Capítulo 47: Se acerca el momento

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Llegó el día. Todos se habían levantado temprano para poder preparar la ceremonia. Briiss ayudaba, pero se alejaba de la gente qu conocía, para que no le dijeran nada. Briiss estaba ayudando a una anciana enana y a un pequeño enano a colocar unas cintas a los lados dónde Gandalf le colocaría la corona a Thorin. Al acabar de ayudarles, se sentó en una pequeña escalera y pensó en la coronación. Harían la coronación a fuera, porque asistirían hombres, elfos y enanos. Thorin había conseguido la montaña, ser rey, forjar dos alianzas y que los enanos regresaran a su hogar. Briiss estaba contenta por él, por haber ayudado a su héroe a conseguir lo que más anhelaba. Ese era un verdadero final feliz para terminar la leyenda de Thorin Escudo de Roble, pero... ¿lo era de verdad para ella?

De repente, pensó en Kili. Ella lo amaba, y el a ella, pero siempre estará ese pequeño y gran obstáculo: Ella no es normal. A Kili, a Thorin, a Fili y al resto les daba igual lo que fuera ella, pero sentía el temor de que la gente no lo aceptase. Ya sabéis cómo fue la infancia de Briiss, todo soledad. No estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones, la verdad, era su primer enamoramiento. Ella deseaba ver la Tierra Media, siempre lo quiso. Ahora estaba muy confusa. Si quedarse con Kili, o marcharse a cumplir su sueño. Tristemente, se decantaba por la segunda opción.

-¿En que esta pensando nuestra aventurera? - apareció el mago sonriente.

-Hola, Gandalf. - sonrió levemente ella.

-Dime, ¿qué está pasando en esa cabeza tuya? - se sentó el mago a su lado.

-De todo... - murmuró exasperada mirando al suelo.

El mago la miraba con empatía, él sabía perfectamente lo que sucedía, y tenía intención de hacer que nadie saliera dañado por dentro.

-¿Ya sabes qué harás? - preguntó el mago.

-Sí. - murmuró Briiss alzando la vista para mirarle. - Me iré.

-¿A dónde? - preguntó extrañado.

-De vuelta a Rivendel. - dijo seria.

-¿Por qué ahí? - preguntó confuso el mago.

-Debo estar segura de cosas. - dijo sonriente, y el mago le devolvió la sonrisa.

-¿Estas segura de que quieres eso? - preguntó en un murmuro el mago.

-Sí. - respondió con decisión.

El mago alzó las cejas sin sorpresa de la decisión de Briiss, él la conocía bastante bien y ya temía la decisión de la chica.

-Así que, ¿vas a coronar a Thorin? - preguntó sonriente Briiss.

-Sí, al parecer sí. - sonrió el mago. - ¿Cuando te marcharás?

-Después de la coronación. - respondió mirando al horizonte.

-¿No te quedarás para el festín? - preguntó el mago ya con un poco de preocupación.

-No, cuanto antes mejor.

-Entiendo. - murmuró el mago algo triste.

-¿Dónde está Thorin? - cambió de tema Briiss.

-Hablando con Bardo. - respondió sacando su pipa.

-”¡Bardo!” - pensó Briiss.

-¿A dónde? - preguntó con algo de prisa.

-En la cabina principal, ¿por qué? - preguntó el mago extrañado mientras encendía su pipa.

-Gandalf, luego nos vemos. - se despidió Briiss saliendo pitando.

Briiss andaba a paso ligero hasta la cabina principal para hablar con Bardo, para darle las gracias y, posiblemente, hacer una despedida definitiva. Briiss estaba en el umbral de la puerta y vio que, efectivamente, Bardo y Thorin hablaban sobre la reconstrucción de Erebor, y no había pelea alguna.

Misión: EreborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora