Capítulo 25: Si no lo veo, no lo creo...

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Briiss y los demás, pudieron llegar a tierra firme con el sol ya saliendo, pero no estubieron felices. Bardo y Bain habían caído. Briiss miraba la Ciudad de Lago aún ardiendo con pocas llamas. Sintió una gran carga en su espalda. Perdió a un amigo, y las niñas, a un padre y un hermano. 

-Briiss... - apareció Kili detrás de ella. - Toma. - dijo tapándola con una manta.

-Gracias.

Kili miraba cómo los apenados ojos de Briiss cotemplaban las llaams aún vivas. Ahora, aquella ciudad sólo expresaba desolación, muerte, masacre y miedo. Kili no sabía qué decirle a Briiss para que no pensara en ello, al verla así, él sentía tristeza.  

-¿Qué hemos echo...? - murmuró Briiss, pero Kili no respondió. - Les hemos quitado todo lo que tenían...

-No es verdad, esto no lo hemos echo nosotros. - dijo Kili poníendose a la vista de ella.

-Sí que lo ha sido, Kili. - le dijo ella dejando caer las lágrimas. - Si no hubieran entrado en la montaña, esto no habría pasado.

Kili la miró, vio el caer de la lágima y este, le limpió con su pulgar sin decir nada. Bofur y Fili aparecieron con Tilda y Sigrid. Habían mucho habitantes de la ciudad que se habían salvado y estaban en tierra firme, pero también murieron muchos y fueron convertidos en ceniza. Ahora los supervivientes trataban de buscar provisiones, mantas y ropa seca.

-¿Estáis bien? - preguntó Bofur.

-Sí, estamos bien. - respondió Kili mirando a Briiss.

-¿Qué hacemos con ellas? - le preguntó Bofur a Briiss señalando a las hermanas.

Briiss aún en estado de shock, no respondió. Fili, al ver lo afectada que estaba, respondió por ella.

-Las dejaremos a cargo de alguien en quién confían. 

Briiss ponía en práctica su vista de elfa y estaba atenta por si veía movimiento en la ciudad, pero nada, en la ciudad nada. Pero algo se movía en el agua. Briiss frunció el ceño y vio que alguien nadaba.

-¡Es Bardo! - exclamó al verlo. - ¡Y Bain!

Todos miraron hacia el agua, pero no conseguían verlo.

-¡Corred! ¡Subid a la barca! ¡Debemos ayudarles! - exclamó Briiss.

-Briiss a lo mejor sólo es una ola... - dijo Fili.

-¡Es él! - intentó hacerle creer, entonces decició coger el catalejo que un hombre tenía. - ¡Míralo tú mismo!

Fili cogió el catalejo, lo situó hacia dónde miraba Briiss y efectivamente eran Bardo y Bain.

-¡Es verdad, son ellos! - exclamó Fili, entonce sus hijas se alegraron y fueron corriendo a la barca para ayudarlos.

Todos subieron a la barca con mantas para taparlos cuando subieran.

-¡Papá! - exclamaban Sigrid y Tilda mientras remaban lo más rápido que podían.

-¡Sigrid! ¡Tilda! - exclamó Bardo desde el agua.

Briiss sintió una ligera alegria al saber que no estaban muertos.

-Rápido, subid. - dijo Fili cuando los cogieron de los brazos y los subieron a la barca, y rápidamente los taparon con las mantas.

-¡Por el amor de Durin! - exclamó Bofur. - ¡Si que eres difícil de matar!

Bardo, conngelado, se rio como pudo y luego miró a Briiss, que ella también le estaba mirando.

-¿Estás bien? - le preguntó Bardo.

-¡¿Que si yo estoy bien?! ¡Maldita sea! - espetó Briiss. - ¡La pregunta es si TÚ estás bien!

Misión: EreborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora