que lo hacía, me sentía avergonzada.

Lo peor eran las noches. Tenía pesadillas y ataques de pánico. Mina trataba de ayudarme, pero incluso para ella era demasiado trabajo. Me sentía débil y vulnerable.

- Brooky, espero que esta noche puedas dormir mejor - me decía Mina mientras entrábamos por la puerta de la residencia. La miré detenidamente. Tenía unas ojeras enormes y varias heridas en todo el cuerpo, provocadas por mis ataques. Me dolía verla así.

- No pienso dejar que sigas ayudándome.

- ¿Pero que dices?

- ¿Te has visto? Estas destrozada...

- Mina, Brooke tiene razón. Hoy he oído como All-Might le comentaba a Aizawa la bajada de tu rendimiento. - comentó Jirou

- Deberíamos turnarnos para dormir con Brooke - propuso Uraraka

-¿Qué habláis, perras? Aquí nadie se va a turnar para dormir con la maldita del clima - todas volteamos a ver a Bakugou, que estaba entrando por la puerta - A partir de esta noche duermes conmigo.

- Pe...

- No era una pregunta - tras decir eso se marchó a su dormitorio.

Mina no quería dejarme dormir con Bakugou pero lo veía mejor opción que seguir siendo la culpable de sus suspensos.

Bakugou y yo estábamos bien. Yo me dejaba llevar y podía entender por qué empezamos a salir. A veces nos besamos, pero no pasamos de ahí. Todavía me cuesta el contacto físico, y él lo respeta muy bien. No estábamos mucho juntos. Siempre que podía pasaba tiempo con Todoroki. Realmente me tranquilizaba su compañía. Me ayudaba con los estudios y el entrenamiento. A veces me quedaba dormida mientras estudiábamos y me sentía protegida.

- Oe, idiota, ¿te apetece...? - preguntó Bakugou

- Brooke, te espero después de cenar en la habitación de Deku como te dije, ¿vale? - preguntó Todoroki a la vez.

- Claro, ahí estaré - le contesté intentando sonreír. Todoroki me guiñó un ojo y se fue con sus amigos.

- Tsk, no sé para que intento proponerte nada - dijo Bakugou y comenzó a cenar.

- L..o lo siento... pero él me lo.. había propuesto esta tard...

- No hace falta que me des explicaciones. Haz lo que quieras. Te espero en mi cuarto cuando te quieras dormir. Intenta no demorarte demasiado - siguió cenando y ninguno de los dos dijo nada más.

Había comenzado a recordar muchas cosas de nuestra relación. Realmente me sentía mal. Se que lo quería. Durante la cena me replantee las cosas. Iba a esforzarme por corresponderle, le debo todo lo que ha dado y hecho por mi. Le debo intentarlo. Hoy ya me había comprometido con Shoto, pero a partir de mañana iba a estar más con mi novio.

Fui a la habitación de Midoriya y ya tenían los cojines en el suelo preparados. Algunas noches veíamos pelis todos juntos, lo pasaba muy bien. Shoto tenía la espalda apoyada en la pared y me coloqué de espaldas a él entre sus piernas. El heterocromático me abrazó por la cintura. Hasta a mi me sorprendía que dejara que me tocara con tanta tranquilidad, pero lo cierto es que no me molesta si lo hace él.

Vimos la peli, pero como Shoto y yo estábamos detrás de los demás nos dedicamos a reírnos y ha hablar y comentar teorías de la película. Los demás nos mandaban a callar y entonces reíamos más fuerte. Con él, todos mis problemas se esfumaban.

Fui a la habitación de Bakugou y lo vi estirando después de hacer pesas. Estaba sin camiseta y me ruboricé. No es como si no lo hubiese visto ya así, pero siempre me ruborizaba. Tenía un cuerpo de escándalo. 

- Cierra esa boca, mocosa, vas a babearme la alfombra - me contestó con una sonrisa egocéntrica y yo le miré fingiendo molestia.

- Mierda, se me ha olvidado el pijama. Espera, voy a por él - me dispuse a salir pero Katsuki se colocó entra la puerta y yo, cerrándola de golpe.

- ¿Quién te ha dicho que necesitas pijama? - me ruboricé aún más fuerte. - Me encanta provocarte ese sonrojo. Escoge la camiseta que quieras para dormir. Siempre te ha encantado ponerte mis malditas camisetas y arrugármelas.

Yo sonreí y elegí una blanca. Me tumbé a un lado de la cama, no sin antes tomarme las pastillas para dormir y lo miré sin saber bien que hacer.

- Ven aquí - me agarró de la cintura atrayéndome a el - ¿no me vas a dar mi beso de buenas noches? - Yo le agarré la cara entre mis manos y comencé a besarlo.

El beso fue volviéndose cada vez más intenso. Tampoco me importaba que mi novio me tocase. Habíamos cogido mucha confianza y sabía que nunca me haría daño. Giré y me coloqué encima de él mientras el rubio cenizo metía sus manos por dentro de la camiseta. Me estaba sintiendo extrañamente bien y no podía parar.

- EH... moc...mocosa - empecé a besar su cuello y lo oí jadear. Era un sonido muy excitante - joder... maldita del clima... pa...para... por favor - yo paré y lo miré confundida.

- ¿Lo estoy haciendo mal?¿No te gusta?

- ¿Tu crees que esto lo tendría si no me encantara lo que has hecho? - sujetó mis caderas y me golpeó contra su miembro. Al sentido solté un jadeo. Me sonrojé al instante. - Si no paramos ahora, no podré contenerme. Y no quiero hacerte daño.

Me acerqué para besarlo de manera más suave y él comenzó a acariciar mi espalda por dentro de la camiseta.

- Tienes razón, mejor ir poco a poco. Gracias por parar por mi - me bajé de encima suya y vi que me miraba con las mejillas teñidas de rojo y respirando con dificultad. 

- Necesito ir al baño - me contestó incorporándose.

- ¿Ahora? - le pregunté confundida.

- Tengo que hacer algo con esto, nena. O si no aquí no va a dormir ninguno de los dos - me contestó señalando su miembro, el cual se notaba demasiado a través del pantalón. Me tapé la cara con las manos muerta de vergüenza. Cualquier día me vuelve a matar con estas cosas

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Yo no sabría con cual de los dos quedarme... ¿Por qué hay que elegir?

¡PLUS ULTRA!

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